26 noviembre 2007

Cyanide and Happiness, a daily webcomic
Cyanide & Happiness @ Explosm.net

Rara vez me encuentro con el tipo de humor que me hace reír a carcajadas. Generalmente casi cualquier mal chiste me saca una sonrisita de esas cordiales, pero para una de esas risas que te suben desde el estómago, sólo un humor muy maldito, muy pelado o muy elaborado. Esta tira alcanza el podio, pueden visitarla y ver todas las demás, aquí.

20 noviembre 2007

and shepherds we shall be...





Hay una película muy agradable y que la corte celestial ve con beneplácito. Se llama The Boondock Saints, y el no muy afortunado nombre en español es El quinto infierno (sic). La trama versa sobre la conversión de dos hermanos norteamericanos de ascendencia irlandesa a una especie de fanatismo cristiano que una noche durante el sueño les revela la misión de exterminar a los criminales y a los corruptos de su ciudad.

Al despertar del sueño, por una de esas raras coincidencias en las que encuentran su origen las tramas de películas con muchos golpes y balazos (o sea, las pocas películas que valen la pena) los hermanitos devotos tienen un encontronazo en una taberna (¿mencioné que eran irlandeses?) con unos mafiosos (rusos, creo, mafiosos, ignoren el cliché) y huelga decir que a pesar de ser sólo dos contra seis, de ser flacos, esmirriados y más bien chaparrones, les dan una madriza de antología a los rusos, que por supuesto eran más que nada gringos con un afán extraño por remarcar las R's al hablar.

De ahí en más, la película gira en torno a las ejecuciones (limpieza espiritual) que los muchachos llevan a cabo en su zona de la ciudad, script que se volvería pronto insípido si no fuera por la astuta introducción hacia la mitad de la película de este cabrón que todo toma ese matiz sabrosito que hace falta para no quitar la película o de plano ponerte a hacer otra cosa mientras la diarrea discursiva de la pantalla continúa en un fuera de foco permisivo.

El personaje de DaFoe, que es el mejor actor de Hollywood desde hace mucho tiempo, es un detective chingonsísimo para hacer análisis de balística y recrear, a partir de los impactos de bala encontrados en las escenas del crimen cómo fue el desarrollo preciso de la balacera. Cabe mencionar que el personaje es, además, jotísimo, pero no jotísimo en la acepción musical de la palabra, es decir, de voz afectadita, ademanes maricones y un tic distintivo como el inolvidable bzz que Chris Tucker usó para darle su sello al personaje gay de The Fifth Element, sino más bien gay en cuanto a la pulcritud de su vestimenta, la elección de los colores de la misma, su melena bien cuidada y algo feminoide. Esta aclaración es hecha porque da pie a una de las pocas escenas graciosas de la película (que, al no ser comedia, necesita sólo de dos situaciones parcialmente graciosas para que el cinevidente ría).

En fin, la extrema pericia del detective le sirve muy bien al director (Troy Duffy, fan innegable de Tarantino) para desarrollar dos escenas visualmente deliciosas, en las que vemos simultáneamente a Dafoe y a los Irish Bro's, el primero relatando los pormenores de la ejecución y los segundos ejecutándola de facto. La segunda escena vale muchísimo la pena por el fondo operístico que acompaña una secuencia en super slow motion donde un desgarrado detective puñal balacea con sus dedos en forma de pistola al unísono con las relucientes berettas de los leprechauns (interpretados por cierto por Sean Patrick Flannery y Norman Reedus), alcanzando un grado de visceralidad y de casi drama difícil de encontrar en una película tan Macho-oriented.

La secuencia del final no tiene desperdicio, los hermanos descubren que un asesino encabronadamente eficaz, comocido como Il Duce (el duque), que ha sido liberado de una prisión de máxima seguridad para darles chicharrón con limón, es en realidad ni más ni menos que su padre, y tras la emotiva reunión de tan nobles hijos de la gran chingada, los vemos tomar la sala de un tribunal lleno de gente, prensa, notables, etc. y ejecutar en caliente al gran padrino de la mafia local, no sin antes recitarle en latín la homilía de su desgracia.

In nomini Patri, et Filii, et spirictus sancti, Bang bang.

Conmovedor, sin duda.

Vean The Boondock Saints, la pueden encontrar como Los Elegidos o el Quinto Infierno en casi cualquier blockbuster.

16 noviembre 2007

Celta infolmación.


Hace un ratito, mientras leía el blog de un gran amigo, al que tengo en gran estima, me encontré con que había publicado una reseña sobre los horóscopos celtas, cosa de la que jamás había oído o leído y que, dada la seriedad que yo ceía que imperaba en la ortodoxa doctrina celta, dudaba muy seriamente que existieran.
Pero existen, y dado que el zodiaco común pasó de moda cuando dejaron de pasar los caballeros del zodiaco en televisión pública, pues muchos empezaron a buscarle por otro lado. Yo creo en la astrología tanto como creo en la renovación moral del Pri, así que ustedes dirán, pero quise darle una revisada sólo para corroborar las asombrosas astrocoincidencias del destino (llamadas también chiripazos) que dictaba en parrafito.
La cosa versa de la siguiente manera. Supuestamente buscas el árbol que te corresponde según tu fecha de cumpleaños (ah, sí, en la cultura celta somos árboles, ¿no les hace sentir eso muy leñadores?) y ya luego lees tu descripción a ver qué tanto te pareces.
Yo soy un árbol de cenizas. Sí, sé que pude ser un lindo manzano, o un frondoso abeto, o más acertadamente, un fuerte roble. Pero neh, soy un árbol de cenizas. Y eso, por tétrico, por ruinoso y por escabrosamente acorde a como me siento a veces, me agradó. El problema vino a la hora de la descripción.

ARBOL DE CENIZAS (la Ambición) - Es una persona excepcionalmente atractiva, vivaz, impulsiva, exigente, no le importan las críticas, ambiciosa, inteligente, llena de talentos, le gusta jugar con el destino, puede ser egoísta, muy fiable y digna de confianza, amante fiel y prudente, algunas veces el cerebro controla al corazón, pero asume sus relaciones muy seriamente.

Lo sé, lo sé, todos ustedes se fueron fácilmente con la finta. Como mi belleza física es, en efecto, excepcional y digna de éxtasis estéticos, los humanos comunes y nada inquisitivos pensarían que los celtas son los grandes profetas. Favor de no aventurarse con tal prontitud, oh vasallos.

¿Vivaz? Contempla durant unos cuarenta y cinco minutos el suave bamboleo de los lirios artificiales en el interior de una gran pecera, eso te dará una idea del grado de vivacidad que alcanzo en momentos de gran despliegue energético.

¿Impulsivo? He pasado horas en la antesala de un ministerio público, con las nalgas aplastadas contra una butaca de plástico y los ojos contra un texto de, digamos, Cortázar en sus ratos malos, sólo para que, al final, salga un burocratita de pacotilla, soldado raso del ejército de la mierda, a decirme que vuelva mañana. Mi reacción: gracias, buen día.

¿Exigente?: Está bien, si pedí una hamburguesa sin catsup y me la sirven con ella, probablemente me moleste. Mucho. Si arreglan mi carro y se jode saliendo del taller, arderá troya. Hasta ahí llega mi nivel de exigencia. No cuento si hay igual número de m&m's azules y rojos en el paquete, ni lloriqueo si el agua en mi botella es ciel y no evian.

Me importan las críticas. A todos los escritores nos importan las críticas. El que escriba y publique y diga lo contrario es un jodido mentiroso. Uno publica y deja que los demás lean sus cosas con el afán de que lo critiquen. Si nadie te critica es porque a nadie le importas, y en el cielo de la intrascendencia no está la felicidad. No, tampoco ahí.

¿Ambicioso? Les voy a decir mi más grande ambición material: Quiero una cabaña cerca de un lago (sin mosquitos), una buena mecedora y una hermosa escopeta de doble cañón. Si alguna vez vieron Los Osos Montañeses, sabrán de lo que hablo. Si no, no merecen vivir.

Inteligente: Zí. Vastante.

Lleno de talentos: Puedo eructar y sacarme los mocos al mismo tiempo que busco porno en el internet. Superen eso.

¿Jugar con el destino? Sí, por lo general a mi juego favorito: Las escondidas.

Puedo ser egoísta, muy fiable y digno de confianza: Si, suena coherente. ¿A quién le contaré mis penas? Ya sé, al egoísta de mierda que probablemente busque la forma de usarlas en su provecho sin importarle el daño irreversible que me puede causar. Good job, smartass.

Amante fiel y prudente. Como todos los egoístas, somos tan lindos.

Algunas veces el cerebro controla al corazón. Sí, porque aunque todos ustedes, médicos profesionales titulados, cardiólogos alrededor del mundo, creían que el corazón estaba regido por el Sistema Nervioso Autónomo, completa y fabulosamente independiente del cerebro, los celtas, con su sabiduría medieval con la que realizaban sabios sacrificios humanos, han demostrado lo contrario. Toma eso, Stanford.

En resumen, creo que más bien soy un árbol de guayabas.

preámbulo

J. M. Latapí dice:
Señor Reséndiz, qué milagrazo.
El Cielo, S. A. Departamento de Finanzas dice:
Salud, Juanma, ¿cómo te va?
J. M. Latapí dice:
Bien, bien, ando taloneando a los insurrectos como tú, cabrón, a ver cuándo les da la gana de mandar las colaboraciones para el semanario.
El Cielo, S. A. Departamento de Finanzas dice:
O sea que van a seguir chingando con eso, nazis hijos de
J. M. Latapí dice:
¿Hijos de qué?
El Cielo, S. A. Departamento de Finanzas dice:
De , pinche miope.
J. M. Latapí dice:
Pues no es mi culpa que no pongas nada, baboso.
J. M. Latapí dice:
Ah, no, aguanta, ya apareció el icono. Jaja. Está chingón, pásamelo.
El Cielo, S. A. Departamento de Finanzas dice:
No. Pinche computadora chafa que tienes, se tardó una hora en aparecerte. No te lo mereces.
J. M. Latapí dice:
Es la computadora de la oficina, ya quisieras, la mía corre a 1012.
El Cielo, S. A. Departamento de Finanzas dice:
Así corre la mía también. En las mañanas, para calentar.
El Cielo, S. A. Departamento de Finanzas dice:
Pero bueno, ahí te va el archivo pues, dile al imbécil de Correa que si le vuelve a meter una edición mierdera como la de la semana pasada, se va a comer mi próxima colaboración por el recto.
J. M. Latapí dice:
¿Así le digo?
El Cielo, S. A. Departamento de Finanzas dice:
Así, cabroncito, sin censura.
J. M. Latapí dice:
Pobre Correa, no me lo emociones. Luego ni le cumples.
El Cielo, S. A. Departamento de Finanzas dice:
Acepta el archivo, soquete. Me tengo que ir.
J. M. Latapí dice:
Ya está, oye, pero antes de irte, explícame lo de tu nick.
P. C. Reséndiz dice:
¿Qué tiene mi nick?
J. M. Latapí dice:
No mames, el anterior.
P. C. Reséndiz dice:
De hecho prefiero mamar el posterior.
J. M. Latapí dice:
Pendejo. Nos vemos.
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