Tus manos sabias
se posan en mi
vientre y me hablan del tiempo
de las horas que
corren como arroyos
los minutos
largos como miradas
los días dorados
y marrones de tu pubis
Tus manos sabias
acarician mi
espalda y con su tacto
borran de mi
existencia los pesares
desaparecen los
rastros de memoria
como un oleaje
lavan mi cansancio
me buscan el alma
con las uñas
Tus manos sabias
posan un dedo en
esta torpe boca mía
y con su trino de
pájaros felices
tocan la sed que
me secó los labios
y construyen en
ellos cataratas
de miel y leche y
árboles de fruta
Tus manos sabias
recorren mis orejas
como dos
caracoles andando el ciclo
de la vida
como el sol da la
vuelta al mundo
en el verano
y me regalan con
el don del oído:
la música de tu
cabello desordenado sobre el rostro
las flautas
dulces de tus gotas de sudor
los clavicordios
solemnes de tu risa
el latido
africano de tu sexo
Tus manos sabias
cumplen años
asidas a mis piernas
y caminan con
ellas como raíces
que brotan del
profundo seno de la tierra
y se enredan como
brazos verdes
me pueblan de
saltamontes, catarinas,
escarabajos
azules, mariposas,
tornan mis vellos
oscuros en tabaco,
campos eternos de
café, cañaverales
Tus manos hurgan
en la tierra negra y fresca
de mis prados
encuentran dentro
la vena de mi sexo
y entrelazan sus
venas manantiales
al túnel germinal
el principio del
todo
la multiplicación
de los océanos
y luego vuelven tus
manos