24 mayo 2013

Manos



Tus manos sabias
se posan en mi vientre y me hablan del tiempo
de las horas que corren como arroyos
los minutos largos como miradas
los días dorados y marrones de tu pubis

Tus manos sabias
acarician mi espalda y con su tacto
borran de mi existencia los pesares
desaparecen los rastros de memoria
como un oleaje lavan mi cansancio
me buscan el alma con las uñas

Tus manos sabias
posan un dedo en esta torpe boca mía
y con su trino de pájaros felices
tocan la sed que me secó los labios
y construyen en ellos cataratas
de miel y leche y árboles de fruta

Tus manos sabias recorren mis orejas
como dos caracoles andando el ciclo
de la vida
como el sol da la vuelta al mundo
en el verano
y me regalan con el don del oído:
la música de tu cabello desordenado sobre el rostro
las flautas dulces de tus gotas de sudor
los clavicordios solemnes de tu risa
el latido africano de tu sexo

Tus manos sabias
cumplen años asidas a mis piernas
y caminan con ellas como raíces
que brotan del profundo seno de la tierra
y se enredan como brazos verdes
me pueblan de saltamontes, catarinas,
escarabajos azules, mariposas,
tornan mis vellos oscuros en tabaco,
campos eternos de café, cañaverales

Tus manos hurgan en la tierra negra y fresca
de mis prados
encuentran dentro la vena de mi sexo
y entrelazan sus venas manantiales
al túnel germinal
el principio del todo
la multiplicación de los océanos
y luego vuelven tus manos
a ser sabias.

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