Lo siento mucho, lectores asiduos de este cuchitril, pero aún no me muero. Si no he actualizado es porque mi computadora tiene problemillas relacionados con spyware, virus y todas esas linduras que la hacen lenta y batallosa como proceso burocrático.
Así que ahi les van notas rápidas de todo este rato en el que he estado ausente:
1.-Me robaron un árbol de los dos que tengo a mi cuidado y tuvimos que volver a plantarlo. Quedó más bonito el nuevo, además hicimos trampa y sembramos naranja dulce (sin limón partido) en lugar de naranja agria, que es el estándar. Lo hicimos porque queremos que por lo menos alguien disfrute en algunos años de la madriza que nos pusimos, pinche tierra estaba asquerosa.
2.-La semana pasada terminó la feria guadalajara de las flores. Tuve que acompañar a Vidhi porque como nomás le sirve un brazo necesitaba cargadores. Había muchas plantas muy interesantes, algunas bastante bonitas, otras francamente sorprendentes. Es la primera vez que voy a un evento de este tipo (es bastante gay, lo reconozco) pero me resultó muy enriquecedor. Había rosales a quince pesos y orquídeas a quinientos. Háblenme de jerarquías.
3.-Ayer el américa perdió otra vez. Desde hace tiempo dejó de afectarme, creo que de hecho ya ni le voy al américa. Jamás hubiera dicho estas palabras cuando vivía Paco Stanley, pero creo que mi amor al equipo murió junto con él.
4.-Por el contrario, Doctor Soccer ganó en un partido muy emocionante. Iniciamos perdiendo 3-0, el primer gol por un error defensivo mío por confiadote, los otros dos buenos goles de ellos. Nos recuperamos rápido, la defensa se puso impasable y les metimos 5 goles sin volver a recibir.
5.-El sábado que acaba de pasar fui a ver tocar a Mauricio Díaz "el Hueso", junto con David Aguilar mis roleros favoritos. Estuvo de poca madre, el Hueso se clavó tocando hasta que casi lo bajaron los dueños del café y todavía entonces preguntó dónde le seguíamos. Aparte conocí a su vieja y toca las percusiones casi tan chingón como el "Colas" Norzagaray. Con todo respeto.
6.-Hoy le di una pero mega limpiada a mi cuarto y quedó irreconocible. No me acordaba que mi cuarto es tan grande y que mi cama es matrimonial. Tenía meses durmiendo en un espacio de 1.90 x 50 nomás por no quitar todo el desmadre. Ahora necesito una aspiradora, el cuarto está alfombrado y seguro le voy a sacar kilos de porquería.
7.-Mañana tengo mi último examen de la temporada. Ya hice de fisiología, de biología molecular y de microbio y parasitología. En todos me fue mediocremente. Mañana en biomatemáticas no será la excepción.
Tengan todos buena semana. O casi todos. O bueno, no, nomás los que me caen bien. Aunque ellos no leen mi blog.
Pónganse a leer, por cierto, las estadísticas de México lector me hacen sentir avergonzado de todos ustedes. Yo leo un libro por 54 mexicanos (el promedio es uno por año, yo leo al menos uno por semana), pero no puedo hacer nada por los otros millones de pinches incultos, así que aplíquense o jamás dejaremos de ser vistos como una bola de neanderthales por el resto del mundo.
27 marzo 2006
06 marzo 2006
How feel you?
Estoy enfermo.
Estoy de un genio de las veinte mil chingadas.
Estoy débil porque como la garganta me duele como si estuviera comiendo albóndigas de alambre de púas, he comido muy poco.
Estoy sucio y apestoso porque si me baño me voy a enfermar más cabrón.
Estoy bien pinche frustrado de estar en segundo semestre de medicina y por ello saber lo que tengo en las vías respiratorias, pero para saber cómo carajos quitármelo tendría que estar en quinto.
Estoy un poco decepcionado de la gente, tras haber despertado viendo un programa donde encuestaron a ciudadanos random del DF sobre el significado de ciertas palabras y dijeron puras idioteces. Y no es que fueran palabras particularmente difíciles: Queroseno, Tumefacto, Mozalbete. ¡Lean un puto libro, carajo!
Estoy a punto de degollarme con mi mach3 a ver si se fugan todos los estreptococos de mierda que me tienen saturadas las amígdalas (que más bien parecen pelotas de golf).
Pero, hey, ¿cómo estás tú?
Estoy de un genio de las veinte mil chingadas.
Estoy débil porque como la garganta me duele como si estuviera comiendo albóndigas de alambre de púas, he comido muy poco.
Estoy sucio y apestoso porque si me baño me voy a enfermar más cabrón.
Estoy bien pinche frustrado de estar en segundo semestre de medicina y por ello saber lo que tengo en las vías respiratorias, pero para saber cómo carajos quitármelo tendría que estar en quinto.
Estoy un poco decepcionado de la gente, tras haber despertado viendo un programa donde encuestaron a ciudadanos random del DF sobre el significado de ciertas palabras y dijeron puras idioteces. Y no es que fueran palabras particularmente difíciles: Queroseno, Tumefacto, Mozalbete. ¡Lean un puto libro, carajo!
Estoy a punto de degollarme con mi mach3 a ver si se fugan todos los estreptococos de mierda que me tienen saturadas las amígdalas (que más bien parecen pelotas de golf).
Pero, hey, ¿cómo estás tú?
05 marzo 2006
Hoy no es igual.
Alguna vez fui Anubis.
Mientras mi hermano destazaba mi cuerpo en pequeños fragmentos, cercenaba mi sexo y me arrancaba la vida, pensé "no hay en el mundo un dolor mayor".
Alguna vez fui Prometeo.
Atado en el Vesubio, veía llegar todos los días al buitre que venía a comerse mis entrañas, y cada vez que hundía su pico en mi vientre, pensaba entre gritos: "este es el mayor de los suplicios".
Alguna vez fui un hereje.
Y mientras los inquisidores del reino me torturaban, me flagelaban y quemaban vivo en la plaza central, una idea recorría mi mente: "este es realmente el sufrimiento"
Ahora soy yo.
Y hoy despierto pensando que tú me has enseñado el dolor verdadero.
Mientras mi hermano destazaba mi cuerpo en pequeños fragmentos, cercenaba mi sexo y me arrancaba la vida, pensé "no hay en el mundo un dolor mayor".
Alguna vez fui Prometeo.
Atado en el Vesubio, veía llegar todos los días al buitre que venía a comerse mis entrañas, y cada vez que hundía su pico en mi vientre, pensaba entre gritos: "este es el mayor de los suplicios".
Alguna vez fui un hereje.
Y mientras los inquisidores del reino me torturaban, me flagelaban y quemaban vivo en la plaza central, una idea recorría mi mente: "este es realmente el sufrimiento"
Ahora soy yo.
Y hoy despierto pensando que tú me has enseñado el dolor verdadero.
01 marzo 2006
El mundo es un lugar muy raro, ¿no creen? Digo, está bien que haya gente "rara", cuya definición es difícil rayando en lo imposible, pero el mundo se las arregla para ser aún más raro que la gente que contiene.
Me explico: A todos ustedes debe haberles pasado alguna vez lo de los ciclos, así que no voy a insistir en eso. Mejor tomemos otro ejemplo: la ironía.
Ironía es esa ocasión en que, tras una semana de perros lograste sobrevivir con una cantidad raquítica de dinero, llegaste a tu día final (o sea, antes de tener más dinero) con 24 pesos en el bolsillo, y ¿qué ocurre? que necesitas con urgencia tener 25 pesos. No 24, ni 26, 25. Ironía complementaria es haber pasado varios días moviendo de aquí para allá varias monedas de a peso porque te estorbaban para acomodar tus cosas y en el momento de la ironía 1 todas son tragadas por un portal dimensional y no volverás a encontrarlas nunca. No importa cuánta pelusa submueblera te untes en el cuerpo.
Ironía es disfrutar del saldo de tu celular enviando mensajes triviales, saludos llanos, recordatorios y hasta simples pintadas de dedo y de repente, cuando te ahogan las ganas de decirle a la otra mitad de tu ser cuánto le quieres, tu pantalla sonría socarronamente y te muestre un TU SALDO SE HA AGOTADO.
El mundo se gana a pulso un "me rompes las bolas, mundo" cada día.
Sin embargo esos minutos pasan, las aguas retoman su nivel y de pronto hay algo: un rostro, un recuerdo, un simple haz de viento en el cuerpo mientras caminas y el mundo es de nuevo lo mejor que se haya inventado.
Me rompes las bolas, mundo. Gracias.
Me explico: A todos ustedes debe haberles pasado alguna vez lo de los ciclos, así que no voy a insistir en eso. Mejor tomemos otro ejemplo: la ironía.
Ironía es esa ocasión en que, tras una semana de perros lograste sobrevivir con una cantidad raquítica de dinero, llegaste a tu día final (o sea, antes de tener más dinero) con 24 pesos en el bolsillo, y ¿qué ocurre? que necesitas con urgencia tener 25 pesos. No 24, ni 26, 25. Ironía complementaria es haber pasado varios días moviendo de aquí para allá varias monedas de a peso porque te estorbaban para acomodar tus cosas y en el momento de la ironía 1 todas son tragadas por un portal dimensional y no volverás a encontrarlas nunca. No importa cuánta pelusa submueblera te untes en el cuerpo.
Ironía es disfrutar del saldo de tu celular enviando mensajes triviales, saludos llanos, recordatorios y hasta simples pintadas de dedo y de repente, cuando te ahogan las ganas de decirle a la otra mitad de tu ser cuánto le quieres, tu pantalla sonría socarronamente y te muestre un TU SALDO SE HA AGOTADO.
El mundo se gana a pulso un "me rompes las bolas, mundo" cada día.
Sin embargo esos minutos pasan, las aguas retoman su nivel y de pronto hay algo: un rostro, un recuerdo, un simple haz de viento en el cuerpo mientras caminas y el mundo es de nuevo lo mejor que se haya inventado.
Me rompes las bolas, mundo. Gracias.
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