17 mayo 2007

Grroogle...

¿Por qué cornos nadie se tomó la molestia de avisar que con la absorción de blogger por parte de google había que "recuperar" los blogs?

O bueno, al menos yo no lo sabía y como soy un perezoso de excelencia, en cuanto blogger me negaba el acceso con mi viejo username, pues decía "otro día posteo".

Han ocurrido cosas muy malas en este laaargo tiempo de ausencia. Una de las que me parecen más trágicas ha sido la decisión de maese huevo, mente siniestra detrás de huevotopia, de postear mucho menos en su blog... cuya lectura me causaba un placer insano y ahora me preocupa. Sobre todo porque es difícil saber cuando este cabrón bromea y cuando habla en serio. Espero que la actual sea una broma muy pesada y muy prolongada, de todos modos va un saludo con mucho aprecio al queretano más amargo que pueda haber.

¿Qué más? Bueno, las cosas no parecen pintar tan bien para este culo de ciudad infernal llamado Hermosillo. El problema del agua que se suponía resuelto para la zona poniente de la ciudad (o sea donde yo vivo, o sea la única que me importa), no estaba tan resuelto como se creía, o sea que será otro verano de tandeos, de agua a deshoras y de corajes, malhumor y problemas variopintos para ducharse, lavar, e incluso evacuar a gusto. Estaba leyendo hace unos días en El Imparcial, una columna acerca de lo inviable que resulta en realidad la vida en Hermosillo. Oscar Romo, creo, pero me puedo equivocar, hizo una reseña histórica bien interesante de los motivos de aquella colonización jesuita, la posterior fundación de San Pedro del Pitic (que a la postre sería Hermosillo) en un área casi totalmente desértica, relativamente cerca de un caudal que obviamente no resistiría la explotación de una población de algunas decenas de miles de habitantes y con temperaturas sobre los cuarenta grados en el verano.

En un medio tan hostil, era por lo menos sensato reconsiderar la construcción de una ciudad. Sin embargo por ahi se cuelan siempre intereses económicos, políticos, gachitos, pues, y la ciudad aquí está, tan campante, con sus aceras ardientes, su agua seis horas al día y sus ricas coyotas de piloncillo. Lo de las coyotas no tiene nada qué ver, pero la neta sí están muy buenas.

El caso es que gracias a esto, y a que somos capital del estado, pues ahora hay toneladas de gente viviendo en áreas donde llevar el agua sale carísimo, en parte por lo inhóspito del terreno y en mayor parte porque no hay mucha agua para llevar. Simples reglas físicas nos indican que no es posible distribuir más allá de lo que se tiene.

Y ya, la verdad es que no voy a aportar nada nuevo al debate sobre el agua, su escasez, los vicios de la comisión encargada de llevarla, cobrarla y robarla, simplemente me quería quejar de este asuntito que, aunado al calor insoportable y a la mentalidad en extremo ranchera de esta urbe, me vuelven la vida muy difícil de disfrutar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por estos días me estabas entrenando, te acuerdas? Un mes más tarde seríamos casinovios.Ni al caso…sólo me lo recordó la fecha.

Cielo, tienes que saberlo, desde que llegué de regreso no leo mucho, solamente leo tu blog cuando me da la gana ponerme pupis. Benditas aquellas personas cuyos ojos están bien. No te preocupes, amor, a diario me los pongo.


I miss my Purple Pradas. But I miss you even more than my perfect fitted glasses.

Anónimo dijo...

Miento. Terminé el búfalo de la noche. Empecé el evangelio según Jesucristo. Ahí va.