17 abril 2009

instantáneas.

Click.
El cielo lleno de nubes bajas y regordetas, de un blanco limpísimo y en el parque que domina la panorámica, hermosas bancas de hierro forjado, de las que señorean las plazas de armas de casi cualquier ciudad de provincia. En primer plano, un viejecito desdentado contempla con azoro algo que no se distingue entre sus manos acunadas y sonríe.

Flash.
La espalda morena y esbelta de la mujer ostenta un lunar falso cerca del omóplato derecho. La minifalda apenas le cubre los glúteos redondos, el izquierdo contraído en la acción de dar un paso. Con una de sus manos se apoya en un colosal poste de acero para ayudarse a subir a la banqueta. Llueve a chorros, y la prostituta no se da cuenta que el aguacero empieza a arrastar con su fuerza su homenaje a los años de oro junto con su lunar artificial.

Click.
Un niño corre entre una docena de peatones con una sonrisa gigante en los labios abiertos. Un perrito que bebe agua de un charco junto a la acera se espanta y salta a un lado ante el veloz paso del pequeño que lleva en sus manos una brillante pelota de color azul. Hay un pedazo de chicle rosa pegado en la suela de sus converse rotos y detrás de el, en segundo plano, se ve al dueño de la tienda gritando algo que bien podría ser: "¡agárrenlo, raterito!".

Flash.
La habitación miserable de una vieja posada de tres pesos. Una cama bien tendida aunque con sábanas viejas y desgastadas. Una ventana de madera un poco abierta que permite el ligero viento por el que las cortinas lucen hinchadas como el velamen de un galeón. En el extremo poniente del colchón, el cuerpo abatido de un hombre joven sentado hacia la ventana. La espalda encorvada da el aviso de que con los brazos el hombre busca algo en el suelo que la cama no permite ver. Algo que podría ser un vaso de agua o su zapato izquierdo o una escopeta con la que se volará los sesos.

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1 comentario:

Mafalda dijo...

La realidad tal cual es siempre cruda y menos idealista... pero siempre certera..