Dado que hasta el momento Frida ha sido la única en exprimirse un poco las meninges y propuesto un tema en particular, el autor procede a cumplir con sus compromisos de campaña y ofrece a continuación el post orgullosamente titulado "DE LOS PERSONAJES QUE ME REGALARON LA FE A LA LITERATURA Y TODO LO QUE DE ELLO ACONTECIÓ" al que bien podría agregársele el apéndice "Y LOS PERSONAJES QUE YO LE HE AÑADIDO A LA LITERATURA CON UN PUÑO DE FE A VER QUÉ ACONTECE".
Creo que ya una vez aclaré aquí que yo empecé muy mal el camino del lector. Hoy he de aclarar que no empecé tan mal como parece. Mi primer libro fue El principito de Antoine de Saint-Exupery (ahórrenme los acentos en francés, merci). Yo era muy pequeño entonces -rondaba los 5 años- pero me acuerdo perfectamente que me gustó mucho el personaje del zorro que buscaba gallinas para comérselas. Obviamente mi mente era simple y básica y solía ir del uno al dos, pero si no me falla la memoria, ese fue el primer personaje no-necesariamente-bueno que llegó a mis ojos por la vía de las letras.
Luego vino la edad oscura, también conocida como CarlosCuauhtémozoica, en la que no pasó nada literariamente en la vida del puberto lector que fui en la secundaria, llena de personajes que bien podría haber diseñado un pastor evangelista en un sermón dominical o una maestra de teatro de preparatoria pública o, para el caso, un guionista de televisa.
Y entonces, cuando todo parecía perdido y la vida se enfilaba por las aguas caudalosas de la lectura cursi y amelcochada con rica cobertura de moralina hipócrita y ramplona, apareció el master caribeño (escúchese de fondo una cumbia tropicalosa onda rayito colombiano) Don Gabriel José García Márquez Buendía, montado en un potro gigante de nombre Cien años de soledad.
Yo era un mocosito de trece años que se ufanaba de sus tablas literarias (había leído como cuatro libros, por lo que les llevaba como cuatro libros de ventaja a todos mis congéneres locales) y de pronto un día agarré ese libro de portadas amarillas, lo abrí, empecé a saltar sobre las palabas Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía habría de recordar la tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.
¿Qué? ¿Cómo? No, en serio ¿Qué? ¿Muchos años después de qué? ¿Pelotón de fusilamiento? ¿Es la primera línea del libro y ya lo van a matar? ¿Quién chingados no conoce el hielo? El libro, en pocas palabras, me agarró por los huevos. Y un libro es una cosa testaruda, una vez que te tiene por los huevos sólo hay una forma de soltarte sin que te los arranque. ¿Han visto esas trampas de oso de las caricaturas que se cierran como fauces de tiburón cuando las pisas? Pues un libro se comporta de una forma muy similar, con la diferencia de que hay una manera de no salir lastimado y esa manera es seguirlo leyendo hasta que afloje.
Me sería bien difícil priorizar personajes en Cien años de soledad y decir que este me gusta por tal razón y este por tal otra, pero creo que el personaje que para mí más captura lo que ese libro vino a hacerle a mi neófito lector interior en aquella ya lejana y empolvada adolescencia se llama Melquíades el gitano. Él solo puede muy bien constituir todo el elemento metafísico que inunda y satura el ambiente narrativo de (pasarán más de) Cien años (muchos mas), es con él con quien llega el imán a Macondo, su tribu trae el hielo, la lupa, las aspirinas, demonios, incluso las dentaduras postizas. Por él es que José Arcadio Buendía revoluciona al pueblo para volverlo una civilización avanzada y por él se enteran todos de la existencia de las ciudades submarinas, las sirenas, las alfombras voladoras. Melquíades es por sí solo, la representación de toda superchería latinoamericana de los dos siglos anteriores y eso, para mí, es un elemento mágico respetabilísimo que justifica por sí mismo la existencia de la literatura.
Por lo tanto la lista, de serlo debería empezar con:
1.-Melquíades el gitano, Gabriel García Márquez, Cien Años de Soledad.
Y supongo que la continuaré con:
2.-Jean Baptiste "Garrapata" Grenouille, Patrick Süskind, El perfume.
Nunca voy a dejar de quitarme el sombrero ante la genialidad narrativa del Señor Süskind. Estoy seguro que todos los narradores de su época se quisieron retorcer en las úlceras de la envidia cuando leyeron la primera edición de El perfume y se toparon con la durísima realidad de que un escritor había agotado para siempre el recurso de describir con una armonía que raya en el éxtasis el sentido más ignorado hasta entonces por el quehacer literario.
El personaje creado expresamente para ello, Jean Baptiste Grenouille, es un niño fenómeno que nace de una destripadora de pescado en un almacén del mismo aromático producto marino y al que la madre gustosamente hubiera asesinado de no haber sido descubierta.
En todo el transcurso de la historia, y empezando por su propia madre, Grenouille le acarrea la muerte a todo el que tiene contacto con él. Pero eso es sólo incidental, lo realmente maravilloso del personaje es cómo Süskind se las arregla para emocionarlo (y emocionarnos) hasta las lágrimas cuando Jean Baptiste percibe un aroma sublime (generalmente un aroma femenino, aplausos). Para un ser humano que hubiera dado la vida por tener el don de Grenouille, los párrafos que versan al respecto son dignos de escribirse en oro y conservarse hasta la noche de los tiempos. Por si fuera poco, el personaje -y el libro- tienen el mejor final ever. Cómete esa, Dan Brown.
3.-Jesucristo, José Saramago, El evangelio según Jesucristo.
Imagínate que naces fuerte, robusto, hermoso (o robusta, hermosa, si naces sin pene), y al poco tiempo te acercan el cálido pecho de tu madre y sorbes y conoces el placer de ser amado. Y luego creces, te educan, recibes el amor de tus padres, aprendes el oficio de carpintero que ha sostenido a tu familia. Recibes la educación de los ancianos, te enseñan la doctrina de tu dios, te enseñan sus valores y reprimendas. Juegas con tus hermanos, comes lo que tu madre prepara en la hornilla familiar, ayudas a tu padre en el taller.
Y al día siguiente, matan a tu padre. Y te dicen que es por ti. Te enteras de que deberías haber muerto pocos días después de nacer. Que el rey de todos los pueblos que conoces quiere tu sangre, tu cabeza. Que cualquier soldado del reino que sepa quién eres no dudará en enterrarte un puñal hasta la empuñadura. Que estás destinado a huir toda la vida y que de todas maneras no servirá de nada, porque terminarás azotado, flagelado, torturado, golpeado, escupido, vituperado, clavado de muñecas y tobillos a una enorme cruz de madera, atravesado por una lanza de hierro, coronado de filosas espinas. Te enteras que harás todo eso porque otro, tu verdadero padre, decidió usarte de peón en su ajedrez.
El Jesucristo de José Saramago tiene la enorme, enorme virtud de ser un hombre. Antes de leer al portugués, siempre me habían vendido al Cristo super héroe que no se arredraba ante ningún castigo, enfrentaba sus condenas con valor y casi sacaba el pecho para recibir las balas. Y algo no me cuadraba. La señora Mago, por su parte, nos regala con un Yisus de una inteligencia preclara, conocedor de los designios del dios, pero que sin embargo se aterra cada vez que sabe las cosas que le están destinadas, se encabrona cuando se entera que a los cientos de miles que morirá para salvar les va a importar una mierda su muerte y que sus descendientes van a vivir haciendo caso omiso de su ejemplo. Alega con Dios y se hace compa del diablo, que incluso le da chamba -pagada y todo- como pastor de sus rebaños. Es más, el diablo de José Saramago también es un tipo de lo más cabrón, didáctico, paternal, no se enoja con Jesús cuando éste le falla, ni lo cocina a fuego lento ni lo lastima, no, lo voltea a ver con ojos dolidos y le dice: No has aprendido nada, vete.
Chingatumadre.
Exijo que Saramago reescriba la biblia inmediatamente.
***Precaución, todo lo anteriormente escrito contiene blasfemias e ideas que pararían de pelos a Benedicto XVI, favor de proceder con criterio***
4.-Alex Faber, Antonio Ortuño, El buscador de cabezas.
No tiene caso que hable de este personaje si es un hecho que NO han leído este libro. Léanlo, se los juro. El mejor personaje de un escritor joven y además él cuenta toda la historia. Una chingonería.
Y last but not least...
5.-Violetta, Xavier Velasco, Diablo Guardián.
No voy a discutir los poderes y defectos literarios de Velasco, sé que es como el América y lo amas o lo vomitas, pero el personaje principal de su libro principal es simple, sencilla y llanamente La perra más cínica, maldita, egoísta, bad-ass, calculadora, manipuladora y encantadora del mundo. Me casaría con ella ahorita. Period.
Y la segunda parte de la propuesta de la Perséphone pide que hable sobre el que yo considere el mejor personaje que haya creado en mi trabajo narrativo.
Aquí se me pone un poco complicado porque yo <3 a todos mis personajes, sobre todo a los femeninos de los que por lo general termino prendado teniendo que enfrentarme siempre al inconveniente de que no existan y todo eso. Pero bueno, creo que los mejores personajes en cuanto a manejo psicológico, empatía con el lector, logro estilístico y todo lo demás, tendrían qué ser:
1.- Julieta, de Julieta despierta, Julieta duerme y Julieta del Espejo.
Por mucho el personaje más pacheco que haya salido de mi galería mental. Es una mezcla entre la Alicia de Carroll y una estudiante de periodismo con la que platiqué diez minutos en un camión. Ah, sí, antes todos mis personajes los conocía en los camiones.
2.-Andrés, de Cada Palabra, Por lo menos, Sullivan y otros cuentos.
¿Qué puedo decir de este personaje? Es el tipo que yo sería si no fuera yo tan bueno.
3.- Ana Loyola, de Dos píldoras azules.
Por mucho, el personaje más celebrado por mis lectores. Es tan popular que todavía recibo ofertas económicas de mi público masculino para que les dé su teléfono o una seña mínima de dónde encontrarla. Malas noticias, no existe, es uno de los poquísimos personajes total, completa y absolutamente inventados de toda mi obra.
Me casaría con ella ahorita, aunque Violetta se encabronara.
Mi Perse, con todo cariño, complacida. Ojalá me cuentes de los tuyos.
14 comentarios:
Bastante interesante tu clasificación de personajes, pero a mi gusto te falto Santiago, de el Alquimista, pero eso es mi punto de vista, por cierto me interesan los libros de el buscador de cabezas y dos pildoras azules, como los puedo conseguir, espero me puedas ayudar. Tienes muy buena redacción.
Saludos
El buscador de cabezas es de Editorial Joaquín Mortiz y data del 2006, puedes conseguirlo en Ghandi o en El sótano. Mortiz es filial de editorial planeta, así que también en www.editorialplaneta.com.mx puedes obtener información para conseguirlo en tu ciudad.
Dos píldoras azules lo consigues en el Instituto Sonorense de Cultura (quedan como cuatro copias) y en librerías de conaculta. Si te interesa mucho, yo puedo enviarte una copia, mándame un correo a gerardohernandez@live.com.mx
Saludos.
muchas gracias por la información y si me interesa bastante el libro de dos pildoras azules, si cuentas con una copia, mejor aun, te mandare un correo, lo mas seguro es que lo leas antes que este comentario pero muchas gracias.
Saludos
Interesante tu post...
gracias por decir que algunos no pensamos lo suficiente... jaja
cuidate... que tengas un excelente fin de semana.. =) sldos
Je je je, presentí que mi preámbulo al post iba a provocar algunas comezones, querida Zully, pero no, no va por ahí la cosa, lo único que quise dejar claro es que quiero que los temas que propongan sean específicos, como lo que hizo Perséfone: Tal y tal.
Por supuesto asumo que me lee casi pura gente inteligente, la gente menos lista se aburre pronto.
Saludos!
Es lo divertido de ser escritor, un par de líneas bastan para desencadenar los párrafos siguientes. Me encantó el post, me uno contigo, al personaje del perfume y al del evangelio. Por otra parte, yo sólo he leído los cuentos que públicas aquí en tu blog, y por equis razón no me he dado la tarea de buscar tu novela, prometo hacerlo pronto. El personaje ese de Julieta, no lo recuerdo, si no está publicado aquí, sería bueno leerlo, ya sea por aquí, o si no es mucha molestia, que lo mandaras a mi correo. Me gustó el tema como para yo también hacer un post y luego entonces responder cuales son los míos.
No es comezón... es honestidad.. y suelo serlo siempre... además la forma en como lo planteaste dentro de tu redacción lleva esa connotación totalmente... jamás hiciste esa aclaración que realizas ahora en respuesta a mi comentario... Aclaración que te soy sincera me parece más una disculpa diplomatica por así decirlo.. jajaja
De cualquier forma estaré viniendo a tu espacio... tienes una extraña acidez y pedanteria que puede agradarme de vez en cuando =)
Sldos.
:) Nunca pongo gestitos en mis textos, pero es la primera vez que alguien me saca una sonrisa genuina de aceptación con un comentario.
Zully, efectivamente, soy más ácido que un limón y más pedante que los hermanos Galagher, pero mi nivel de diplomacia vive perpetuamente cercano al cero, por lo que te aseguro que de ninguna manera quise decir que alguno de ustedes "no pensara" lo suficiente, sino justamente lo que dije: que les falta precisión.
Y eso obviamente me inquieta porque fuera del Persepost anterior, ya no tengo tema de la semana. Así que no, ni me disculpo ni me echo pa'trás. Soy del mero Navojoa donde se rompen las olas.
Jeje. Un abrazo.
Ah, y Frida: Te garantizo que los cuentos que has leído en mi blog no son ni de cerca lo mejor de mi producción. Tan pronto podamos ponernos en contacto te hago llegar con mucho gusto material que considero rescatable.
Ya ves que soy bien pedante.
Monitor... que no donde se rompen las olas... es sinaloa... Mazatlán para ser exactos... jajajaja :p
Haaay Mayitooo ... me caés de un re bien! =)
pd: Tema preciso: Habla acerca de la relación que llevas o llevaste con la persona adulta que mayor preponderancia llego a tener durante tu infancia y la cual consideras por algún motivo fue eje en mayor o menor grado en tu vida.
Soy una anónima que ronda este blog mas seguido de lo que me gustaría, pero lo descubrí y alguna extraña razón me tiene atrapada aquí y si no hay algo nuevo que leer hasta me molesta...Yo si leí dos píldoras azules, me lo pintaron como lo máximo y de ser sincera me lo leí entre 4 y 5 escasas horas, realmente Ana Loyola es desde mi muy personal punto de vista lo máximo de esa novela, aunque hay otro personaje mas también rescatable ...Violetta esta para vomitar …. Zully, creo que tu tema, ya lo "redacto" de alguna manera en un post no muy viejo... revísalos...
Creo que no se debe confiar en alguien que pinta como lo máximo la primera obra publicada de un autor tan en pañales como yo.
Opinión muy personal.
Pues que raro .... llevo lo que va del año... siguiendo a este mi Monitor.... y la verdad es que no recuerdo que haya escrito como ahora de su manina... recuerdo a su abuelo manuel ... de que era chaparrito y no crecía ni a golpes.. de la vez que se quedo no se cuanto tiempo arriba de un árbol porque no pudo bajar... de la neveria y barberia de su pueblo... de la mujer a la que llama puta mientras la nalguea... de lo codificado de su sentido del humor... y de lo uraño y gruñon que puede ser... pero en verdad de su manina.. no me suena!!!
checaré de todas formas!! ¬¬
Sera porque no es lo unico que conoce de el escritor en pañales como usted mismo se llama... mas si era lo primero que la que escribe leía de usted... pero prefiero quedarme con su blog, que me resulta de lo mas interesante, sobretodo cuando provoca en mi sonrisas sinceras con tantas verdades y ese cinismo puro capaz de disfrutarse, algo extraño en una persona que ha vuelto de la escritura uno de sus oficios mas reconfortantes, porque no se si redituables...
Por cierto, deje de enojarse y hacer corajes por culpa de los estúpidos sin cerebro que manejan nuestro país, que en verdad creen que todos los habitantes del mismo, somos como ellos.. y escriba.. que a mi me molesta mas que no lo haga, que oir y leer las barbaridades que dan como noticias... total esas ni las tomo en cuenta y le doy un minuto mas de vida a mi hígado je :P
Saludos
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