Por muchos y muy diversos motivos, esta bitácora que tanto he querido y cuidado durante cinco años, llega a su fin. Tiene un par de meses agonizando en el abandono y la situación no es justa ni para ella ni para mí, así que para evitarnos el mutuo disgusto de vernos las caras con gesto de reproche todos los días, queda constancia de que Monitor es de hoy en adelante, una galería de recuerdos.
Gracias a todos los que nos frecuentaron. Fue bueno mientras duró. Les dejaré saber si en algún tiempo inicio otro proyecto similar. Tengan todos una excelente vida.
4 comentarios:
No se vale... ¿y ahora?
Y ahora nada, seguiré publicando mis cosas como siempre, en revistas literarias, papeles volanderos y esas cosas profanas y maravillosas que sacan Anagrama, Alfaguara, Seix Barral y asociados.
Hoy si tengo el deseo arraigado dentro de mi, de conocerle para darle un par de zopapos o cachetadas Sr. Monitor, pues no solo me tenía en la agonía de la falta de letras, sino que no conforme las ha asesinado.
No asesinaría algo que le apasiona y ama tanto. Sus letras no están muertas. Seguro.
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