Me enteré por Edith Cota -Encargada de prensa del ISC- que Arturo Mendoza planeaba dirigir un taller de periodismo cultural en esta calurosa ciudad. Mendoza fue editor de Milenio Diario, Revista Chilango, Emeequis y un par de otras importantes publicaciones, así como guionista de 3 películas 3 del cine nacional (con Bolado Films). Su obra publicada puede conseguirse en casi cualquier librería grande y es, sin duda, uno de los grandes en el medio en el que uno empieza a desenvolverse tímidamente (en realidad no es tímidamente pero me gusta sonar modesto).
Sobra decir que tan pronto recibí la información me anoté en la lista de talleristas y un par de días después recibí el temario en mi correo. "Claves del Periodismo Cultural: Instrucciones para cultivarlo y desafiar". Así nombró Mendoza el curso y a mí me pareció bastante acertado a juzgar por lo visto en estos cuatro entretenidos días de trasnocharme (mis horas de sueño normalmente inician a las 4 am, el taller a las 9am) y tomar mucho café y comer kilos de galletas a cuenta de CONACULTA.
Por cuestiones de la vida no pude estar el primer día, pero me incorporé al segundo ya con un tema a medio trabajar. La dinámica era presentar tu tema el primer día y enviar un primer avance por la noche. Dicho esto, el martes que me presenté por primera vez, ya llevaba leídas las propuestas de los dos talleristas que enviaron sus trabajos. El debate fue bastante entretenido y creo que a todos nos pareció iluminador el pequeño arsenal de trucos efectistas que Mendoza fue sacando de las mangas de su saco (sí: saco en verano, en Hermosillo, el hombre tiene pedos) para mejorar los textos tanto en lo estructural como en lo que toca a su impacto en el lector.
El grupo fue una cosa de lo más interesante por su pluralidad multidisciplinaria. Teníamos dos fotógrafas -Edith Cota y Esperanza Barrón- interesadas sobre todo en el aspecto gráfico del periodismo cultural. Un músico -Emmanuel Cobos- de la escena indie nacional, cuyo trabajo fue convirtiéndose poco a poco en lo que bien podría ser El manifiesto indie. Tuvimos también una pareja de licenciados en literatura -Magdalena Frías e Iván Camarena- que dieron un innegable aporte teórico-filosófico a la construcción de los textos. Josué Barrera, sicólogo según su título universitario, narrador según su oficio cotidiano, aprovechó la experiencia que le han dado sus dos libros de cuento y la dirección desde hace cuatro años de la Revista La Línea del Cosmonauta, para dar un enfoque técnico, artesanal, a la observación de las lecturas y a la crítica. El Doctor Manuel Santillana, tengo qué decirlo, fue un elemento bien importante en la dinámica: el que más mandaba textos, el que siempre tenía un comentario, el que más contó anécdotas y el que más cosas hace. Locutor, Conductor de televisión, Médico Familiar, director del cineclub, Novelista, Periodista y muy probablemente sea Batman por las noches.
Completamos el círculo Joel Alejandro Gastélum, mi socio, y este que les escribe. Creo que en un principio fuimos los más fuera de lugar: Un comunicólogo interesado en hacer cine y un Abogado metido a Literato. Pero para el tercer día ya nos apodaban "Los tigres del diseño" (cortesía de Santillana el apelativo), por la pasión tecnológica del Joel y el empuje creativo de acá este servidor de vosotros.
Para el final del ciclo ya teníamos casi amarrados dos proyectos nuevos en los que empezaremos a trabajar la próxima semana y que nos tienen bastante ocupados en estos días.
¿Resultados? Les van:
1.-Dos crónicas muy bien insinuadas sobre los trágicos eventos del 5 de Junio, cortesía de Magdalena Frías y Josué Barrera.
2.-Un estructurado ensayo sobre las implicaciones morales, sociales, políticas y emocionales del mismo lamentable suceso en letras de Iván Camarena (por cierto ganador del Estatal de Cuento en 2008);
3.-El esbozo de una colección fotográfica titulada La Mesa, de Esperanza Barrón, cuya temática gira alrededor de dicho mueble como elemento unificador de la estructura familiar y de encuentro con uno mismo a la hora de las viandas;
4.-El manifiesto indie, de Emmanuel Cobos, que resulta un documento divertidísimo de leer y que a cualquier melómano le hará asentir complacido.
5.-La fundación y uso corriente de los nuevos paradigmas generacionales: La generación teclado y la generación olivetti.
6.-Una profunda reorganización de mi cuentario Equívocos y Ficciones, que sufrió un Extreme Makeover y está quedando más chulo que el Pano Salido.
7.-Un par de magníficas ideas para el titánico esfuerzo que está haciendo el Joel con su trabajo sobre la deformación del lenguaje cortesía del internet.
Ojalá hubiéramos tenido más tiempo para aprovechar a Mendoza; estoy seguro que se hubiera concretado un sabroso libro de aportaciones multitemáticas difícil de evitar para cualquiera que esté tangencialmente interesado en la cultura en el estado. Anoche en el cóctel de despedida me enteré de que regresa en un par de semanas y ya todos lo amenazamos con tenerle algunos textos esperando para entonces. Sobre aviso no hay engaño, maestro.
Por cierto, ¿ya les dije que en tres semanas me voy a Cuba? ¿No? Ah, bueno, entonces a lo mejor no quiero decirles.
1 comentario:
Jajajajajaj Más chulo que el Pano Salido!! jajajaja Te saliste... para empezar ...iiiiiaaaak!!!! Cualquier cosa es más guapo que el sujeto; al menos desde mi humilde opinión... y luego que culpa tiene tu pobre libro?? Haber si aprendes a tenerle más amor a tus letras...
Por otra parte..que rico que disfrutaste el taller... que rico que "diste vida" eso me gusta.. =) Sigue así...
Creo que conozco a ese jóven Cobos.. mmm mmm preguntaré a mi bro.. en fin...
nd x last y sooper importante; ijos chn! tns ttl razón la CRI nos sta acindo pesimos scribanos jajajajaja =)
Aaaaaaaaaaa Cuba???? (y) =D Disfruta tu viaje... finge que te acuerdas de esta humilde lectora y me compras un recuerdito.. ok? Besos!
Publicar un comentario