14 agosto 2007

de la vida y sus impertinencias

Cuando era mas joven creia a ciegas en el escepticismo. Creia en No creer, para decirlo con un juego de palabras que me haga sonar mas filosofico. Cuando era mas joven aun, y mi familia se complacia en acercarme a la religion, creia en el Creer, como un medio de empoderamiento de los deseos. Creer en Dios para asegurarme felicidad en esta vida y en la otra, creer en santoclos para tener regalos, creer en el coco para ser mejor portado, creer, creer y creer.

Con la edad vienen las malas ideas, y en el pasado mas cercano, el agnosticismo, el ateismo, el escepticismo, surgieron como boyas en un embravecido aluvion de ideas encontradas. Dios no estaba, ni contestaba en ninguna de sus lineas, santoclos habia dejado dellegar desde hacia bastante tiempo y ahora uno se encontraba en las tiendas comprando los regalos de los lepes de la familia, con un cierto sospechosismo de que ese trabajo le tocaba a alguien mas. Del coco ni hablamos, por mas tarde que uno se quedara a esperarlo, no lo encontrabas mas que en las galletas arcoiris y en las tiendas de dulces tipicos. Y no daba miedo.

Ahora, despues de haber doblado tantas esquinas en la vida, uno se encuentra con que ya no quedan perspectivas, no hay plan C, no se sabe si creer en algo, dudar de todo, renunciar a los propositos o de plano mudarse a Indonesia y maquilar tenis nike.

Por lo pronto me voy a tomar estos dias para vivir despacito, casi de puntitas. No sea que la vida se de cuenta y venga a joder.

1 comentario:

Anónimo dijo...

yo también creía, por eso quiero aprender a bailar ballet.

la sis