19 agosto 2007

how to hate a city in three easy steps


1.Mudese a un lugar que reuna las caracteristicas siguientes, un clima que detestes, el tipo de gente que mas te moleste, que tenga frontera para que haya mucha droga y criminalidad y prostitucion, etc.

2.Dedica los dias a comprobar que por mas que intentes abstraerte, la ciudad te absorbe a su rutina y te hace parte de ella, contiagiandote de acentos, modismos, cotidianeidades y temores propios de sus nativos.

3.Siente en carne propia la mierda de ser un citadino mas de la ciudad que empezaste detestando y que ahora ya no puedes ni ver.

En resumen, ya odiaba el maldito calor que hace aqui, me cagaba sobremanera la rutina de la gente, no me cabia en la cabeza la ausencia de lugares tranquilos donde uno pudiera pasarse un buen rato leyendo y tomandose un cafe al son de unas buenas rolas. Pero hoy fue el acabose. Llegue al trabajo, a la hora y media mi companero de departamento llama a la oficina para comunicarme que dos minutos antes habia llegado y habia encontrado la puerta abierta, se habian llevado la television, mi lap top, y hasta un puto reno navideno que estaba por ahi desde el diciembre pasado.

Ya en otra ocasion publique sobre la furia descontrolada que provoca en mi sistema neural el hecho de que me roben algo, pero creanme que esta vez fueron mucho mas lejos, siento que me dieron una docena de putazis en el higado y se me doblan las piernas del coraje. Se los juro, estoy muy encabronado.

Y ya, espero que caigan un chingo de rayos y el suelo de abra y mexicali se hunda a la mierda. Al cabo que ya en dos dias me voy. PUtos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

comparto tu furia, no mames, pinche gente, son de lo peor, que se pongan a trabajar, en vez de andar jodiendo a gente que si trabaja y se esfuerza por tener lo que tiene...

Anónimo dijo...

jaja tal vez sea que no trabajé o que casi no pasé tiempo en el calor, sin embargo sí, lo poco que pude sentirlo, creí que mi cuerpo se haría pasita en segundos. Pero, en una ciudad en donde (casi) no conoces a nadie, es bueno dormir con quien amas, acostarte con frío y despertar con calor. Cuidar el agua y salir de madrugada por cena o café. Sobra hablar de la increíble senssación de tener a los brazos que te encantan rodeándote el tiempo que dure la mañana y después de medio despertar, planchar para que, ese con quien convives, duermes y despiertas, se vea perfecto para ir a trabajar. A fin de cuentas es así. A fin de cuentas, eres así.

Te adoro.