23 octubre 2008

Breve nota aclaratoria.

Con una única destinataria, cuyo nombre no será dicho porque aquí se le sigue queriendo demasiado, pero de la que diré que es bella, vegetariana, chaparrita, ballerina, excelente repostera y pronto una de las mejores chef del mundo, además de una persona bellísima:

Tienes razón, no tienes pies feos, ni ninguna de las otras cosas que mencioné. Por eso te amé tanto y con tantas fuerzas durante mucho más tiempo del que debí haberte amado, pero mucho menos del que me hubiera gustado haberte amado.

Dijiste que eras feliz y espero que lo seas de verdad, a mí me costó un trabajo horrible y muchisimos días de dolor y desesperación entender que la vida sin ti era la única opción que me quedaba.

Acepté tu adiós hace muy poco tiempo. Como alguna vez te dije, te llevaste todo lo que yo era cuando te fuiste, y no tuve más opción que reconstruirme. Hoy soy otro, y gran parte de eso te lo debo a ti. Gracias por el amor y gracias por el dolor.

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