El blog ha estado en coma porque todo ha estado en coma. Las cosas se han ido por los caminos que les ha dado la gana y la vida en general ha seguido pasando. A nadie le han hecho falta mis palabras y tampoco les hacen ahora, pero el caso es que a mí de repente me sobra el ego y juzgo que compartir aquí, en esta bitácora ya casi inexistente aquello que me pasa es terapéutico, responsable y casi, sólo casi, útil.
¿Por qué volver justo ahora? Bueno, creo que es una respuesta complicada, pero voy a intentarla. Porque soy un hombre cíclico. Porque casi siempre regreso después de que mi vida da un golpe de timón y me pasan cosas que jamás creí que me fueran a pasar pero que sin embargo de modos muy extraños provoco que me pasen. Así ha sido siempre y creo que ya soy muy viejo para cambiar. Aunque eso no es un pretexto porque yo soy demasiado viejo para cambiar desde que tenía doce o trece años y entonces no había blogs para abandonar.
Pero ese no es el punto. ¿Cuál era el punto? Quizá el punto era decir que tengo otra novela. Ustedes pueden recordar o no que yo trato de escribir y además tengo la desfachatez de pretender vivir de ello. Y para lograr ese utópico deseo publico las cosas que escribo y le cobro a gente que tiene más dinero que yo por publicar mis cosas. La novela se llama Crucigrama, se trata de muchas cosas, pero si quieren algunos spoilers se los regalo entre paréntesis. Por supuesto si no quieren los spoilers, sáltense los paréntesis. Y ahora, los paréntesis (en el primer capítulo se muere el presidente y medio gabinete, luego narra el personaje principal que es director de un periódico/noticiero digital; enseguida un comando armado toma por asalto el congreso de la unión y secuestra a todos los diputados y senadores y los encuera; luego pasan cosas muy divertidas y yo los hago reír a todos con mis grandes recursos narrativos) y ya. Compren mi novela.
Es mi segunda publicación formal (es decir, en forma de libro, pues he estado publicando en revistas y otros medios) y la verdad es que no ha sucedido de la forma que esperaba ni con la obra que esperaba, pero así se dio y estoy conforme. Lo he dejado ahí donde está y por lo pronto empiezo a mover en las editoriales mi proyecto nuevo que quiero ver publicado el próximo año, cumpliendo así con el plan original de tener tres libros publicados a los treinta.
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En temas relacionados, quisiera decir que la semana pasada asistí como invitado al Festival de Literatura del Noroeste, en la ciudad de Tijuana. El Festival reunió a un centenar de autores de Chihuahua, Sonora, Sinaloa, Durango, Guanajuato, Las BajaCalifornias y varios otros puntos del orbe (lo cual no entendí en un festival del noroeste, pero bueno). De esta experiencia aprendí varias cosas, entre ellas:
1.- Los escritores somos personas terribles. Nuestros egos son demasiado grandes, nuestras costumbres higiénicas son trágicas, nuestras inteligencias mínimas y nuestros modales pésimos. Ser escritor debería ser penado por la ley.
2.- Darle de comer a cien escritores puede consumir el PIB de un país tercermundista. Ser escritor, al parecer, está íntimamente relacionado a ser gorrón, conchudo y columpio. Del gusto por el alcohol mejor ni hablamos, es más fácil separar la grasa de la estufa que a los autores de las copas.
3.- Todos los escritores viven bajo una misma verdad. Y esa verdad es “yo soy el único escritor que vale la pena y todos los demás escriben mal”.
4.- Los poetas no se enteraron que la poesía se murió junto con Jaime Sabines. Neta, poetas, supérenlo. Busquen un trabajo, córtense el pelo y báñense. Todo va a estar bien.
5.- Las instituciones culturales del estado fracasaron. La cultura y las artes están igual de muertos e ignorados a nivel orgánico en todos los estados de la república. Todo lo bueno que se hace en todos los rubros es A PESAR del gobierno. También en eso este régimen es una vergüenza.
Podría seguir hablando por horas de todas las cosas que vi y entendí en este viaje, pero sería un esfuerzo estéril considerando que es una experiencia vital que todo autor debe tener alguna vez aunque sea solo para entender que la literatura como la masturbación, son ejercicios de amor completamente individuales. Me queda la grata compensación de haber hecho un puñado de nuevos amigos y haberme desentendido por un tiempo de la dinámica cotidiana. Buena falta que hacía.
Tijuana sigue siendo la vieja fea pero bien buena que todos se quieren coger, applebee's abrió su cuarta tienda en la ciudad (fui parte del equipo que inauguró la primera en el 2007) y me encontré con los directivos de la empresa en el restaurante del hotel. Eso le dio un sabor extraño al viaje, como si todo pasara por segunda vez. Quizá la idea poética no está muerta del todo y el tiempo también sea un producto de reuso. Quién lo sabe.
Sí.En fin. Voy a estar publicando con mayor frecuencia el resto del año y también todo el año próximo. Reciban un abrazo desde el espacio imaginario donde los desencantados nos reunimos a conspirar.
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