25 agosto 2004

De todos modos la poesía no era lo mío.

Dime:
¿Cómo te sientes?
Si extrañas algo, a alguien,
si sabes ya cómo justificar tu muerte
o tu vida o cualquier cosa
o si ya has entendido que no existe el destino
que la lluvia es un truco
un toque de melodrama
en el cielo de invierno
y el viento sólo efectos especiales
para hacerte más bella
con los cabellos al oriente.

Dime:
¿Qué es lo que sientes?
Supongo que ya sabes que el amor no se aprende
que no existe una forma correcta para darlo
y las fórmulas valen nada
al menos en tu caso
y supongo en el mío
pero incluirme tal vez sea demasiado
o demasiado poco
después de todo la inclusión
también es una fórmula.

Dime:
¿Por qué lo sientes?
Quizá se deba a un reflejo aprendido
al empirismo de tus pocos años
o a la auto sugestión
ese gusto eterno por lo triste
por el glamour de no ser feliz
de ayunar por desidia
trasnochar por costumbre
quejarse por estilo
llorar por los recuerdos.

Dime:
¿Cómo me sientes?
Si la respuesta es un aquí o un distante
un lejano, un tristísimo y dulce
si la respuesta es una fórmula
o un nada en absoluto

Dime:
¿Todavía sientes?

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