08 diciembre 2008

lápiz

No tengo una ventana de cortinas amarillas
ni una luna exclusiva dónde estacionar mis sueños
ni el don invaluable de llorar cuando quiero
o el no menos precioso de querer cuando lloro
y no tengo cómo explicar sin palabras
el trinar del gorrión
la abulia del pez muerto en la pecera
por qué no revientan las burbujas en el agua
pero al menos sabría explicarme el silencio
si existiera.

No tengo cómo expresar meridianos
trópicos
y husos horarios
para enseñarme a decir en dónde estás
ni cómo deshacer el eclipse de tus ojos cerrados
la elipse de tus labios siderales
el ciclo de rotación de tu cintura
pero conozco el vector exacto que delinea tu sexo.

No tengo una habitación redonda
en cuya ausencia de esquinas no estar solo
ni una ventana sin lluvia
ni un pegaso lisiado
o un astrolabio averiado
que me llevara por error a ti.
No tengo un barco sin velas
ni un submarino con alas
ni un carricoche sin potros
o un par de patines rotos
que sirvan de pretexto para no irme.

Pero tengo todavía este lápiz
que dibuja unas velas y un par de alas
y camina despacio porque no ha aprendido
a correr distancias sin gastar la suela
de su único pobre zapatito negro
y esta hoja solitaria
suicida
que se vende por unos centavos
o por la caridad de un garabato
y los tres juntos
despacito
te buscamos.

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