Llueve ligera, muy ligeramente, mientras yo pienso calmada, muy calmadamente, que es un día precioso el que late ahí afuera y pienso también que seguirá siendo precioso aunque te hayas ido quizá para siempre de este pedazo de mi vida que te correspondió por derecho.
Perdona mi temperamento, pero el que te hayas ido no me cambia nada. Saber que existes me bastó por tanto tiempo que, de una manera u otra, tendrá que, tarde o temprano, volver a ser suficiente. Salud por el sabor de los labios que nunca llegaron a ser de mis labios.
2 comentarios:
Nunca digas "nunca".
Ves???
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