16 mayo 2006

Volví a soñar que tu cuerpo amanecía junto al mío. Estabas casi desnuda, excepto por las bragas de encaje que te cubrían el pubis y el antebrazo que hacía lo mismo por tus pechos. Los párpados te temblaban de un modo apenas perceptible, como si un mal sueño te persiguiera. Justo cuando despertaste, desperté.

¿Alguna vez sabré lo que soñabas?

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