24 junio 2008

Retroatrayéndome.

Continuamente me jalo hacia el pasado. Continuamente me jalo hacia los días que ya se fueron. Continuamente noto que me duele lo corruptos que quedan mis recuerdos tras los finales de miseria que suelo darle a las cosas. Continuamente descubro que mi aversión al pasado no deriva de lo amargo de mis nostalgias, sino de la dulzura de las cosas que se han podrido para siempre. Continuamente me reprendo por ceder a la debilidad de recordar, de permitirme vivir de nuevo dolores viejos, por esta manía estéril de tallarme las heridas hasta abrirlas de nuevo, por esta seducción de mi propia mente que me hace ceder a la tentación de un recuerdo radiante y seguirlo hasta encontrarme de pronto en la ciénaga maloliente del verdadero recuerdo, ese en donde a veces estás tú, que sé que sigues leyendo esto aunque ya nunca digas nada.

¿Por qué no me dejas en paz? ¿Por qué no nada más tomas tu veneno y te lo bebes?
¿Por qué no te mueres, con un carajo, y conviertes este mundo en un lugar libre de ti?
¿Por qué sigue estando bien oscuro, aún cuando todo el mundo me grita que llegó la mañana?
El mundo no es un lugar amable. Yo no soy un tipo amable. Tu patetismo y tus arranques de histeria, tu sed de venganza, tu frenética manía de hacerme daño, todo eso, incluída tu pobre alma condenada, se pueden dar vuelta para recibir mi patada en el trasero. Esa será la única forma en que te toque de nuevo.

¿Te queda claro?

2 comentarios:

angelerido dijo...
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DorothY dijo...
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