Tengo varios días despertando pasado el mediodía y sintiéndome como si un tranvía me hubiera planchado de ida y vuelta. Me imagino que es consecuencia de dormirme siempre alrededor de las cinco de la mañana y de pasarme las ocho horas de trabajo como si estuviera en el gimnasio, cargando barriles y cajas de cerveza, bolsas de hielo muy grandes y mi ego.
Tengo varios días postergando indefinidamente actividades que quiero/debo hacer porque el tiempo simplemente no me alcanza -estoy durmiendo casi ocho horas diarias- y eso me enoja y me frustra y en general me amarga un poco más el humor. No he leído casi nada desde hace más de una semana (y para colmo lo que he leído no me ha gustado), tengo montañas de lavandería en mi cuarto, mi novela se atascó y no he hecho nada por sacarla, necesito con urgencia escaparme a la playa y despejarme un poco del caos que traigo en la cabeza.
Tengo varios días preguntándome qué demonios se les metió en la cabeza a las pobres mujeres que se esfuerzan tanto por caber en el cliché "trátame mal y te quiero, trátame bien y te ignoro" y se limitan tanto y se reprimen tanto y sufren y se lamentan tanto por situaciones en las que ellas mismas se ponen adrede. Señoritas: Yo no soy lo que buscan. Por si no fuera suficiente con todos mis defectos para descartarme como pareja, ahora además estoy perdidamente enamorado, y eso las pone a ustedes fuera de foco. Lo siento. No, mentira.
Tengo varios días cuidando lo que como, un poco resfriado, de buen humor injustificado, afecto a la confidencia, apreciando de nuevo la belleza, sin comprar agua para el depa, tomando café con galletas a las seis, usando calzones deportivos, desinfectando mi piercing, viendo episodios sueltos de friends y recordando lo que sueño.
Claro que "tengo" es un decir, creo que mi vida por fin se ha vuelto rutinaria. Mátenme.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario