03 septiembre 2008

Trasnoches.

Ayer fue cumpleaños de uno de mis amigos más cercanos, Noé, y por ese motivo los muchachos del bar y yo decidimos adelantar el cierre e irnos a su casa a darle un buen abrazo, beber algunas cervezas con él y su domadora y pasarla relax hasta el amanecer.

Eran las 2a.m. y yo conducía por el Salazar atento a los faros del jetta de Diana, que me seguía a cierta distancia y oteando de vez en cuando al horizonte en busca de la clásica patrulla jodona que nunca falta en la madrugada. No es que tuviera nada qué temer -como saben, no bebo- sino que simplemente cada vez se me vuelve más molesto el concepto que la policía mexicana se ha encargado de formarnos a los mexicanos de ellos y me da muchísima tristeza el preferir encontrarme con un malviviente que con un policía durante la noche.

Tomamos República de Belice hacia el norte y cuando ya estábamos a un par de cuadras de la reunión, por fin aparecieron las torretas bicolor en mi espejo retrovisor. Las ignoré -obviamente- a pesar de que se me acercaron muchísimo y empezaron a hacerme el cambio de luces. "Me vale madre" dije, "si no me dan el claxon de pato no me paro". Me lo dieron cuadra y media después, cuando se volvió demasiado notorio que los estaba mandando a la chingada. Marqué el direccional, estacioné el carro y puse las intermitentes. No apagué las luces, ni el motor, sino que me bajé -encabronado, como suelo ponerme- y caminé a toda velocidad hacia la patrulla. El oficial -gordo, bigote mal cortado, somnoliento- se asustó muy histriónicamente con mi actitud.
M: Buenas noches, oficial, ¿Por qué me detiene?
P: Buenas, joven, No, pues nomás, revisión de rutina.
M: Ajá, ¿revisión de rutina en busca de qué? ¿Trae la orden del operativo?
P: No, es que no es un operativo, es revisión de rutina.
M: Entonces me está diciendo que rutinariamente va a detener a cada uno de los automovilistas que pasen por aquí.
P: No, pues no.
M: Entonces, ¿por qué me detiene?
Aquí como que el policía se acordó de que supuestamente el asustado debía ser yo y el mamila él, así que trató de recuperar posición.
P: No pues, ¿qué haciendo tan tarde por acá?
M: Pues no es que le importe, pero vengo del trabajo, ¿cómo ve?
P: ¿Y dónde trabaja?
Aquí volteé a ver de la manera más "comoserásimbécil" posible mi camiseta cuyas enormes letras rojas dicen London Pub y luego lo volví a ver a él.
M: Entonces, ¿Por qué me detiene?
P: No, pues es que, ¿por qué tan tarde?
M: Mire, trabajo en un bar, uno de mis compañeros cumple años hoy y hay una fiesta en su casa con mucha paella y mucha cerveza. Vive a dos cuadras de la iglesia de allá y si no le molesta, quisiera irme ya, antes de que se acabe la comida.
P: Ah, sí, vengo de esa fiesta, les fui a pedir que bajaran el volumen. Si quiere sígame, yo lo escolto.

Y ya. No me pidió mi licencia, no revisó el carro, sólo hizo un par de bromas respecto a mi abstemismo y nos llevó a la casa de Noe.
Me caga la policía.

Ah, sí, la paella de Becker estaba riquísima, el pastel de Diana fabuloso, la coca cola de... Bueno, la coca-cola también estaba muy rica y la gente y el ambiente estuvieron tan agradables que cuando me di cuenta ya eran las 5:30, habíamos ido al bar por otros dos cartones de cerveza, nos habíamos terminado la comida y el pastel, se habían terminado los chistes y era hora de ir y fingir que dormíamos por algunas horas. Noe se la pasó genial y eso me da mucho gusto. Hoy es cumpleaños de Tifanny y espero que no haya planes, ¡quiero dormir!

3 comentarios:

Char dijo...

jajajaja! Nunca había oído que un policía se ofreciera a escoltar a alguien a una fiesta... jajajaja! Por acá son tan mamones que ni estar en un mirador dejan, aunque estés tomando café con leche y sentado en el cofre del auto, una vez me salieron con la pedejada de que esto se prestaba a situaciones inmorales... Es lo malo de vivir en un pueblo mocho, hasta los policías tienen moral, jajajaja.

monitor dijo...

Eso de los miradores también tiene tiempo siendo cosa olvidada, supongo que la mayoría de las suspicacias fueron correctas en su tiempo, pero hay días en que uno de verdad quiere ir sólo para ver las luces de la ciudad bebiendo algo inocente y en buena compañía. Deberíamos poder hacerlo.

PatitO™ dijo...

Oh cielosss!!! Me enamoro!!!
'Pues no es que le importe...'
(inserte icono de ojitos "Remi")