El ideal de casi todos los que están en prepa es ser populares, encajar, ser buscados por los grupos bonitos, invitados a las fiestas "cool", elegidos primero a la hora de escoger pareja de baile en el antro en turno, catalogados por el fanzine escolar como "cuero" o "forrito"; en fin, la popularidad como fin, el transigir en lo que sea como medio.
Lomelí ha reseñado y criticado hasta el cansancio los identi-kits resultado de esa sedienta necesidad de aceptación que los pobres humanitos insignificantes suelen comenzar a sentir conforme la producción hormonal de su sistema endocrino comienza a reprimir su actividad neuronal y lo vuelve vulnerable a los comentarios y el rechazo de los demás. Hoy, sin embargo, quiero hablar sólo de uno de ellos: el identi-kit del "bicho raro". Para tal efecto, este es un profile masomenos acertado de un bicho raro.
El bicho:
-Por lo general es o muy flaco o muy gordo, o muy alto o muy bajito, el bicho raro no gusta de tener un cuerpo promedio, y de tenerlo, de inmediato busca alterarlo con una mala postura o un estilo poco ortodoxo al caminar.
-Tan pronto como está en posibilidades de elegir su guardarropa (es decir, en cuanto mami decide que ya es "grandecito") se deleita en darle en la madre a cualquier indicio de coherencia entre las prendas que usa, poniéndose corbatas con camiseta, chalecos sobre sweaters, zapatos negros con shorts, verde con azul y amarillo, o, el favorito de todos: prendas negras de pies a cabeza.
-Si el bicho en cuestión tiene la suerte (no sé si buena o mala) de tener unos padres permisivos, muy probablemente se llenará la jeta de aretes, hasta llegar a un momento en que acercarle un imán sea una forma de tortura cruel e inhumana.
-El bicho se hará adaptar lentes de aumento que lo hagan ver lo más feo posible, o en caso contrario, se llenará la boca de metal con el fin de que hablarle de cerca y de frente sea una actividad para la que se requiera impermeable.
-El bicho no podrá contarte ni un detalle de la fiesta del fin de semana, puesto que no fue invitado y, para ser honestos, ni siquiera estaba enterado, pero seguramente podrá hablarte durante largas horas de los status de sus cartitas de YU GI OH, te informará de cuáles son las más útiles a la hora de vencer a otras y te recitará las fechas de los torneos próximos.
-El bicho raro juega Dungeons and Dragons, seguro, pero para él deja de ser un juego muy pronto y se vuelve una realidad alterna. Muy pronto, el bicho desarrollará un léxico épico y conductas que el personaje al que interpreta en D&D realizaría de existir.
-El bicho muy probablemente sea un tipo brillante, pero su inseguridad, su baja autoestima y su tendencia natural hacia actividades fantasiosas y de escape, lo harán salir pésimamente mal en la escuela.
Así, pareciera que al bicho le va mal y le irá peor con el tiempo. Pero no, no emitamos un juicio tan apresurado. En un año o dos, el bicho terminará el martirio de la preparatoria y entrará en una universidad, muy probablemente a una carrera donde se congregarán muchos más bichos (una especie de colmena u hormiguero). En este santuario entomológico, el bicho se ganará una cantidad de respeto directamente proporcional a su status de bicho. Aquí serán apreciados sus conocimientos de manga, anime, videojuegos, libros viajados, mitología tolkieniana, calabozosidragones y sí, incluso yu-gi-oh.
El bicho, así, experimentará un día el proceso kafkiano en reversa. Emulando en paralelo a un Gregorio Samsa postadolescente, se despertará un día y se dará cuenta que durante el sueño se ha metamorfoseado de bicho en humano.
Vaya de esta manera un saludo pleno de calidez para los pocos bichos raros que se han rebajado a ofrecerme su amistad.
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