16 octubre 2004

Un Samsa de artificio

Ayer viernes le cayeron mis jefes desde el remoto pueblo de la mancha de cuyo nombre no quiero acordarme. Llegaron por ahi de las siete, o sea que no me tocó verlos tempra porque a la misma hora empieza mi clase de derecho mercantil y García Juárez es un -brillante- ojete. After school, peda con el club de debate, el cual por cierto se parece cada día más a la sociedad secreta de los magios; en fin, por angas o mangas no vi a mis padres hasta las 3a.m. de hoy, dormidos como angelitos. Saludé por mero trámite, pues ya sabía que en la mañana tendría lugar toda la parsimonia de retache (mis jefes, bendito sea dios, padecen de amnesia postnocturna) y luego desayunamos unos tamales de poca madre...
Me estoy brincando cosas. Anoche en la bacanal, Ossian me pidió un ride a la central a las 7a.m. porque se iba a Pitorca (nuevo municipio de sonora, fusión de PITiquito y cabORCA) de fin de semana. Yo -compa entrañable y extrachido- le dije que a huevo. Pues me llamó en la mañana, 45 minutos tarde, para recordármelo y pues me lancé. Lamentablemente, tuve la nada brillante idea de llevarme el pickup de mi sr.progenitor. Bueno, llegué por el Ossián y ahi estaba esperándome en la banqueta con una maleta que parecía de estratega militar antibombas, torpedos y misiles, y el Zinho a un lado, medio pedo todavía y náufrago en una casa que no era la suya (cosa normal en los fines de semana del Zinho).
-Súbanse.
-¿Y este vehículo qué pedo?
-No mames, súbanse, se va a ir el camión.
-Nel, nel, ¿este vehículo qué pedo?
-Ya, es el de los sábados.
-Pinche mamón.
El chiste es que nos fuimos, tiramos al Ossian en la central de autobuses, el Zinho y yo nos lanzamos a los tacos sudados, tragamos, y lo tiré en su cantón. De retache a mi casa, por la Reyes, venía yo tarareando una rola de Julieta Venegas cuando de pronto y sin decir ni ¡Agua va! un rejijo de su pu%& ma%& se pasó el semáforo y me pegó un pu%&zote jodiéndome faro, cuarto, cofre, marco y parrilla de la Ramona.
Huelga decir que me bajé verde y rompiendo mis ropas a hacerla de pedo -bastón en mano, ira en los ojos- al citado infeliz que tuvo la osadía de vulnerar mi mañana excelente. El tipo resultó ser, oh paradojas de la vida, de lo más amable. Dijo trabajar para una constructora, se disculpó encarecidamente y procedió a afirmar que todos los gastos correrían por cuenta de su compañía aseguradora. Acto seguido llamó a su ajustador (GNP) y yo a mi señor padre, quien pasado el sobresalto se tendió a ver qué pedo.
Cabe decir aquí que mi jefe -gran tipo- por la índole de su negocio se codea con cientos de ajustadores y es rara la compañía aseguradora donde no tiene al menos un compa, así que cuando llegó el ajustador, intercambiaron saludos, nombres y referencias, fue cuestión de dos tres minutos para que ya mero se estuvieran echando unas chelas. O sea que todo salió bien, la lana ya está consignada para el pago, se va a reparar todo el pedo en el taller que mi jefe elija allá en Navojoa y hasta le van a pagar un par de jales que ni resultaron del choque, como la defensa madreada que traía desde hace dos meses. Me gusta cuando mi jefe se caga en el capitalismo.
Después del siniestro paréntesis, prosigo. En qué me quedé?
Ah,si, el desayuno. Terminamos los tamales y fuimos a comprar algunas cosas al walmart, luego nos lanzamos a home depot por algunos artilugios que necesitábamos para unas reparaciones menores del departamento. Instalamos el refri nuevo (15 pies cúbicos, no hace escarcha, compartimento para enfriar agua y tres foquitos verdes que hacen bip). Y pues ahorita mientras posteo, mi jefe termina de taladrar una pared para instalar la malla que evitará que los pu%&s palomos se caguen en la ropa cuando está tendida.
Recuperando un poco la idea que le da título al post, tengo miedo de despertar un día y darme cuenta que me he transformado en un insecto viscoso y desagradable. Me explico: Anoche llegan mis jefes. Hoy en la mañana llevan mi ropa a la lavandería, instalan todo lo que necesita el depa para estar equipado al máximo, compran la despensa, me hacen ceviche, y por poco y responden de un accidente vial en el que estuve involucrado. Si fuera un Samsa de artificio no despertaría transformado en cucaracha, sino en una pu%& sanguijuela.
Tengo que dirigir mi vida hacia otro puerto, pero no encuentro los inches remos.

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