25 octubre 2004

Paternum Est

Ya soy papá!
Ayer Domingo 24 de Octubre, a las 11:07 horas vino al mundo el bienamado Angelito Hernández, heredero del imperio que hasta el día de hoy me pertenece y que consiste en 25 hot wheels de colección, 197 libros releídos, un librero medio venido a menos, 25 cuentos cortos, uno largo, media novela, 52 poemas y un puesto de master honorario en dos partidas de calabozos. El pequeño nació bajo el signo occidental de escorpio y el oriental del mono (lo cual debe ser una mutación difícil) y pesó 4,259 grs. que su mami logró sacarse del vientre a fuerza de pujidos y cojones. Angie había dicho que no quería cesárea y se mantuvo en su dicho, obcecada y testaruda como es, hasta que escuchó el llanto bastante perceptible del neonato pedazo de bendición que nos fue dado en comodato por el tiempo que nos quede de vida.
Ayer lo cargué en brazos por primera vez, y mientras lo mecía no pude evitar caer en esa tentación tan ególatra de buscarle rasgos coincidentes con los míos. Los tiene, en efecto, son sus ojos grandes y color café, la forma de sus orejas, simétricamente iguales a las mías, la abundante vellosidad de su pequeño cuerpecito y el genio de los mildemonios cuando no le complacen. Es un niño hermoso, y lo sería aunque no fuese mi hijo, pero el hecho de que lo sea lógicamente multiplica exponencialmente su rating para conmigo.
Y su primer mameluco fue de patitos de hule. Tuvimos que ponerle guantecitos porque ya estaba agarrándole gusto a chuparse el dedo y queremos que tenga una sonrisa que haga ver a Luis Miguel como un pobre pendejo.
Hoy estoy escribiendo esto momentos antes de irme al hospital a ver si ya dan de alta a la mami y al pedacito, cosa que procedo a hacer en este mismo momento.
Felicidades a mi.

2 comentarios:

Semidios dijo...

FELICIDADES CARNAL! MUCHAS FELICIDADES SINCERAS!

Manuel Lomeli dijo...

Felicidades, carnal. Quieralo por que nadie lo quiere a usted. Cuidelo por que, al parecer, nosotros no sabemos cuidarnos, y sobre todo, déjelo ser para que, cuando llegue a la edad de su rebeldía, no tenga nada que reclamarte.

Yo procuro hacer lo mio con Leon Felipe. Pinches Chamacos.

Un abrazo y bienvenido al club de la paternidad, única empresa que siempre registra perdidas económicas, pero que nos hace creer que la inversión crece.