Sólo traigo rebotando en la cabeza la palabra "gané"
No sé muy bien cómo me siento al respecto, pero todas las emociones son positivas.
En este link la información de puño y letra de los más autorizados.
Ah, sí... Me la pelan.
29 noviembre 2006
22 agosto 2006
Bonjour.
Este blog ya tiene como esencia definitiva las ocasionales desapariciones de su autor. Forma parte de su idiosincracia (si es que tal cosa es permisible en un weblog) el que de vez en cuando yo lo deje ahi, yaciente, tirado, monotonamente detenido en el mismo post, por mas que dia tras dia alguien lo abra en su pagina de direcciones, siempre ve el mismo encabezado, la misma fecha encima de este y la misma inane parrafada debajo.
En general mi blog se parece mucho a mi. A pesar de ser un tipo al que le gusta venir y escribir cosas aquí para que la gente las lea y probablemente opine algo al respecto, debo reconocer que con demasiada frecuencia lo abandono. No tengo, ni necesito, ni voy a dar excusas. Simplemente sucede, como simplemente suceden cosas en la vida de todos, y realmente no creo que haya consecuencias negativas ni que nadie haya tenido que pagar sicólogo por esta inesperada ausencia.
El punto es que este blog dice cosas de mi, y eso lo hace hasta cierto punto peligroso. Cuando uno escribe, o por lo menos cuando yo escribo, lo convierto en un ejercicio de honestidad, de introspeccion y de busqueda por el equilibrio y sobre todo por la emotividad, la obtencion final de una consecuencia mental, la que sea, en aquel que lee mis textos. En este blog en particular, he publicado cosas de mi infancia, de mi adolescencia, juventud y mi actualidad (nótese que evito decir senectud, ah, dificil vejez) y eso lo convierte en algo especial para mi. La verdad es que la mayoria de las veces no lo leo con un sentido critico, sino con los ojos de alguien que se asoma al diario de un desconocido.
Y me hago reir, pensar, a veces me admiro y a veces me burlo muchisimo del orate que divaga con sus letras en esta bitacora electronica. Pero siempre me la paso bien. Y espero que eso signifique algo bueno. O malo. O algo.
En general mi blog se parece mucho a mi. A pesar de ser un tipo al que le gusta venir y escribir cosas aquí para que la gente las lea y probablemente opine algo al respecto, debo reconocer que con demasiada frecuencia lo abandono. No tengo, ni necesito, ni voy a dar excusas. Simplemente sucede, como simplemente suceden cosas en la vida de todos, y realmente no creo que haya consecuencias negativas ni que nadie haya tenido que pagar sicólogo por esta inesperada ausencia.
El punto es que este blog dice cosas de mi, y eso lo hace hasta cierto punto peligroso. Cuando uno escribe, o por lo menos cuando yo escribo, lo convierto en un ejercicio de honestidad, de introspeccion y de busqueda por el equilibrio y sobre todo por la emotividad, la obtencion final de una consecuencia mental, la que sea, en aquel que lee mis textos. En este blog en particular, he publicado cosas de mi infancia, de mi adolescencia, juventud y mi actualidad (nótese que evito decir senectud, ah, dificil vejez) y eso lo convierte en algo especial para mi. La verdad es que la mayoria de las veces no lo leo con un sentido critico, sino con los ojos de alguien que se asoma al diario de un desconocido.
Y me hago reir, pensar, a veces me admiro y a veces me burlo muchisimo del orate que divaga con sus letras en esta bitacora electronica. Pero siempre me la paso bien. Y espero que eso signifique algo bueno. O malo. O algo.
31 julio 2006
Aurora y otros retornos
Es así. Anoche, sumido en un estado de aflicción, mezclada con tristeza mezclada con ira mezclada con nutella y galletas, Aurora volvió por fin a hablarme.
Me contó de su infancia y de una vida tan inventada como ella.
Carlos Medellín también me habló, durante el tiempo suficiente para terminar su historia y morirse cómodamente hecho pedazos y ensangrentado dentro de su grand marquis de agencia.
Los dos charlaron conmigo intermitentemente y cuando la charla terminó me di cuenta que ya había terminado la segunda parte de mi novela, el Medellín había dicho lo que tenía que decir y Aurora comenzaba a decir lo que le costaba tanto trabajo relatarme.
La novela está de nuevo caminando con sus propios pies y al paso que va me da una esperanza conmovedora de terminarla a tiempo para inscribirla en el concurso y por supuesto ganarlo. Ese es el punto de todo esto, ¿no?
Hay más qué contar de estos días silentes, por supuesto. He estado, como saben, de vacaciones en el pueblo donde "crecí" (realmente no crecí gran cosa) entreteniéndome mayormente con corajes mal llevados y rabietas pasajeras por el ambiente repelente de mi casa. He estado tratando de disfrutar los momentos con mi hijo, jugando al futbol con él, llevándolo a caminar, o a correr, o a conducir los autos de juguete que rentan en la plaza del pueblo y gozando hasta el delirio de la música de su voz y de su risa y asombrándome todos los días de lo brillante que demuestra ser todos los días y a todas horas. He leído bastantes cosas que tenía ganas de leer y no había podido por tener que leer a LaTarjet y a Quiroz y a Ganong y Guyton y Fox (Stuart, no Vicente). Ya les contaré en un post aparte del feliz descubrimiento de Dan Simmons y su Hyperion, el nada feliz de Gabriela Bustelo y su Planeta Hembra, y otros títulos a los que les he hincado el diente.
Trabajé en el negocio de Padre e incluso me quedé como jefe un par de días (con resultados medianamente felices), pero me ha servido para volver a valorar y sentirme de nuevo muy agradecido de lo mucho que Padre se esfuerza para darnos la vida que nos da. Luego busqué trabajo en varios lugares de la capital sin obtener nada más que la clásica entrevista del "no gracias", jugué la copa shooto reloaded 2, en la que no pasé ni la primera ronda, a pesar de que en la última edición que jugué fui subcampeón, jugué un panbolito canchero con los tristes chavis y comprobé que los años no pasan en balde y que algunos de ellos ya están listos para el asilo. Eso me recuerda: también he estado yendo a correr a la unidad deportiva y sorprendentemente aguanto hasta dos vueltas sin morirme. Snif.
Espero que a ustedes les esté yendo mejor, acá se respira raro, muchas cosas hacen falta y otras salen sobrando y en fin, la vida marcha.
Me contó de su infancia y de una vida tan inventada como ella.
Carlos Medellín también me habló, durante el tiempo suficiente para terminar su historia y morirse cómodamente hecho pedazos y ensangrentado dentro de su grand marquis de agencia.
Los dos charlaron conmigo intermitentemente y cuando la charla terminó me di cuenta que ya había terminado la segunda parte de mi novela, el Medellín había dicho lo que tenía que decir y Aurora comenzaba a decir lo que le costaba tanto trabajo relatarme.
La novela está de nuevo caminando con sus propios pies y al paso que va me da una esperanza conmovedora de terminarla a tiempo para inscribirla en el concurso y por supuesto ganarlo. Ese es el punto de todo esto, ¿no?
Hay más qué contar de estos días silentes, por supuesto. He estado, como saben, de vacaciones en el pueblo donde "crecí" (realmente no crecí gran cosa) entreteniéndome mayormente con corajes mal llevados y rabietas pasajeras por el ambiente repelente de mi casa. He estado tratando de disfrutar los momentos con mi hijo, jugando al futbol con él, llevándolo a caminar, o a correr, o a conducir los autos de juguete que rentan en la plaza del pueblo y gozando hasta el delirio de la música de su voz y de su risa y asombrándome todos los días de lo brillante que demuestra ser todos los días y a todas horas. He leído bastantes cosas que tenía ganas de leer y no había podido por tener que leer a LaTarjet y a Quiroz y a Ganong y Guyton y Fox (Stuart, no Vicente). Ya les contaré en un post aparte del feliz descubrimiento de Dan Simmons y su Hyperion, el nada feliz de Gabriela Bustelo y su Planeta Hembra, y otros títulos a los que les he hincado el diente.
Trabajé en el negocio de Padre e incluso me quedé como jefe un par de días (con resultados medianamente felices), pero me ha servido para volver a valorar y sentirme de nuevo muy agradecido de lo mucho que Padre se esfuerza para darnos la vida que nos da. Luego busqué trabajo en varios lugares de la capital sin obtener nada más que la clásica entrevista del "no gracias", jugué la copa shooto reloaded 2, en la que no pasé ni la primera ronda, a pesar de que en la última edición que jugué fui subcampeón, jugué un panbolito canchero con los tristes chavis y comprobé que los años no pasan en balde y que algunos de ellos ya están listos para el asilo. Eso me recuerda: también he estado yendo a correr a la unidad deportiva y sorprendentemente aguanto hasta dos vueltas sin morirme. Snif.
Espero que a ustedes les esté yendo mejor, acá se respira raro, muchas cosas hacen falta y otras salen sobrando y en fin, la vida marcha.
Grandes verdades a mitad de precio
Cito a continuación al único e inimitable J. Jonah Jameson, editor en jefe del Daily Bugle (o el Clarín, para aquellos que leen la versión en español de the amazing spiderman) cuando dijo: Your enemies can kill you, but only your closest friends can hurt you. Traducción más o menos literal: Tus enemigos pueden matarte, pero sólo tus amigos más íntimos pueden herirte. Muy pinche cierto.
Quiero aprovechar este foro vuestro para desde aquí condenar públicamente algo que sucedió en fechas recientes en algo que solía ser un excelente grupo de amigos. Digamos que uno de ellos decidió que 2000 años eran suficientes para vivir sin Judas y se transformó en la versión moderna. Aquellos de ustedes cercanos a este servidor ya sabe de lo que hablo, y si no lo escribo es por respeto a la persona más afectada por este suceso, a quien considero uno de mis mejores amigos y a quien admiro mucho por su capacidad profesional, su integridad humana y sobre todo por la sinceridad sin tapujos con la que siempre me ha tratado. De todos modos no vale la pena enlodar màs a esas dos personas que voluntariamente se han lanzado de bruces a la pocilga. Que les aproveche. Por favor, si no lo han hecho, táchenme en sus agendas, borren mi número de sus teléfonos, elimínenme de su msn y en resumen, sáquenme de su vida. Con un hijo de puta es suficiente.
Quiero aprovechar este foro vuestro para desde aquí condenar públicamente algo que sucedió en fechas recientes en algo que solía ser un excelente grupo de amigos. Digamos que uno de ellos decidió que 2000 años eran suficientes para vivir sin Judas y se transformó en la versión moderna. Aquellos de ustedes cercanos a este servidor ya sabe de lo que hablo, y si no lo escribo es por respeto a la persona más afectada por este suceso, a quien considero uno de mis mejores amigos y a quien admiro mucho por su capacidad profesional, su integridad humana y sobre todo por la sinceridad sin tapujos con la que siempre me ha tratado. De todos modos no vale la pena enlodar màs a esas dos personas que voluntariamente se han lanzado de bruces a la pocilga. Que les aproveche. Por favor, si no lo han hecho, táchenme en sus agendas, borren mi número de sus teléfonos, elimínenme de su msn y en resumen, sáquenme de su vida. Con un hijo de puta es suficiente.
12 junio 2006
¿Mis quince minutos?
de cómo desaprovecho mis poderes psíquicos
Se los juro. No estoy fantocheando. Neta.
Hoy por la mañana, mientras intentaba postear sobre el triunfo de la selección mexicana de futbol y otros temas relacionados, escribí como colofón al post mi pronóstico para los partidos del día de hoy (el de japón se estaba jugando en ese momento, pero ya saben: sky). En dicho pronóstico comentaba que el partido entre USA y República Checa terminaría 3-0 en favor de los europeos y el de Italia contra Ghana lo haría 2-0 en favor de los famosos azzurri. Pues bien, ¿ya vieron los resultados? Exactamente como los anuncié.
Desgraciadamente no tuve la brillante idea de postular esta idea mía en Bwin.com o en algún otro medio de apuestas, caso en el cuál me habrá hecho de una lanota y en este momento no estaría aquí festejando, sino disfrutando de unos... veamos... mil dólares, más o menos.
Obviamente no tuve ninguna visión, ni tengo una bola de cristal (las dos son naturales), el modo como llegué a la conclusión de que los marcadores serían esos fue el siguiente:
En el primer caso, debo confesar que detesto a los yanquis y muy particularmente a los que (inciso a) están en el gobierno o se apellidan Bush, Rice, Powell, etc. y los que (inciso b) participan en la selección de soccer, porque son bien mamones y se sienten el Brasil del norte a pesar de que son más malos que comer sandía con leche. Por tanto, mi obligación para conmigo mismo era de postular un marcador abultado en su contra. Pero podía haber dicho 4-0, 2-0, 4-1 y muchas otras combinaciones. Sin embargo elegí el 3-0 para no darles el beneficio de un gol a favor.
En cuanto a Italia, era obvio que aunque Ghana ha mejorado, sigue basando su juego mitad en velocidad y mitad en corpulencia, esto, puesto en el papel suena contundente y efectivo, sin embargo, tomando en cuenta que la defensa italiana es tradicionalmente su fuerza, considerando que el más bajito de los defensores mide por ahi del 1.80, era bastante lógico deducir que no iban a recibir gol (demasiado oficio, velocidad, potencia y colmillo). Italia, además, tiene la costumbre de meterte un gol y defender, defender, seguir defendiendo y de repente, cuando te sientes a punto de empatar, te anotan el segundo y ahiteves. Por eso aposté por el 2-0 (o mejor dicho, no aposté, pendejo).
Pero bueno, blogger me bateó el post, no apareció, y muy probablemente ninguno de ustedes creerán que le atiné exactamente a ganadores y marcadores, lo cual, aunque no deja de importarme un pito, es irritante.
Ah, y si leen el Récord, salgo en la edición de hoy, festejando el triunfo de la selleción en Guadalajara. Búsquenme, me veo bien guapo.
Y bueno, nomás por chingar, mis pronósticos para los partidos de mañana:
Brasil-Croacia < Voy por Brasil 3-1
Francia-Suiza< Empate a 1 gol
Corea del Sur- Togo< Togo 2-1
La neta ya ni creo que le atine, pero si le atino a dos, neta que empiezo a apostar a lo baboso desde el miércoles.
Hoy por la mañana, mientras intentaba postear sobre el triunfo de la selección mexicana de futbol y otros temas relacionados, escribí como colofón al post mi pronóstico para los partidos del día de hoy (el de japón se estaba jugando en ese momento, pero ya saben: sky). En dicho pronóstico comentaba que el partido entre USA y República Checa terminaría 3-0 en favor de los europeos y el de Italia contra Ghana lo haría 2-0 en favor de los famosos azzurri. Pues bien, ¿ya vieron los resultados? Exactamente como los anuncié.
Desgraciadamente no tuve la brillante idea de postular esta idea mía en Bwin.com o en algún otro medio de apuestas, caso en el cuál me habrá hecho de una lanota y en este momento no estaría aquí festejando, sino disfrutando de unos... veamos... mil dólares, más o menos.
Obviamente no tuve ninguna visión, ni tengo una bola de cristal (las dos son naturales), el modo como llegué a la conclusión de que los marcadores serían esos fue el siguiente:
En el primer caso, debo confesar que detesto a los yanquis y muy particularmente a los que (inciso a) están en el gobierno o se apellidan Bush, Rice, Powell, etc. y los que (inciso b) participan en la selección de soccer, porque son bien mamones y se sienten el Brasil del norte a pesar de que son más malos que comer sandía con leche. Por tanto, mi obligación para conmigo mismo era de postular un marcador abultado en su contra. Pero podía haber dicho 4-0, 2-0, 4-1 y muchas otras combinaciones. Sin embargo elegí el 3-0 para no darles el beneficio de un gol a favor.
En cuanto a Italia, era obvio que aunque Ghana ha mejorado, sigue basando su juego mitad en velocidad y mitad en corpulencia, esto, puesto en el papel suena contundente y efectivo, sin embargo, tomando en cuenta que la defensa italiana es tradicionalmente su fuerza, considerando que el más bajito de los defensores mide por ahi del 1.80, era bastante lógico deducir que no iban a recibir gol (demasiado oficio, velocidad, potencia y colmillo). Italia, además, tiene la costumbre de meterte un gol y defender, defender, seguir defendiendo y de repente, cuando te sientes a punto de empatar, te anotan el segundo y ahiteves. Por eso aposté por el 2-0 (o mejor dicho, no aposté, pendejo).
Pero bueno, blogger me bateó el post, no apareció, y muy probablemente ninguno de ustedes creerán que le atiné exactamente a ganadores y marcadores, lo cual, aunque no deja de importarme un pito, es irritante.
Ah, y si leen el Récord, salgo en la edición de hoy, festejando el triunfo de la selleción en Guadalajara. Búsquenme, me veo bien guapo.
Y bueno, nomás por chingar, mis pronósticos para los partidos de mañana:
Brasil-Croacia < Voy por Brasil 3-1
Francia-Suiza< Empate a 1 gol
Corea del Sur- Togo< Togo 2-1
La neta ya ni creo que le atine, pero si le atino a dos, neta que empiezo a apostar a lo baboso desde el miércoles.
10 junio 2006
Sin novedad en el frente.
¿A poco ya son cuatro días sin postear? Chale.
Veamos. Creo que no hay mucho por contar. Estoy en finales, eso cuenta, hay mundial... Ah, neta, hay mundial...
...Ah...¿sigues ahi? ¿Porqué no estás viendo el mundial, maldito enfermo?
Bueno, la neta yo no lo estoy viendo porque no tengo SKY. Esos de Sky son unos verdaderos hijos de puta. Hay por lo menos dos partidos al día, pero por ejemplo ayer sólo estuvo disponible uno de ellos por t.v. abierta (Alemania-Costa Rica) mientras que el otro (Ecuador-Polonia) pasó por sistemas de cable y satélite. Ah, si, los de megacable también son unos hijos de puta. De hecho son peores que los de Sky, que al menos te ofrecen un montón de opciones para que goces tu futebol (partidos simultáneos, repeticiones, tomas a elegir, etc).
Hoy en la mañana Inglaterra le ganó 1-0 a Paraguay mientras yo me peleaba a muerte contra un terrible examen de Fisiología (obviamente gané, no hay blogger en el infierno). La jugada del gol fue obra de David Beckham, de quien no puedo dejar de preguntarme cada vez que alguien lo festeja: ¿Qué pendejada irá a cometer en esta ocasión? Seguro estoy que ustedes recuerdan que Beckham, en los eventos importantes en que ha participado (un mundial y una eurocopa) ha sido el villano de su país: En el primero se hizo expulsar y como resultado su equipo fue eliminado, en la segunda, fue él quien falló el penal con el que perdieron su último partido. El chico no funciona bajo presión, ni modo. Que siga modelando, al fin que en eso no hay grandes presiones.
El siguiente partido de hoy será Argentina contra Costa de Marfil. Mi pronóstico: Costa de Marfil 2-1 Argentina. Ayer mientras veía el partido de Alemania en la cafetería de la escuela escuché un comentario suelto en la mesa de al lado: "Pinches negros, si les prometieran que les van a dar de comer durante un año por partido ganado, salen campeones". Me dio mucha risa, ni modo.
Espero que México gane su partido de mañana. Me da mucho coraje cuando se pierde ante equipos medianitos. Eso me recuerda, mañana jugamos contra el equipo que va en primer lugar de la tabla; si ganamos, seremos nosotros los nuevos líderes.
¿Sigues ahi? Vaya que tienes tiempo libre. Bueno, no hay grandes novedades, si quieres seguir entreteniéndote en la web, pícale al link de caballo negro en el bloque de aquí junto, es un cómic chingonométrico. Algo escatológico pero muy bueno. Y también un poco pasado de tono, pero es muy bueno, neta. Si no te molesta hablar de pornografía, fetichisimo, sado, fluidos corporales varios, bukkake, etc. De hecho si entediste todos los conceptos de la lista anterior, te va a gustar caballo negro. Llégale y buen provecho.
Veamos. Creo que no hay mucho por contar. Estoy en finales, eso cuenta, hay mundial... Ah, neta, hay mundial...
...Ah...¿sigues ahi? ¿Porqué no estás viendo el mundial, maldito enfermo?
Bueno, la neta yo no lo estoy viendo porque no tengo SKY. Esos de Sky son unos verdaderos hijos de puta. Hay por lo menos dos partidos al día, pero por ejemplo ayer sólo estuvo disponible uno de ellos por t.v. abierta (Alemania-Costa Rica) mientras que el otro (Ecuador-Polonia) pasó por sistemas de cable y satélite. Ah, si, los de megacable también son unos hijos de puta. De hecho son peores que los de Sky, que al menos te ofrecen un montón de opciones para que goces tu futebol (partidos simultáneos, repeticiones, tomas a elegir, etc).
Hoy en la mañana Inglaterra le ganó 1-0 a Paraguay mientras yo me peleaba a muerte contra un terrible examen de Fisiología (obviamente gané, no hay blogger en el infierno). La jugada del gol fue obra de David Beckham, de quien no puedo dejar de preguntarme cada vez que alguien lo festeja: ¿Qué pendejada irá a cometer en esta ocasión? Seguro estoy que ustedes recuerdan que Beckham, en los eventos importantes en que ha participado (un mundial y una eurocopa) ha sido el villano de su país: En el primero se hizo expulsar y como resultado su equipo fue eliminado, en la segunda, fue él quien falló el penal con el que perdieron su último partido. El chico no funciona bajo presión, ni modo. Que siga modelando, al fin que en eso no hay grandes presiones.
El siguiente partido de hoy será Argentina contra Costa de Marfil. Mi pronóstico: Costa de Marfil 2-1 Argentina. Ayer mientras veía el partido de Alemania en la cafetería de la escuela escuché un comentario suelto en la mesa de al lado: "Pinches negros, si les prometieran que les van a dar de comer durante un año por partido ganado, salen campeones". Me dio mucha risa, ni modo.
Espero que México gane su partido de mañana. Me da mucho coraje cuando se pierde ante equipos medianitos. Eso me recuerda, mañana jugamos contra el equipo que va en primer lugar de la tabla; si ganamos, seremos nosotros los nuevos líderes.
¿Sigues ahi? Vaya que tienes tiempo libre. Bueno, no hay grandes novedades, si quieres seguir entreteniéndote en la web, pícale al link de caballo negro en el bloque de aquí junto, es un cómic chingonométrico. Algo escatológico pero muy bueno. Y también un poco pasado de tono, pero es muy bueno, neta. Si no te molesta hablar de pornografía, fetichisimo, sado, fluidos corporales varios, bukkake, etc. De hecho si entediste todos los conceptos de la lista anterior, te va a gustar caballo negro. Llégale y buen provecho.
06 junio 2006
Melancolía fútil, Política estéril y Futbol
Guadalajara está bajo una pesada sábana de nubes desde hace unas dos horas. Se respira humedad y hay un leve rocío que presagia sin duda una próxima lluvia.
Por lo general detesto este tipo de clima, o solía hacerlo, ya no lo sé. Las últimas veces que me ha tocado un día lluvioso ha coincidido con mi estado de ánimo, pero en lugar de agravarlo lo ha disipado. Es como si la oscuridad exterior, la calma, esa melancolía intrínseca de las nubes y la falta de sol y las banquetas mojadas, le recordaran a mi mente que hay cosas mucho más grandes que mis problemas y ésta simple y llanamente decide salir de esos letargos inevitables y recomenzar.
Hoy es el debate entre los candidatos a la presidencia del país. Lo voy a ver, porque no me gusta que me lo platiquen, es cagante que la totalidad de aquellos que lo ven me ofrezcan una visión exageradamente parcializada (y estúpida, qué caray) de los resultados de entumirse el culo por tres horas viendo al par de mafiosos hablar sandeces y tirarse excremento, al egoteísta esquivar los temas espinosos y optar por la opción del auto boicot, a Campa tardarse una eternidad para completar sus frases (casi puedo jurar que alguien en el staff le pone cartulinas con sus enunciados) y a Patricia Mercado, la única de esta horda que tiene la decencia de preparar sus temas con el fin de ofrecer a la gente una visión de sus propuestas, además de que es la única con las pelotas de meterse en camisa de once varas (hablando de aborto, legalización de drogas, et caeteris).
Cambio rápido de tema. El próximo viernes se celebra la inauguración del mundial, y con ello, mi próxima partida de este plano. Me mudo a la alter-dimensión llamada Alemania'06 y espero no regresar hasta dentro de un mes. Pero seguiré publicando desde allá, estoy seguro de que tendré unos dos minutos libres entre un partido y su repetición, por lo menos.
Por lo general detesto este tipo de clima, o solía hacerlo, ya no lo sé. Las últimas veces que me ha tocado un día lluvioso ha coincidido con mi estado de ánimo, pero en lugar de agravarlo lo ha disipado. Es como si la oscuridad exterior, la calma, esa melancolía intrínseca de las nubes y la falta de sol y las banquetas mojadas, le recordaran a mi mente que hay cosas mucho más grandes que mis problemas y ésta simple y llanamente decide salir de esos letargos inevitables y recomenzar.
Hoy es el debate entre los candidatos a la presidencia del país. Lo voy a ver, porque no me gusta que me lo platiquen, es cagante que la totalidad de aquellos que lo ven me ofrezcan una visión exageradamente parcializada (y estúpida, qué caray) de los resultados de entumirse el culo por tres horas viendo al par de mafiosos hablar sandeces y tirarse excremento, al egoteísta esquivar los temas espinosos y optar por la opción del auto boicot, a Campa tardarse una eternidad para completar sus frases (casi puedo jurar que alguien en el staff le pone cartulinas con sus enunciados) y a Patricia Mercado, la única de esta horda que tiene la decencia de preparar sus temas con el fin de ofrecer a la gente una visión de sus propuestas, además de que es la única con las pelotas de meterse en camisa de once varas (hablando de aborto, legalización de drogas, et caeteris).
Cambio rápido de tema. El próximo viernes se celebra la inauguración del mundial, y con ello, mi próxima partida de este plano. Me mudo a la alter-dimensión llamada Alemania'06 y espero no regresar hasta dentro de un mes. Pero seguiré publicando desde allá, estoy seguro de que tendré unos dos minutos libres entre un partido y su repetición, por lo menos.
31 mayo 2006
Haciendo un mundo mejor para la ropa interior.
Hoy traigo puesto un calcetín con un hoyo del tamaño de un limón en la parte del talón que apoyo directamente en el zapato. En mi cajón de la ropa interior hay al menos diez pares más de calcetines sin agujero por los que podría cambiar el par que traigo, pero eso sería discriminación a un calcetín con capacidades diferentes (no es minusválido, ni mucho menos inválido, tampoco tiene capacidades especiales con excepción de mayor ventilación).
En pocas palabras, hoy me uní a la política de Home Depot de darle chamba a aquellos que han sufrido un menoscabo en su integridad física pero que aún son muy capaces de cumplir con su trabajo. Heil, calcetín roto, yo te nomino como el empleado del mes.
Y sin teletones.
En pocas palabras, hoy me uní a la política de Home Depot de darle chamba a aquellos que han sufrido un menoscabo en su integridad física pero que aún son muy capaces de cumplir con su trabajo. Heil, calcetín roto, yo te nomino como el empleado del mes.
Y sin teletones.
30 mayo 2006
No es un comercial
Cuando rondaba los once años me enloquecían las pizzerolas, unas frituras totalmente redondas con un supuesto sabor a pizza que se asemejaba a todo menos a eso. Las pizzerolas fueron sacadas del mercado por una supuesta falta a un código de higiene y se terminó la afición. Años después, doritos sacó su modalidad pizzerola, con un sabor casi exactamente igual a aquel de no-pizza que yo amaba, pero ahora en su típica forma triangular. No amé los doritos pizzerolas. ¿Fué porque eran triangulares y ya no redondas?
No. No las amé porque simple y sencillamente las pizzerolas se habían ido y este seudo regreso era un sustituto imperfecto de algo que a mi me había fascinado y ya no podía tener. El lanzamiento al mercado de los doritos verdes fue para mi algo tan irrelevante como si hubieran sacado los nuevos ruffles con sabor a rompope y los rancheritos de frijoles puercos. No me importó. Las he comido, claro, pero nunca con aquella devoción, casi fervor, con la que devoraba bolsita tras bolsita de pizzerolas redondas.
Cuando era niño, vivía junto a una tienda de abarrotes, cuya dueña lo era también de la casa donde vivía con mis padres (era una casa rentada, para los lentos de entendimiento). Todos los días, sin falta, acudía a la tienda de doña Olga, cruzaba el umbral siempre en penumbras y encontraba a su hijo loco sentado en la mecedora de hierro. Alejo, se llamaba. Alejo gritaba a todo pulmón: "¡Hablaaaaan!" y doña Olga acudía, derrotando a sus reumas, hasta su puesto de batalla detrás de la vitrina.
-¿Qué pasó, mangüelito? ¿qué te doy?- me preguntaba doña Olga con su rostro de ternura mal disimulada y detrás de las cataratas que le drenaban la vista. Entonces yo esculcaba afanosamente mis bolsillos y ponía sobre la vitrina de cristal las pocas o muchas monedas que llevaba y hacía la pregunta que toda mi generación hizo alguna vez a un tendero: "¿Para qué me alcanza?"
Doña Olga, de nuevo con su cara de ternura, aquella cara de matrona en desuso, sacaba cajas de dulces, bolsas de bombones o galletas, paquetes de chocolatines y me iba enumerando con paciencia: "Puedes comprar dos duvalines, o un duvalín y un mazapán, o seis coquitas de chicle, o un coco-choco, te puedo dar un flippy o un pipiolo, o te puedo dar todo de lunetas". Casi siempre escogía las lunetas, menos los días en que llevaba desde la puerta de mi casa una idea preconcebiba o un antojo no satisfecho. Me gustaba poner las dos manos juntas, acunadas y recibir en ellas los puños de pequeños chocolates que me llenaban de manchitas de colores los dedos y las palmas y que después podía lamer para limpiar y volver a sentir el dulzor.
Me sentaba en la banqueta de la calle me ponía a comer las lunetas una por una, mirando a la gente pasar, al cartero que repartía sus paquetes casa por casa, montado en una vieja bicicleta caballona, a Maylín que acomodaba su mesita en el pórtico, aquella mesita de hierro en la que vendía pepinos con chile y limón real con polvo picosito y duros y jícama, y a los perros que merodeaban el terreno baldío de la esquina. Los días después de una tormenta eran los mejores, porque había gente con los pies llenos de lodo y charcos en la calle y junto a la banqueta se acumulaba el agua y en las mañanas me sentaba ahí, en el mismo rinconcito de siempre, debajo del algodón, a contemplar mientras comía despacio mis pizzerolas redondas que sabían a todo menos a pizza cómo se movían muy rápido los cibolis. Los cibolis eran renacuajos, pero yo no lo sabía. Tampoco sabía que en poco tiempo iban a volverse ranas o sapos. Para mi los cibolis justificaban su existencia por el hecho de ser redonditos y poder nadar con esa colita larga y afilada con la que se desplazaban en el charco.
Cómo quisiera poder amar los doritos de bolsa verde como amaba las pizzerolas, con la misma inocencia y la misma sensación de completo disfrute de aquellos seis años, de aquellos nueve, incluso de los once, para poder sentarme de nuevo en una banqueta una mañana después de noches de lluvia y contemplar los renacuajos y pensar "son cibolis" y acaso ver una cigarra o dos y recordar a doña Olga y su mirada de inveterada ternura, la forma como se las arreglaba para darme siempre uno o dos dulces de más por mi escasísimo dinero y aquella bicicleta oxidada del cartero y el sabor de los duros con salsa dragón y en general a todo aquello, a los días en que la felicidad estaba en el fondo de un charco, unas manos manchadas de dulce, o en la simple y sencilla forma redonda de una pizzerola.
No. No las amé porque simple y sencillamente las pizzerolas se habían ido y este seudo regreso era un sustituto imperfecto de algo que a mi me había fascinado y ya no podía tener. El lanzamiento al mercado de los doritos verdes fue para mi algo tan irrelevante como si hubieran sacado los nuevos ruffles con sabor a rompope y los rancheritos de frijoles puercos. No me importó. Las he comido, claro, pero nunca con aquella devoción, casi fervor, con la que devoraba bolsita tras bolsita de pizzerolas redondas.
Cuando era niño, vivía junto a una tienda de abarrotes, cuya dueña lo era también de la casa donde vivía con mis padres (era una casa rentada, para los lentos de entendimiento). Todos los días, sin falta, acudía a la tienda de doña Olga, cruzaba el umbral siempre en penumbras y encontraba a su hijo loco sentado en la mecedora de hierro. Alejo, se llamaba. Alejo gritaba a todo pulmón: "¡Hablaaaaan!" y doña Olga acudía, derrotando a sus reumas, hasta su puesto de batalla detrás de la vitrina.
-¿Qué pasó, mangüelito? ¿qué te doy?- me preguntaba doña Olga con su rostro de ternura mal disimulada y detrás de las cataratas que le drenaban la vista. Entonces yo esculcaba afanosamente mis bolsillos y ponía sobre la vitrina de cristal las pocas o muchas monedas que llevaba y hacía la pregunta que toda mi generación hizo alguna vez a un tendero: "¿Para qué me alcanza?"
Doña Olga, de nuevo con su cara de ternura, aquella cara de matrona en desuso, sacaba cajas de dulces, bolsas de bombones o galletas, paquetes de chocolatines y me iba enumerando con paciencia: "Puedes comprar dos duvalines, o un duvalín y un mazapán, o seis coquitas de chicle, o un coco-choco, te puedo dar un flippy o un pipiolo, o te puedo dar todo de lunetas". Casi siempre escogía las lunetas, menos los días en que llevaba desde la puerta de mi casa una idea preconcebiba o un antojo no satisfecho. Me gustaba poner las dos manos juntas, acunadas y recibir en ellas los puños de pequeños chocolates que me llenaban de manchitas de colores los dedos y las palmas y que después podía lamer para limpiar y volver a sentir el dulzor.
Me sentaba en la banqueta de la calle me ponía a comer las lunetas una por una, mirando a la gente pasar, al cartero que repartía sus paquetes casa por casa, montado en una vieja bicicleta caballona, a Maylín que acomodaba su mesita en el pórtico, aquella mesita de hierro en la que vendía pepinos con chile y limón real con polvo picosito y duros y jícama, y a los perros que merodeaban el terreno baldío de la esquina. Los días después de una tormenta eran los mejores, porque había gente con los pies llenos de lodo y charcos en la calle y junto a la banqueta se acumulaba el agua y en las mañanas me sentaba ahí, en el mismo rinconcito de siempre, debajo del algodón, a contemplar mientras comía despacio mis pizzerolas redondas que sabían a todo menos a pizza cómo se movían muy rápido los cibolis. Los cibolis eran renacuajos, pero yo no lo sabía. Tampoco sabía que en poco tiempo iban a volverse ranas o sapos. Para mi los cibolis justificaban su existencia por el hecho de ser redonditos y poder nadar con esa colita larga y afilada con la que se desplazaban en el charco.
Cómo quisiera poder amar los doritos de bolsa verde como amaba las pizzerolas, con la misma inocencia y la misma sensación de completo disfrute de aquellos seis años, de aquellos nueve, incluso de los once, para poder sentarme de nuevo en una banqueta una mañana después de noches de lluvia y contemplar los renacuajos y pensar "son cibolis" y acaso ver una cigarra o dos y recordar a doña Olga y su mirada de inveterada ternura, la forma como se las arreglaba para darme siempre uno o dos dulces de más por mi escasísimo dinero y aquella bicicleta oxidada del cartero y el sabor de los duros con salsa dragón y en general a todo aquello, a los días en que la felicidad estaba en el fondo de un charco, unas manos manchadas de dulce, o en la simple y sencilla forma redonda de una pizzerola.
29 mayo 2006
Patetismo
El tipo se me acercó en forma sutil, agresivo, mordaz, pero guardando una distancia discreta. Vestía pantalones de dril y una camisa blanca de manga larga en cuyo cuello se veía el nudo mal hecho o ya cansado de una corbata negra. También los pantalones eran negros. No parecía un mesero, a pesar de la combinación de no-colores, quizá por el remangado sugerente de la manga derecha que dejaba ver un swiss army -original, pirata, quién sabe- plateado. Llevaba el pelo corto y un afeitado de hace dos días. Levantó la mano para pedirme que me detuviera un momento y me dijo (léase literal):
-Eh, disculpém, unne infogmassion.
Su acento era francés, pero sus palabras tenían un rezago italiano y la misma velocidad de éste se superpuso a la musicalidad de aquél.
-Vouz etês francàis?- le pregunté mientras me detenía, tranquilizándolo. No hablo francés, conozco acaso dos frases en el idioma, pero lo entono bien y sólo quería que se sintiera más tranquilo. Yo sé lo que se siente venir de fuera y sentir que la gente es una culera.
-No- respondió apresurado. Su acento ahora era claramente italiano- Mis patres son diallá pero ío son de l'italia.
No me gustó su respuesta. Una persona que cambia de acento tres veces durante una oración, que viste corbata y pantalones de dril a mediodía y que maneja un camry algo destartalado no me da buena espina. Me dio la mano y yo no quise rechazar el saludo. Estrechamos palmas. Luego comenzó a hablar. Hablaba intercaladamente en su mal francés, su peor español y su italiano, único en el que le fluían las palabras correctas. Me sentía al mismo tiempo poderoso por comprender sus dos malos idiomas y el bueno aunque los enrevesara y mezclase como una ensalada mal planeada y débil por seguir ahi, bajo el sol de las dos de la tarde, al lado de su camry, frente a sus dientes manchados de tabaco y su corbata de nudo grotesco, aguantando una palabrería que no me interesaba.
Yo sabía que iba hacia algún lado. El lugar, sin embargo, fue algo inesperado. Sin un tipo que habla un idioma europeo te detiene a la mitad de una avenida gigantesca en Guadalajara diciéndote "an informassion", tú asumes -es lo lógico- que va a preguntarte la ubicación de una calle, una calzada, un edificio o comercio importante, escuchar lo más atentamente posible tu respuesta y luego perderse en algún lugar de este redondo, colosal y desaseado planeta, quizá para no volver a verte jamás. Ni siquiera esperaba un merci, sólo quería seguir mi camino, llegar al banco y comenzar mis clases de una vez. La charla fue otra. El tipo dijo ser importador, comerciante de ropa ya terminada (de Armani, imagínense). Dijo que estaba recorriendo el país en auto para ofrecer su mercancía en grandes tiendas departamentales, pero que ya estaba harto de ser rechazado en automático sin siquiera poder mostrar su mercancía (eh mucho trámitassion, molta burocrassia, vous sabe; habló y habló, siempre con sus tres idiomas aleatorios, hasta que llegó al meollo, al punto que -debo reconocerlo- yo esperaba desde hacía muchos minutos: ofrecerme ver su mercancía y aceptar un trato por mi dinero.
Abrió la cajuela de su auto. Asomé la vista y pude ver dos chamarras de cuero, con etiquetas y todo el asunto, perfectamente empaquetadas y a todas luces caras. Luego el tipo levantó un maletín negro y alcanzó a decir algo de "e questos aromas" antes de que yo le interrumpiera de tajo el discurso, le dijera que se estaba equivocando de pichón, pues yo no tenía plumas y me parecía mucho más a un ascoso. Le puso precio de proveedor a las chaquetas: 102 dólares. Me dijo que le ofreciera la cuarta parte de eso por las dos, 26 dólares y me daba ambas, la negra y la café.
No pude. No quise. Traía casi mil pesos en la cartera. Lo rechacé diplomática pero tajantemente. Sólo dos minutos después, mientras empujaba la puerta vidriera del banco, me di cuenta que nada le hubiera costado a aquél franchute-italiano-quiénsabe darme un putazo de antología en la nuca y meterme en la cajuela, quizá para no volver a salir vivo jamás. Me sentí- me siento todavía- como un imbécil.
-Eh, disculpém, unne infogmassion.
Su acento era francés, pero sus palabras tenían un rezago italiano y la misma velocidad de éste se superpuso a la musicalidad de aquél.
-Vouz etês francàis?- le pregunté mientras me detenía, tranquilizándolo. No hablo francés, conozco acaso dos frases en el idioma, pero lo entono bien y sólo quería que se sintiera más tranquilo. Yo sé lo que se siente venir de fuera y sentir que la gente es una culera.
-No- respondió apresurado. Su acento ahora era claramente italiano- Mis patres son diallá pero ío son de l'italia.
No me gustó su respuesta. Una persona que cambia de acento tres veces durante una oración, que viste corbata y pantalones de dril a mediodía y que maneja un camry algo destartalado no me da buena espina. Me dio la mano y yo no quise rechazar el saludo. Estrechamos palmas. Luego comenzó a hablar. Hablaba intercaladamente en su mal francés, su peor español y su italiano, único en el que le fluían las palabras correctas. Me sentía al mismo tiempo poderoso por comprender sus dos malos idiomas y el bueno aunque los enrevesara y mezclase como una ensalada mal planeada y débil por seguir ahi, bajo el sol de las dos de la tarde, al lado de su camry, frente a sus dientes manchados de tabaco y su corbata de nudo grotesco, aguantando una palabrería que no me interesaba.
Yo sabía que iba hacia algún lado. El lugar, sin embargo, fue algo inesperado. Sin un tipo que habla un idioma europeo te detiene a la mitad de una avenida gigantesca en Guadalajara diciéndote "an informassion", tú asumes -es lo lógico- que va a preguntarte la ubicación de una calle, una calzada, un edificio o comercio importante, escuchar lo más atentamente posible tu respuesta y luego perderse en algún lugar de este redondo, colosal y desaseado planeta, quizá para no volver a verte jamás. Ni siquiera esperaba un merci, sólo quería seguir mi camino, llegar al banco y comenzar mis clases de una vez. La charla fue otra. El tipo dijo ser importador, comerciante de ropa ya terminada (de Armani, imagínense). Dijo que estaba recorriendo el país en auto para ofrecer su mercancía en grandes tiendas departamentales, pero que ya estaba harto de ser rechazado en automático sin siquiera poder mostrar su mercancía (eh mucho trámitassion, molta burocrassia, vous sabe; habló y habló, siempre con sus tres idiomas aleatorios, hasta que llegó al meollo, al punto que -debo reconocerlo- yo esperaba desde hacía muchos minutos: ofrecerme ver su mercancía y aceptar un trato por mi dinero.
Abrió la cajuela de su auto. Asomé la vista y pude ver dos chamarras de cuero, con etiquetas y todo el asunto, perfectamente empaquetadas y a todas luces caras. Luego el tipo levantó un maletín negro y alcanzó a decir algo de "e questos aromas" antes de que yo le interrumpiera de tajo el discurso, le dijera que se estaba equivocando de pichón, pues yo no tenía plumas y me parecía mucho más a un ascoso. Le puso precio de proveedor a las chaquetas: 102 dólares. Me dijo que le ofreciera la cuarta parte de eso por las dos, 26 dólares y me daba ambas, la negra y la café.
No pude. No quise. Traía casi mil pesos en la cartera. Lo rechacé diplomática pero tajantemente. Sólo dos minutos después, mientras empujaba la puerta vidriera del banco, me di cuenta que nada le hubiera costado a aquél franchute-italiano-quiénsabe darme un putazo de antología en la nuca y meterme en la cajuela, quizá para no volver a salir vivo jamás. Me sentí- me siento todavía- como un imbécil.
28 mayo 2006
interrogantes veloces
¿Quién chingados les regaló las aceras a los franeleros y les autorizó a vender los estacionamientos, poner cubetas en los lugares vacíos para "ofrecerlos" y poner tarifas según les pega la gana para "cuidar" tu coche?
¿Cómo es posible que uno encuentre cabellos pegados en la pared del baño de la facultad?
¿Cómo llegaron esos pelos ahí y por qué misterioso embrujo permanecieron adheridos?
¿Los que escriben estupideces en los cubículos de defecación se habrán puesto alguna vez a pensar en dedicarse de por vida a las letras? Hay algunos Pablo Neruda de la escatología que ni siquiera lo saben.
¿Dónde puedo encontrar al guionista de XMEN3? Tengo dos balas de escopeta con su nombre.
¿Cómo es posible que uno encuentre cabellos pegados en la pared del baño de la facultad?
¿Cómo llegaron esos pelos ahí y por qué misterioso embrujo permanecieron adheridos?
¿Los que escriben estupideces en los cubículos de defecación se habrán puesto alguna vez a pensar en dedicarse de por vida a las letras? Hay algunos Pablo Neruda de la escatología que ni siquiera lo saben.
¿Dónde puedo encontrar al guionista de XMEN3? Tengo dos balas de escopeta con su nombre.
27 mayo 2006
24
No es serie de Fox, ni cantidad de cervezas por persona/por noche, ni el número de horas en un día, es simple y llanamente la edad que alcancé el día que ya está llegando a su fin. También es el día de Octubre en que Ángel vino al mundo, lo que lo vuelve un número hermoso, así nada más.
Yo nací un 26 de mayo del ya lejano 1982, eran por ahi de las once de la mañana (desde entonces era algo perezoso). Si usted cree en los signos zodiacales y esos rollos, soy un géminis y creo que encajo muy bien en la descripción que generalmente se hace de ellos. En el horóscopo chino soy Perro y también tengo mis concordancias con el perfil que de ellos se traza comúnmente.
Fui un bebé muy lindo, modestia aparte, rechoncho (3,800grs) y de ojos grandes y vivarachos. La vida se encargó de terminar con esa belleza en un tris y al paso de 24 años aquí me tienen. Feíto, pero cariñoso.
Maese huevo proclama que en lugar de hacerse un año más viejo, se hace "un año más sabio". La envidia me corroe, en lo personal no me siento más sabio. Un poco más culto, tal vez, pues tanta lectura debe servir para algo, pero la sabiduría no llega.
Maese Beam me estigmatiza en uno de sus posts recientes como "sospechoso de culturosismo". ¿Lo seré? Puedo alegar en mi defensa que no tengo ni he tenido jamás una beca de CONACULTA ni de ninguna otra institución que sufrague mis devaneos literarios, tampoco tengo atuendos emo, sólo tengo dos bufandas y las uso exclusivamente en invierno y lo más importante de todo, realmente me considero un escritor en pañales (pero mejoro con la práctica).
Bien, demasiada divagación, la intención de este post era agradecer a la gente que se tomó el tiempo hoy para felicitar a este servidor. Agradezco muchísimo el detalle, lamentablemente fue un cumpleaños de ajetreo cotidiano (la escuela está algo dura en estos días) y no hubo forma de festejar (ni ánimos, lo confieso). ¿En qué estaba? Ah, sí: gracias a todos aquellos que se molestaron en hacerme una llamada, enviarme un mensaje al móvil, escribirme un e-mail, enviarme una tarjeta electrónica, comprarme una paleta de sandía con chile, regalarme un libro de Benedetti o simplemente recordarme en su rezo de la noche de anoche. Mil gracias y abrazos a todos.
Yo nací un 26 de mayo del ya lejano 1982, eran por ahi de las once de la mañana (desde entonces era algo perezoso). Si usted cree en los signos zodiacales y esos rollos, soy un géminis y creo que encajo muy bien en la descripción que generalmente se hace de ellos. En el horóscopo chino soy Perro y también tengo mis concordancias con el perfil que de ellos se traza comúnmente.
Fui un bebé muy lindo, modestia aparte, rechoncho (3,800grs) y de ojos grandes y vivarachos. La vida se encargó de terminar con esa belleza en un tris y al paso de 24 años aquí me tienen. Feíto, pero cariñoso.
Maese huevo proclama que en lugar de hacerse un año más viejo, se hace "un año más sabio". La envidia me corroe, en lo personal no me siento más sabio. Un poco más culto, tal vez, pues tanta lectura debe servir para algo, pero la sabiduría no llega.
Maese Beam me estigmatiza en uno de sus posts recientes como "sospechoso de culturosismo". ¿Lo seré? Puedo alegar en mi defensa que no tengo ni he tenido jamás una beca de CONACULTA ni de ninguna otra institución que sufrague mis devaneos literarios, tampoco tengo atuendos emo, sólo tengo dos bufandas y las uso exclusivamente en invierno y lo más importante de todo, realmente me considero un escritor en pañales (pero mejoro con la práctica).
Bien, demasiada divagación, la intención de este post era agradecer a la gente que se tomó el tiempo hoy para felicitar a este servidor. Agradezco muchísimo el detalle, lamentablemente fue un cumpleaños de ajetreo cotidiano (la escuela está algo dura en estos días) y no hubo forma de festejar (ni ánimos, lo confieso). ¿En qué estaba? Ah, sí: gracias a todos aquellos que se molestaron en hacerme una llamada, enviarme un mensaje al móvil, escribirme un e-mail, enviarme una tarjeta electrónica, comprarme una paleta de sandía con chile, regalarme un libro de Benedetti o simplemente recordarme en su rezo de la noche de anoche. Mil gracias y abrazos a todos.
21 mayo 2006
EFM News
tiquití, tiquití, tiquití (onomatopeya de la clásica tonada de un flash informativo).
Buenas noches! Esta es la información:
En los deportes: Doctor Soccer, equipo que no representa a ningún municipio, estado, país, empresa o asociación, ni es patrocinado por ningún partido político, ni hace campaña en favor de ninguno de los candidatos presidenciales, ni es usado como bandera en actos proselitistas, ni nada de eso, ganó hoy por la mañana su séptimo partido de diez jugados. El cotejo se resolvió por la mínima diferencia en un partido cerradísimo en el que el arquero de los galenos fue el héroe.
En espectáculos: La Octava Runa, campaña de D&D que no recibe subvenciones ni apoyos económicos del PRI, PAN, PRD, ni ninguna otra legión de ladrones con licencia, desarrolló su tercera sesión la tarde de hoy. Estuvo muy divertida y -en la nota relevante- dio pie a la formulación de "Las Leyes de Murphy del Rol", que pronto serán publicadas en este mismo noticiero.
En los deportes en los que le pagan a los jugadores: Pachuca se coronó campeón de liga mexicana el día de hoy, en un partido al que sólo le faltaron las canciones de cuna para dormir a todos los fanáticos.
En ciencia y tecnología: El aceite de oliva con enebro es altamente inflamable. El gas metano es intoxicante si se le inhala en grandes cantidades.
En política legislativa: El partido por la mitad (PM) presentará una propuesta al senado para estipular en el Código Penal Federal que tres hombres juntos cocinando debería ser considerado ilegal en los 32 estados de la república.
En economía local: Estoy bien pobre.
Hasta aquí las noticias, queda usted informado.
Buenas noches! Esta es la información:
En los deportes: Doctor Soccer, equipo que no representa a ningún municipio, estado, país, empresa o asociación, ni es patrocinado por ningún partido político, ni hace campaña en favor de ninguno de los candidatos presidenciales, ni es usado como bandera en actos proselitistas, ni nada de eso, ganó hoy por la mañana su séptimo partido de diez jugados. El cotejo se resolvió por la mínima diferencia en un partido cerradísimo en el que el arquero de los galenos fue el héroe.
En espectáculos: La Octava Runa, campaña de D&D que no recibe subvenciones ni apoyos económicos del PRI, PAN, PRD, ni ninguna otra legión de ladrones con licencia, desarrolló su tercera sesión la tarde de hoy. Estuvo muy divertida y -en la nota relevante- dio pie a la formulación de "Las Leyes de Murphy del Rol", que pronto serán publicadas en este mismo noticiero.
En los deportes en los que le pagan a los jugadores: Pachuca se coronó campeón de liga mexicana el día de hoy, en un partido al que sólo le faltaron las canciones de cuna para dormir a todos los fanáticos.
En ciencia y tecnología: El aceite de oliva con enebro es altamente inflamable. El gas metano es intoxicante si se le inhala en grandes cantidades.
En política legislativa: El partido por la mitad (PM) presentará una propuesta al senado para estipular en el Código Penal Federal que tres hombres juntos cocinando debería ser considerado ilegal en los 32 estados de la república.
En economía local: Estoy bien pobre.
Hasta aquí las noticias, queda usted informado.
20 mayo 2006
Mejorando la casa.
Para todos aquellos que tienen sus dudas acerca de mi nivel de "consentidez" en la casa donde habito, déjenme comentarles que esta mañana se hicieron colocar dos sillones mullidos y confortables en el área de Mezzanine y por la tarde será colocada ahí una wide screen t.v., todo esto con el fin de que su S.S. pueda disfrutar mañana de la final del futbol mexicano (ahórrense los bostezos) y muy pronto de los partidos del mundial (no escatimen las ovaciones). No me extrañaría que un día de estos se apareciera un técnico de SKY para colocar el dish.
La mañana ha estado algo lenta, estuve yendo y viniendo a la lavandería, planché algo de ropa y estuve viendo esos programas de variedades que pasan en Taravisa y TvApesta y que a veces son entretenidos. Anoche ocurrió algo muy extraño, en xew pasaron tres comerciales seguidos que me entretuvieron e hicieron sonreír. A ver si les suenan:
El primero es de tecate light, una pareja está en su recámara, acaban de regresar de una fiesta y el tipo le pregunta insistentemente a su esposa si quiere que vuelvan a la fiesta (esbozando, claro está, que el que quiere volver es otro) al final, cuando se apagan las luces, se oye que destapan una chela. Me dio muchísima risa por un episodio de Los Simpson que sí ustedes son sabios, recordarán.
En el segundo, que es del IFE, una chava pide permiso para salir y su papá saca una libretita y la empieza a acatarrar a preguntas ("¿cómo se llama? ¿ cuántos años tiene? ¿dónde vive? ¿quiénes son sus papás?") hasta llegar a "¿cuáles son sus intenciones? ¿se quiere casar?". Este si de plano me tiré al suelo de la cura porque me vi a mí mismo cuando tenga a mi Marianita (a la que ya amo aunque no conozco). Sólo agréguenle una escopeta de dos cañones al hombro y soy yo, neta.
El tercero supongo que ya lo han visto todos, es uno de PECSI donde salen los Molotov, Lavolpe, Fonseca y Márquez cantando el clásico "da, da , da". Este me hizo reír porque por alguna razón que se escapa a mi conocimiento, me dan risa los comerciales donde los seleccionados hacen algo gracioso.
Y bueno, anoche se estrenó el Código Da Vinci. Aún no escucho comentarios, hoy intentaré verla, pero dudo que haya boletos. Ahí cuando ya lo consiga, les comento la opinión de alguien que disfrutó el libro hasta diez páginas antes del final, donde se vuelve un chasco mayúsculo. Sostengo que es un fusilote de al menos tres libros más sobre el tema, pero confío en Ron Howard y en el hecho de que jamás he visto una película de Tom Hanks que no me agrade (aunado al hecho de que Audrey Tautou es la invitada honoraria a mi harén, aunque no esté tan guapa, es Amélie y eso debe ser suficiente).
Que disfruten su sábado. Mañana Dr.Soccer juega a las nueve.
La mañana ha estado algo lenta, estuve yendo y viniendo a la lavandería, planché algo de ropa y estuve viendo esos programas de variedades que pasan en Taravisa y TvApesta y que a veces son entretenidos. Anoche ocurrió algo muy extraño, en xew pasaron tres comerciales seguidos que me entretuvieron e hicieron sonreír. A ver si les suenan:
El primero es de tecate light, una pareja está en su recámara, acaban de regresar de una fiesta y el tipo le pregunta insistentemente a su esposa si quiere que vuelvan a la fiesta (esbozando, claro está, que el que quiere volver es otro) al final, cuando se apagan las luces, se oye que destapan una chela. Me dio muchísima risa por un episodio de Los Simpson que sí ustedes son sabios, recordarán.
En el segundo, que es del IFE, una chava pide permiso para salir y su papá saca una libretita y la empieza a acatarrar a preguntas ("¿cómo se llama? ¿ cuántos años tiene? ¿dónde vive? ¿quiénes son sus papás?") hasta llegar a "¿cuáles son sus intenciones? ¿se quiere casar?". Este si de plano me tiré al suelo de la cura porque me vi a mí mismo cuando tenga a mi Marianita (a la que ya amo aunque no conozco). Sólo agréguenle una escopeta de dos cañones al hombro y soy yo, neta.
El tercero supongo que ya lo han visto todos, es uno de PECSI donde salen los Molotov, Lavolpe, Fonseca y Márquez cantando el clásico "da, da , da". Este me hizo reír porque por alguna razón que se escapa a mi conocimiento, me dan risa los comerciales donde los seleccionados hacen algo gracioso.
Y bueno, anoche se estrenó el Código Da Vinci. Aún no escucho comentarios, hoy intentaré verla, pero dudo que haya boletos. Ahí cuando ya lo consiga, les comento la opinión de alguien que disfrutó el libro hasta diez páginas antes del final, donde se vuelve un chasco mayúsculo. Sostengo que es un fusilote de al menos tres libros más sobre el tema, pero confío en Ron Howard y en el hecho de que jamás he visto una película de Tom Hanks que no me agrade (aunado al hecho de que Audrey Tautou es la invitada honoraria a mi harén, aunque no esté tan guapa, es Amélie y eso debe ser suficiente).
Que disfruten su sábado. Mañana Dr.Soccer juega a las nueve.
19 mayo 2006
Call 1-800...
Breves consejos de su seguro servidor, peatón con más de veinte años de experiencia y conductor con nueve bla bla... Seguir estos consejos no le traerá grandes beneficios visibles, salvo la satisfacción de no recibir mentadas de madre, rocazos en los cristales de su coche, pintadas de dedo, deseos de muerte pronta y dolorosa y linduras parecidas.
1.-Quizá haya notado que detrás del volante de su coche hay una palanca, no la de los parabrisas, sino otra, que sirve para activar las luces direccionales. Las luces direccionales son esos focos chiquitos (comúnmente llamados "cuartos") que se encienden y apagan intermitentemente para dar aviso a otros conductores y a los peatones que desean cruzar una avenida o calle de que su coche tomará rumbo hacia la dirección de la luz que tintinea. No debería ser muy difícil, ni siquiera para un papanatas como usted, accionar esa palanca. Sencillo: Si la empuja hacia abajo, encenderá la direccional izquierda; si lo hace hacia arriba, encenderá la derecha. ¿Estamos claros? Si le sirve, puede pensar en Elmo, de plaza sésamo, diciendo "arriba-derecha" "abajo-izquierda", suele funcionar en personas con un i.q. como el suyo.
Cuando un peatón espera en una esquina para cruzar y su auto, a una velocidad alta, se dirige hacia él, es casi seguro que ese peatón esperará a que usted pase antes de intentar el cruce. Si usted, al llegar a la esquina, elige dar vuelta, mostrándole al peatón que bien podría haber cruzado desde mucho tiempo antes, probablemente escuchará lenguaje soez, observará señas características como "el dedo malo" "el corte de mangas" "la chaqueta virtual" y otros menos agradables.
2.-Ceder el paso a personas que desean cruzar la calle es una acción loable y que habla muy bien de usted. Lo celebro. Sin embargo, acelerar como un poseso, sacándole un tremendo pedo al peatón para luego frenar a medio metro de sus piernas, anula todo lo que su acción pueda tener de bueno y muy probablemente le hará acreedor de todas las anteriores muestras de disgusto. Créame, he sabido de casos que terminan muy negativamente para los conductores. ¿Ha oído hablar de las contusiones craneales?
3.-Los espejos que tiene su coche estratégicamente colocados han sido puestos ahí para un propósito mucho más útil que el que usted aplique rímel a sus pestañas, bilé a sus labios o se rasque los dientes para retirar restos de alimento. Se colocaron ahí para que usted pueda observar lo que acontece en la región posterior a su vehículo y a los costados de éste sin descuidar el frente, área de vital importancia para evitar accidentes. El darle cualquiera de los usos anteriores probablemente terminará en una colisión con daños a su vehículo, su moral, menoscabos a su cuerpo y agravar el estigma de que las mujeres son pésimas conductoras. Este blog se enorgullece de abanderar ese estigma.
4.-Estacionarse detrás de un auto cerrándole la única salida posible es una mala idea. No importa que usted crea que no se va a tardar. No importa que los demás lo hagan. No importa que vaya a estar cerca para moverlo cuando sea necesario. Lo único que debe de importarle es que el dueño del auto al que usted encierra puedo ser yo, y suelo llevar en mi cajuela una caja de herramientas que pueden reducir su automóvil del año en una lamentable pila de chatarra. A veces llevo también un picahielos para sus neumáticos. No me tiente, tengo problemas graves de neurosis y antecedentes de conducta agresiva. Invierta cinco minutos en encontrar un lugar mejor, se ahorrará mucho dinero.
5.-El color verde en un semáforo indica que los autos pueden avanzar (por eso le llaman "SIGA") el rojo indica que deben detenerse (de ahí el apelativo "ALTO"). La luz amarilla es una ambiguedad, hay quienes dicen que se debe acelerar y cruzar antes de que cambie y hay otra corriente que sostiene que lo correcto es disminuir la velocidad y detenerse. Discutirlo sería ocioso, por lo tanto, es usted libre de hacer cualquiera de las dos cosas. Solamente no se detenga en verde y no cruce en rojo. Es sencillo. Utilice a Elmo si tiene conflictos.
6.-Agregado al punto anterior: La velocidad de la luz es de 300,000 km/seg. La velocidad con la que los receptores fotosensibles del ojo envían la señal a la corteza óptica del cerebro a través de los axones eferentes del nervio óptico es de aproximadamente 0.05 milisegundos. La sincronía de los semáforos en la mayoría de las grandes ciudades de México tiene un margen llamado "ventana" de 0.8 a 1.5 segundos. Por lo tanto, si usted empieza a tocar el claxon en el instante mismo en que el semáforo se pone en verde, obtendrá una de dos cosas:
a)Una vista privilegiada de la longitud de mi dedo cordial.
b)Conocer a Refugio, mi Taurus PT58 semiautomática, de dieciséis tiros.
La gente como yo, que tiene mal carácter pero estupenda educación, sabe apreciar que la gente como usted siga estos consejos. No mermaremos su patrimonio, menoscabaremos su autoestima o nos meteremos con su integridad física. No pedimos nada maravilloso, tan sólo maneje como si no fuera un completo estúpido. Nos hará muy felices y somos más agradables cuando estamos felices (me refiero a mí y a Refugio).
Por su atención, gracias. Tenga buen día.
1.-Quizá haya notado que detrás del volante de su coche hay una palanca, no la de los parabrisas, sino otra, que sirve para activar las luces direccionales. Las luces direccionales son esos focos chiquitos (comúnmente llamados "cuartos") que se encienden y apagan intermitentemente para dar aviso a otros conductores y a los peatones que desean cruzar una avenida o calle de que su coche tomará rumbo hacia la dirección de la luz que tintinea. No debería ser muy difícil, ni siquiera para un papanatas como usted, accionar esa palanca. Sencillo: Si la empuja hacia abajo, encenderá la direccional izquierda; si lo hace hacia arriba, encenderá la derecha. ¿Estamos claros? Si le sirve, puede pensar en Elmo, de plaza sésamo, diciendo "arriba-derecha" "abajo-izquierda", suele funcionar en personas con un i.q. como el suyo.
Cuando un peatón espera en una esquina para cruzar y su auto, a una velocidad alta, se dirige hacia él, es casi seguro que ese peatón esperará a que usted pase antes de intentar el cruce. Si usted, al llegar a la esquina, elige dar vuelta, mostrándole al peatón que bien podría haber cruzado desde mucho tiempo antes, probablemente escuchará lenguaje soez, observará señas características como "el dedo malo" "el corte de mangas" "la chaqueta virtual" y otros menos agradables.
2.-Ceder el paso a personas que desean cruzar la calle es una acción loable y que habla muy bien de usted. Lo celebro. Sin embargo, acelerar como un poseso, sacándole un tremendo pedo al peatón para luego frenar a medio metro de sus piernas, anula todo lo que su acción pueda tener de bueno y muy probablemente le hará acreedor de todas las anteriores muestras de disgusto. Créame, he sabido de casos que terminan muy negativamente para los conductores. ¿Ha oído hablar de las contusiones craneales?
3.-Los espejos que tiene su coche estratégicamente colocados han sido puestos ahí para un propósito mucho más útil que el que usted aplique rímel a sus pestañas, bilé a sus labios o se rasque los dientes para retirar restos de alimento. Se colocaron ahí para que usted pueda observar lo que acontece en la región posterior a su vehículo y a los costados de éste sin descuidar el frente, área de vital importancia para evitar accidentes. El darle cualquiera de los usos anteriores probablemente terminará en una colisión con daños a su vehículo, su moral, menoscabos a su cuerpo y agravar el estigma de que las mujeres son pésimas conductoras. Este blog se enorgullece de abanderar ese estigma.
4.-Estacionarse detrás de un auto cerrándole la única salida posible es una mala idea. No importa que usted crea que no se va a tardar. No importa que los demás lo hagan. No importa que vaya a estar cerca para moverlo cuando sea necesario. Lo único que debe de importarle es que el dueño del auto al que usted encierra puedo ser yo, y suelo llevar en mi cajuela una caja de herramientas que pueden reducir su automóvil del año en una lamentable pila de chatarra. A veces llevo también un picahielos para sus neumáticos. No me tiente, tengo problemas graves de neurosis y antecedentes de conducta agresiva. Invierta cinco minutos en encontrar un lugar mejor, se ahorrará mucho dinero.
5.-El color verde en un semáforo indica que los autos pueden avanzar (por eso le llaman "SIGA") el rojo indica que deben detenerse (de ahí el apelativo "ALTO"). La luz amarilla es una ambiguedad, hay quienes dicen que se debe acelerar y cruzar antes de que cambie y hay otra corriente que sostiene que lo correcto es disminuir la velocidad y detenerse. Discutirlo sería ocioso, por lo tanto, es usted libre de hacer cualquiera de las dos cosas. Solamente no se detenga en verde y no cruce en rojo. Es sencillo. Utilice a Elmo si tiene conflictos.
6.-Agregado al punto anterior: La velocidad de la luz es de 300,000 km/seg. La velocidad con la que los receptores fotosensibles del ojo envían la señal a la corteza óptica del cerebro a través de los axones eferentes del nervio óptico es de aproximadamente 0.05 milisegundos. La sincronía de los semáforos en la mayoría de las grandes ciudades de México tiene un margen llamado "ventana" de 0.8 a 1.5 segundos. Por lo tanto, si usted empieza a tocar el claxon en el instante mismo en que el semáforo se pone en verde, obtendrá una de dos cosas:
a)Una vista privilegiada de la longitud de mi dedo cordial.
b)Conocer a Refugio, mi Taurus PT58 semiautomática, de dieciséis tiros.
La gente como yo, que tiene mal carácter pero estupenda educación, sabe apreciar que la gente como usted siga estos consejos. No mermaremos su patrimonio, menoscabaremos su autoestima o nos meteremos con su integridad física. No pedimos nada maravilloso, tan sólo maneje como si no fuera un completo estúpido. Nos hará muy felices y somos más agradables cuando estamos felices (me refiero a mí y a Refugio).
Por su atención, gracias. Tenga buen día.
18 mayo 2006
Recarga tu Kung Fu
Ya llegó, ya está aquí... The quiz of the week!!
Éntrale ahorita que está calientita. Mantengo la oferta al score perfecto.
Take my Quiz on QuizYourFriends.com!
Éntrale ahorita que está calientita. Mantengo la oferta al score perfecto.
Take my Quiz on QuizYourFriends.com!
Hoy es una de esas noches. Sí, de esas. Tú sabes de cuáles. De esas en las que te sientas enfrente del monitor y tratas de decirle algo a alguien, sabiendo que no tienes nada qué decir y que, peor aún, no tienes a quién decírselo. Sin embargo, nada derrota esa soberbia tuya de enfrentarte a la hoja en blanco, que no es en realidad una hoja, y mucho menos está en blanco, a escribir, o juntar letras procurando que formen palabras y esperanzarte en la ilusión de que esas palabras integren ideas, deseando con todas tus fuerzas que esas ideas terminen por fusionar sus membranas y terminen siendo una sola sólida idea mayor.
Estoy atascado. Que lo sepan todos, carajo, estoy atascado en la mitad de una novela que prometía (promete, prometía, conjúgalo como quieras) ser lo mejor de todo cuanto he escrito hasta el momento. Tengo cerca de cincuenta poemas, una veintena de cuentos cortos, uno largo, una novela que jamás terminó de fraguar y que constituye hasta el momento el mayor de mis fracasos y varias historias épicas de las que nunca esperé nada más allá de divertirme, divertir a otros y mantener la mano caliente.
Ahora es distinto. Esta novela realmente significa mucho para mí, no sólo porque es una historia, un estilo que por fin puedo considerar mío, realmente mío, libre de las influencias, los ambientes, incluso de las figuras a las que a pesar de admirar y casi idolatrar, no quiero parecerme. Desde el momento en que terminé el capítulo uno supe que esta era la historia que quería escribir y así avancé por el segundo, tercero, hasta llegar al séptimo. En un momento aleatorio del octavo (llamado, premonitoriamente Heridas) me he quedado sumido en un silencio abrupto, total, espantoso.
Me siento obligado a mencionar, por pura honestidad a mí mismo y a ti, que esta novela no me interesa solamente por lo que pueda significar para mi inexistente carrera de escritor. No lo seré jamás, estoy seguro de ello. Seré quizá alguien que publica algo de vez en cuando, pero nunca tendré la entereza para llamarme a mi mismo y aceptar las pleitesías que recibe un consagrado del arte de las letras. No lo soy. No lo seré. No tengo las tripas que se requieren, no aspiro a tenerlas. Planeo ser un médico excelente, tan buen padre como me permita mi pobre mente y tan buen esposo como me alcance mi maltrecho corazón (ay, snif). Seguiré escribiendo, claro, porque me gusta, lo disfruto y realmente creo en las palabras de Rilke: "Si usted se cree capaz de vivir sin escribir, no escriba". Yo no me considero capaz, lo disfruto demasiado, es un contacto que aprecio mucho conmigo mismo y que no logro alcanzar por ninguna otra forma de introspección.
Encuentro muy relajante el proceso de la escritura. Soy un hombre de rituales. Me agrada el silencio, el café, hacerlo en una computadora y raras, rarísimas veces a mano. Cambio muchísimo unas palabras por otras que según yo fortalecen el ritmo y la métrica de la narrativa. Releo siempre más de tres veces lo que acabo de escribir y generalmente empiezo y termino en el mismo impulso. Quizá por eso me está resultando tan difícil crear una novela, por la extensión que no me permite sacarla de un jalón y ¡venga!¡a otra cosa!.
Decía, sin embargo, que tengo más de un interés en la feliz terminación de la novela, pues tengo la idea muy firme de inscribirla en un certamen que la comisión de cultura de mi estado realiza cada año, ofreciendo como premio la publicación del trabajo ganador (1000 ejemplares) y un jugoso cheque por $40,000.
Por supuesto no voy a tomar el papel de mártir del arte. No soy ningún hada de las letras. Tengo necesidades, deudas qué saldar y un hijo al que quiero dar una linda existencia y mejor educación. Invierto mi tiempo en escribir y espero ser remunerado por ello. Si gano ese certamen, o al menos quedo entre los primeros lugares, lo entenderé como un mensaje celestial de que "vio dios que esto era bueno en gran manera". De lo contrario... Bah, para qué escribir algo aquí, es obvio que pasará una de las dos cosas que ya mencioné.
Por lo pronto a desentumir los dedos y la narrativa. Tengo una historia qué escribir, una vida que debo dejar de vivir por un rato y una lanota qué ganar. Así sea.
Estoy atascado. Que lo sepan todos, carajo, estoy atascado en la mitad de una novela que prometía (promete, prometía, conjúgalo como quieras) ser lo mejor de todo cuanto he escrito hasta el momento. Tengo cerca de cincuenta poemas, una veintena de cuentos cortos, uno largo, una novela que jamás terminó de fraguar y que constituye hasta el momento el mayor de mis fracasos y varias historias épicas de las que nunca esperé nada más allá de divertirme, divertir a otros y mantener la mano caliente.
Ahora es distinto. Esta novela realmente significa mucho para mí, no sólo porque es una historia, un estilo que por fin puedo considerar mío, realmente mío, libre de las influencias, los ambientes, incluso de las figuras a las que a pesar de admirar y casi idolatrar, no quiero parecerme. Desde el momento en que terminé el capítulo uno supe que esta era la historia que quería escribir y así avancé por el segundo, tercero, hasta llegar al séptimo. En un momento aleatorio del octavo (llamado, premonitoriamente Heridas) me he quedado sumido en un silencio abrupto, total, espantoso.
Me siento obligado a mencionar, por pura honestidad a mí mismo y a ti, que esta novela no me interesa solamente por lo que pueda significar para mi inexistente carrera de escritor. No lo seré jamás, estoy seguro de ello. Seré quizá alguien que publica algo de vez en cuando, pero nunca tendré la entereza para llamarme a mi mismo y aceptar las pleitesías que recibe un consagrado del arte de las letras. No lo soy. No lo seré. No tengo las tripas que se requieren, no aspiro a tenerlas. Planeo ser un médico excelente, tan buen padre como me permita mi pobre mente y tan buen esposo como me alcance mi maltrecho corazón (ay, snif). Seguiré escribiendo, claro, porque me gusta, lo disfruto y realmente creo en las palabras de Rilke: "Si usted se cree capaz de vivir sin escribir, no escriba". Yo no me considero capaz, lo disfruto demasiado, es un contacto que aprecio mucho conmigo mismo y que no logro alcanzar por ninguna otra forma de introspección.
Encuentro muy relajante el proceso de la escritura. Soy un hombre de rituales. Me agrada el silencio, el café, hacerlo en una computadora y raras, rarísimas veces a mano. Cambio muchísimo unas palabras por otras que según yo fortalecen el ritmo y la métrica de la narrativa. Releo siempre más de tres veces lo que acabo de escribir y generalmente empiezo y termino en el mismo impulso. Quizá por eso me está resultando tan difícil crear una novela, por la extensión que no me permite sacarla de un jalón y ¡venga!¡a otra cosa!.
Decía, sin embargo, que tengo más de un interés en la feliz terminación de la novela, pues tengo la idea muy firme de inscribirla en un certamen que la comisión de cultura de mi estado realiza cada año, ofreciendo como premio la publicación del trabajo ganador (1000 ejemplares) y un jugoso cheque por $40,000.
Por supuesto no voy a tomar el papel de mártir del arte. No soy ningún hada de las letras. Tengo necesidades, deudas qué saldar y un hijo al que quiero dar una linda existencia y mejor educación. Invierto mi tiempo en escribir y espero ser remunerado por ello. Si gano ese certamen, o al menos quedo entre los primeros lugares, lo entenderé como un mensaje celestial de que "vio dios que esto era bueno en gran manera". De lo contrario... Bah, para qué escribir algo aquí, es obvio que pasará una de las dos cosas que ya mencioné.
Por lo pronto a desentumir los dedos y la narrativa. Tengo una historia qué escribir, una vida que debo dejar de vivir por un rato y una lanota qué ganar. Así sea.
16 mayo 2006
A otra zorra con ese mink
Hace cosa de veinte minutos, Andrés Manuel López Obrador soltó la gotita que llenó mi copa jaibolera y la hizo derramar su contenido de agua carbonatada, concentrado ultrasecreto, glucosa y otros ingredientes (una vil cocacola, pues) al pedirle un último momentito a López Dóriga para enviarle "un saludo a los seleccionados mexicanos" y decirles que, para llegar lejos en un evento deportivo mundial se requiere de "tamaños y arrojo".
Ya empezaba a superar el amargo trago de ver al par de mafiosos que el PRI y el PAN nos han ofrecido como candidatos a la presidencia, soltando improperios y ganduleces varias sobre mi deporte consentido, haciendo referencias al juego político del debate como "echarse unos penales" o "aventarse una cascarita" o un "mano a mano". ¡Puaj! Ni siquiera concibo la idea de que alguno de los dos monos conozcan las reglas esenciales del juego, la alineación de un equipo, los nombres de la mitad de los seleccionados mexicanos, los campeones de liga de los últimos diez años en el torneo mexicano, entonces, ¿cómo tolerar sus "ingeniosos" chascarrillos tan obviamente hechos con la lastimera intención de allegarse un poco del "rating" que el futbol claramente genera.
No es ningún secreto que este par de meses vamos a estar atiborrados hasta la náusea de una contraposición horrorosa: por un lado, el evento masivo más grande que celebra el deporte más bello del mundo, que se celebra una vez cada cuatro años y que absorberá cuando menos un 80% de mis neuronas. Por el otro, un evento seudomasivo que celebra la actividad más deleznable del mundo, que se celebra una vez cada seis años y que absorberá un 80% de mi capacidad de lanzar vituperios, blasfemias, herejías y lenguaje soez.
No sé cómo conjugará mi mente el estar observando un emocionante partido entre dos potentes seleccionados- digamos, por ejemplo Brasil vs. Inglaterra- y de buenas a primeras, mientras me deleito con un portentoso quiebre de Ronaldinho, ver aparecer un promocional gigantesco en la parte inferior de la pantalla, que dirá: "Roberto sí puede". Asco total.
Lo que sí sé, lo tengo muy claro, es que ya no quiero volver a ver a un político agarrarse de los buenos o malos sentimientos que provoca el futbol soccer en la gente enajenada como este servidor, quien al igual que cientos de miles (quizá millones) de mexicanos, se emociona, disfruta, sufre, agoniza, se enfurece y explota de alegría con los triunfos y fracasos de la Selección Mexicana.
He gritado con todas mis fuerzas cada gol de méxico en un mundial desde 1994, me acabé la garganta festejando el de Marcelino Bernal contra Italia, los dos de Luis García contra Irlanda, el penal que García Aspe retacó contra Bulgaria y aquél que falló terriblemente en el mismo partido.
Cuatro años después, en Francia, festejé como poseído la victoria 3-1 contra Corea del Sur, el gol de puros riñones y empuje de Blanco contra Bélgica y los chiripazos de Hernández contra Holanda. Me emocioné hasta las lágrimas cuando un gol del "matador" me hizo creer- pobre ingenuo- que México dejaría a Alemania en el camino y jugaría los cuartos de final.
Hace cuatro años, en el mundial más lamentable que hayan visto mis ojos, festejé también el gol contra Croacia, los dos contra Ecuador y el precioso remate de cabeza con el que Borgetti puso a Italia bajo los tachones de sus Nike. Lo que hizo Del Piero después no me importó, por fin el equipo de mi país había demostrado creer que ganarle a "los grandes" era el objetivo. Estados Unidos nos regresó a una realidad mediocre y a una tristeza añeja en la que supongo sumidos a todos los que, como yo, esperan mucho más.
Es el mismo asunto. Tanto FeCal, como Putazo, como el PG, tratan de vendernos el cuentito barato de que "ahora es diferente", "estamos listos para ganar/gobernar", "nos hemos preparado mejor". Al final, será Estados Unidos quien mande, como ha sido desde hace ya casi un siglo.
Por favor, no me importa que haya muchísimo dinero de por medio. No quiero saber cuántas propiedades se han apañado por medio de las porquerías que practican, me importa un soberano carajo cuántos negocios chuecos tienen ustedes y sus hijos, ni siquiera me preocupa el hecho de que, de ganar, demostrarán, cada uno, que además de tranzas, lacras, criminales y cerdos, son unos estúpidos, pésimos administradores y peores estadistas. No me importa a cuantos hayas matado, Roberto, cuántos traseros tuviste que lamer, Felipe, o qué tan grande es tu ego que no te deja ver más allá de las cejas, Andrés, lo único que quiero, se los pido con lo poco de infancia que me queda, es que no se cuelguen del Futbol. Agárrense otra banderita, no me quiten la ilusión de haber esperado cuatro años para que ustedes me empañen el regocijo.
Ya empezaba a superar el amargo trago de ver al par de mafiosos que el PRI y el PAN nos han ofrecido como candidatos a la presidencia, soltando improperios y ganduleces varias sobre mi deporte consentido, haciendo referencias al juego político del debate como "echarse unos penales" o "aventarse una cascarita" o un "mano a mano". ¡Puaj! Ni siquiera concibo la idea de que alguno de los dos monos conozcan las reglas esenciales del juego, la alineación de un equipo, los nombres de la mitad de los seleccionados mexicanos, los campeones de liga de los últimos diez años en el torneo mexicano, entonces, ¿cómo tolerar sus "ingeniosos" chascarrillos tan obviamente hechos con la lastimera intención de allegarse un poco del "rating" que el futbol claramente genera.
No es ningún secreto que este par de meses vamos a estar atiborrados hasta la náusea de una contraposición horrorosa: por un lado, el evento masivo más grande que celebra el deporte más bello del mundo, que se celebra una vez cada cuatro años y que absorberá cuando menos un 80% de mis neuronas. Por el otro, un evento seudomasivo que celebra la actividad más deleznable del mundo, que se celebra una vez cada seis años y que absorberá un 80% de mi capacidad de lanzar vituperios, blasfemias, herejías y lenguaje soez.
No sé cómo conjugará mi mente el estar observando un emocionante partido entre dos potentes seleccionados- digamos, por ejemplo Brasil vs. Inglaterra- y de buenas a primeras, mientras me deleito con un portentoso quiebre de Ronaldinho, ver aparecer un promocional gigantesco en la parte inferior de la pantalla, que dirá: "Roberto sí puede". Asco total.
Lo que sí sé, lo tengo muy claro, es que ya no quiero volver a ver a un político agarrarse de los buenos o malos sentimientos que provoca el futbol soccer en la gente enajenada como este servidor, quien al igual que cientos de miles (quizá millones) de mexicanos, se emociona, disfruta, sufre, agoniza, se enfurece y explota de alegría con los triunfos y fracasos de la Selección Mexicana.
He gritado con todas mis fuerzas cada gol de méxico en un mundial desde 1994, me acabé la garganta festejando el de Marcelino Bernal contra Italia, los dos de Luis García contra Irlanda, el penal que García Aspe retacó contra Bulgaria y aquél que falló terriblemente en el mismo partido.
Cuatro años después, en Francia, festejé como poseído la victoria 3-1 contra Corea del Sur, el gol de puros riñones y empuje de Blanco contra Bélgica y los chiripazos de Hernández contra Holanda. Me emocioné hasta las lágrimas cuando un gol del "matador" me hizo creer- pobre ingenuo- que México dejaría a Alemania en el camino y jugaría los cuartos de final.
Hace cuatro años, en el mundial más lamentable que hayan visto mis ojos, festejé también el gol contra Croacia, los dos contra Ecuador y el precioso remate de cabeza con el que Borgetti puso a Italia bajo los tachones de sus Nike. Lo que hizo Del Piero después no me importó, por fin el equipo de mi país había demostrado creer que ganarle a "los grandes" era el objetivo. Estados Unidos nos regresó a una realidad mediocre y a una tristeza añeja en la que supongo sumidos a todos los que, como yo, esperan mucho más.
Es el mismo asunto. Tanto FeCal, como Putazo, como el PG, tratan de vendernos el cuentito barato de que "ahora es diferente", "estamos listos para ganar/gobernar", "nos hemos preparado mejor". Al final, será Estados Unidos quien mande, como ha sido desde hace ya casi un siglo.
Por favor, no me importa que haya muchísimo dinero de por medio. No quiero saber cuántas propiedades se han apañado por medio de las porquerías que practican, me importa un soberano carajo cuántos negocios chuecos tienen ustedes y sus hijos, ni siquiera me preocupa el hecho de que, de ganar, demostrarán, cada uno, que además de tranzas, lacras, criminales y cerdos, son unos estúpidos, pésimos administradores y peores estadistas. No me importa a cuantos hayas matado, Roberto, cuántos traseros tuviste que lamer, Felipe, o qué tan grande es tu ego que no te deja ver más allá de las cejas, Andrés, lo único que quiero, se los pido con lo poco de infancia que me queda, es que no se cuelguen del Futbol. Agárrense otra banderita, no me quiten la ilusión de haber esperado cuatro años para que ustedes me empañen el regocijo.
Volví a soñar que tu cuerpo amanecía junto al mío. Estabas casi desnuda, excepto por las bragas de encaje que te cubrían el pubis y el antebrazo que hacía lo mismo por tus pechos. Los párpados te temblaban de un modo apenas perceptible, como si un mal sueño te persiguiera. Justo cuando despertaste, desperté.
¿Alguna vez sabré lo que soñabas?
¿Alguna vez sabré lo que soñabas?
14 mayo 2006
Os invito, seguidme
Jamás escuché que un hombre fuera acusado de guardar silencios estúpidos.
Por el contrario, cientos de individuos han sido señalados por sus imbéciles comentarios.
Jamás escuché que alguien fuera estigmatizado por su excesiva atención a un orador.
Por el contrario, es común escuchar la reprimenda dirigida a quien interrumpe al que diserta.
Jamás escuché de alguien hiperculto.
En cambio los incultos son (somos) el pan de cada día.
Entonces: Callemos, Escuchemos y tratemos, por pura dignidad, de Aprender algo.
Por el contrario, cientos de individuos han sido señalados por sus imbéciles comentarios.
Jamás escuché que alguien fuera estigmatizado por su excesiva atención a un orador.
Por el contrario, es común escuchar la reprimenda dirigida a quien interrumpe al que diserta.
Jamás escuché de alguien hiperculto.
En cambio los incultos son (somos) el pan de cada día.
Entonces: Callemos, Escuchemos y tratemos, por pura dignidad, de Aprender algo.
12 mayo 2006
En defensa de mi azote literario
Una de mis patas flacas cuando escribo prosa es la búsqueda continua por alejarme del lugar común, la trama sobada y los desenlaces predecibles. Digo que es sólo una de mis patas flacas, pues en realidad tengo tantas como un ciempiés Biafrano.
La afirmación anterior no parece tener mucho sentido, pues si se toma a una horda de culturosos (es decir, si encontramos alguno, ya que la Holy Batio's Church los atemoriza y cada vez salen menos) Bueno, el punto es que si se encuestase a la dicha aglutinación de culturosos, todos o la inmensa mayoría harían la misma afirmación. Ningún escritor aceptará ser un asiduo del lugar común, el cliché, la repetición infinita de personajes y situaciones sobre los que ya se ha escrito.
Me importa muy poco lo que piense la gente acerca de mis alcances narrativos. Preferiría tragarme mis palabras antes de compartirlas con neófitos almejines como los que pululan en esta ciudad y que seguramente no saben diferenciar la prosa de Orwell de la de un columnista de El Informador. Me niego totalmente a aceptar que sean ellos los que integren el juzgado que decidirá si soy un escritor que vale la pena leer o un simple junta-letras que no ha encontrado una forma mejor para pasar el rato.
No es una cuestión de elitismo, bien sé que estoy muy lejos del nivel cultural al que tendría que pertenecer para darme esos aires (y sé bien que no lo haría ni aún entonces) simplemente me rehúso con cada una de mis neuronas a que gente que se traga todos los días su dosis de esa mierda llamada "Amor en NaCustodia" y cada fin de semana su buen atragante de "NAcademia"o peor "Cantando por un Leño" sea quien diga: Este libro vale la pena.
Me niego, sencillamente no voy a transigir en esto. No tengo ningún mérito que me defienda, jamás he ganado el Alfaguara, el Cervantes, el Rulfo, mucho menos un Nobel que pueda esgrimir como espada brillante para abatir a los seudo inquisidores de mi trabajo, pero haré todo lo que esté en mi mano para no pasar la humillación de ser rechazado en editoriales, revistas culturosas y exposiciones balines por gente cuyo talento no vale un manojo de cilantro.
Cuando publique y mis librejos anden rondando por ahí, no podré ser más el controlador de quién se traga mis letras. Trataré de consolarme con la dulce idea de que, por lo menos, están leyendo. Debe ser ganancia.
La afirmación anterior no parece tener mucho sentido, pues si se toma a una horda de culturosos (es decir, si encontramos alguno, ya que la Holy Batio's Church los atemoriza y cada vez salen menos) Bueno, el punto es que si se encuestase a la dicha aglutinación de culturosos, todos o la inmensa mayoría harían la misma afirmación. Ningún escritor aceptará ser un asiduo del lugar común, el cliché, la repetición infinita de personajes y situaciones sobre los que ya se ha escrito.
Me importa muy poco lo que piense la gente acerca de mis alcances narrativos. Preferiría tragarme mis palabras antes de compartirlas con neófitos almejines como los que pululan en esta ciudad y que seguramente no saben diferenciar la prosa de Orwell de la de un columnista de El Informador. Me niego totalmente a aceptar que sean ellos los que integren el juzgado que decidirá si soy un escritor que vale la pena leer o un simple junta-letras que no ha encontrado una forma mejor para pasar el rato.
No es una cuestión de elitismo, bien sé que estoy muy lejos del nivel cultural al que tendría que pertenecer para darme esos aires (y sé bien que no lo haría ni aún entonces) simplemente me rehúso con cada una de mis neuronas a que gente que se traga todos los días su dosis de esa mierda llamada "Amor en NaCustodia" y cada fin de semana su buen atragante de "NAcademia"o peor "Cantando por un Leño" sea quien diga: Este libro vale la pena.
Me niego, sencillamente no voy a transigir en esto. No tengo ningún mérito que me defienda, jamás he ganado el Alfaguara, el Cervantes, el Rulfo, mucho menos un Nobel que pueda esgrimir como espada brillante para abatir a los seudo inquisidores de mi trabajo, pero haré todo lo que esté en mi mano para no pasar la humillación de ser rechazado en editoriales, revistas culturosas y exposiciones balines por gente cuyo talento no vale un manojo de cilantro.
Cuando publique y mis librejos anden rondando por ahí, no podré ser más el controlador de quién se traga mis letras. Trataré de consolarme con la dulce idea de que, por lo menos, están leyendo. Debe ser ganancia.
11 mayo 2006
Nunca he visto una mancha de tinta...
Afirmaciones descabelladas como esa, aparentemente nimias y visiblemente carentes de veracidad (¿quién no ha usado una pluma bic, carajo?), son el pan de cada línea en la narrativa de Hernán Lavín Cerda, menospreciado y quizá ya hasta fallecido escritor chileno al que leí la primera vez por avaricia (es decir, su libro era el más barato del estante y no tenía nada más en mi biblioteca personal). Lavín Cerda es de ese tipo de narradores que alguien llamó "Picapedreros del lenguaje", una mente quisquillosa que discrimina continuamente la elección de sus palabras y el orden de éstas en los enunciados, para no mencionar la colocación de los enunciados en el párrafo y así ad perpetuum ad nauseam.
Nunca he visto una mancha de tinta, no estoy loco, la locura es esa mancha de tinta que nunca he visto.
Jamás he visto una nuez, no estoy loco, la locura es esa nuez que nunca he visto.
Estas dos líneas aperecen en la misma página de Historia de aquel verano en Valparaíso, novela que vale la pena leer si lo que se busca es aprender el arte de la divagación que gira sobre sujetos tan aparentemente planos como un loro llamado Pericles. A pesar de que han pasado ya casi cuatro años desde que las leí, todavía recuerdo la sensación que me produjeron, una especie de momentánea conmoción donde se mezclaba el asombro, el desdén, un éxtasis extraño pero depurado y sobre todo una cierta rabia de que no se me hubiesen ocurrido a mi primero.
Nunca he vuelto a comprar un libro de Lavín Cerda, no estoy loco, la locura es el segundo libro de Lavín Cerda que no he comprado.
Nunca he visto una mancha de tinta, no estoy loco, la locura es esa mancha de tinta que nunca he visto.
Jamás he visto una nuez, no estoy loco, la locura es esa nuez que nunca he visto.
Estas dos líneas aperecen en la misma página de Historia de aquel verano en Valparaíso, novela que vale la pena leer si lo que se busca es aprender el arte de la divagación que gira sobre sujetos tan aparentemente planos como un loro llamado Pericles. A pesar de que han pasado ya casi cuatro años desde que las leí, todavía recuerdo la sensación que me produjeron, una especie de momentánea conmoción donde se mezclaba el asombro, el desdén, un éxtasis extraño pero depurado y sobre todo una cierta rabia de que no se me hubiesen ocurrido a mi primero.
Nunca he vuelto a comprar un libro de Lavín Cerda, no estoy loco, la locura es el segundo libro de Lavín Cerda que no he comprado.
10 mayo 2006
In principio erat Dungeons...
El domingo pasado volví a las andadas de dirigir campaña de Dungeons & Dragons. Mis jugadores, como ya parece costumbre, son robados de otro DM (Christian "La Nena"). La cosa quedó así:
Maese Martín Moscosa creó a un Rogue, raza Halfling al que llamó Ercosiux of the Nee (aquellos que no han visto Monthy Python's Holy Grail, además de valer pitufo, no entenderán esta referencia).
Jorge (o Sina): Un Illuminian, clérigo, estrafalario hasta las madres y fantochón.
Fire (o Pinguin): Un Sun Elf, Warmage, que ya tuvo su primer amor de taberna y pronto tendrá un recuerdo de esa noche.
La primera partida fue un poco improvisada, debo reconocer, pues la verdad hasta unas horas antes ni siquiera estaba seguro de que fuéramos a jugar. En fin, utilicé el setting de una campaña bastante desarrollada y de la que ya alguna vez hablé en este mismo blog, llamada "Tuleph Menace" y que es del mundo de "Seven Rune War", historia de fantasía épica que empecé hace como tres años y aún no termino.
Aquellos que han jugado conmigo saben que soy bastante dedicado como DM, mis settings suelen ser muy detallados, me gusta guardar la mayor cantidad de coherencia y lógica (en el sentido un poco relajado que tienen la coherencia y la lógica en la fantasía de D&D). Me gusta creer que he aprendido de los errores que cometieron alguna vez otros DM's con los que he jugado y que el ser un poco ecléctico me ha hecho un buen director del juego.
Como dije, en la sesión del domingo tuve que improvisar, pero de cualquier modo la partida estuvo bastante agradable y mis tres jugadores quedaron encantados. En unos días, el próximo domingo, tenemos la segunda y entonces sí sentirán "the whole enchilada" de jugar en mis campañas, ya tengo mis combat sheets, estoy trabajando en el mapeado, tengo estructurada la trama y al menos tres subtramas posibles y un reparto de treinta NPC's listo para ayudarme a animar el mundo de lo que ya he decidido se llamará:
LA OCTAVA RUNA
(Se escucha una explosión de murmullos, aprobaciones susurrantes y comentarios alusivos a Seven Rune War de la gente conocedora y cultivada en estas cuestiones).
Esto incluirá combate, estrategia, tesoros maravillosos, peligrosos enemigos, monstruos fantásticos, shadow sentinels, tabernas, chimpancés y un Sun Elf con sífilis...
Only wish every day was a Sunday.
Maese Martín Moscosa creó a un Rogue, raza Halfling al que llamó Ercosiux of the Nee (aquellos que no han visto Monthy Python's Holy Grail, además de valer pitufo, no entenderán esta referencia).
Jorge (o Sina): Un Illuminian, clérigo, estrafalario hasta las madres y fantochón.
Fire (o Pinguin): Un Sun Elf, Warmage, que ya tuvo su primer amor de taberna y pronto tendrá un recuerdo de esa noche.
La primera partida fue un poco improvisada, debo reconocer, pues la verdad hasta unas horas antes ni siquiera estaba seguro de que fuéramos a jugar. En fin, utilicé el setting de una campaña bastante desarrollada y de la que ya alguna vez hablé en este mismo blog, llamada "Tuleph Menace" y que es del mundo de "Seven Rune War", historia de fantasía épica que empecé hace como tres años y aún no termino.
Aquellos que han jugado conmigo saben que soy bastante dedicado como DM, mis settings suelen ser muy detallados, me gusta guardar la mayor cantidad de coherencia y lógica (en el sentido un poco relajado que tienen la coherencia y la lógica en la fantasía de D&D). Me gusta creer que he aprendido de los errores que cometieron alguna vez otros DM's con los que he jugado y que el ser un poco ecléctico me ha hecho un buen director del juego.
Como dije, en la sesión del domingo tuve que improvisar, pero de cualquier modo la partida estuvo bastante agradable y mis tres jugadores quedaron encantados. En unos días, el próximo domingo, tenemos la segunda y entonces sí sentirán "the whole enchilada" de jugar en mis campañas, ya tengo mis combat sheets, estoy trabajando en el mapeado, tengo estructurada la trama y al menos tres subtramas posibles y un reparto de treinta NPC's listo para ayudarme a animar el mundo de lo que ya he decidido se llamará:
LA OCTAVA RUNA
(Se escucha una explosión de murmullos, aprobaciones susurrantes y comentarios alusivos a Seven Rune War de la gente conocedora y cultivada en estas cuestiones).
Esto incluirá combate, estrategia, tesoros maravillosos, peligrosos enemigos, monstruos fantásticos, shadow sentinels, tabernas, chimpancés y un Sun Elf con sífilis...
Only wish every day was a Sunday.
09 mayo 2006
Escrito Ajeno pero Mío.
Dolor
extraño
punzante
desquicio
me habitas
dominas
¿permiso?
te plantas
me dueles
te ries
recorres descalzo de día, de noche, importa?
ya no soy
cambié, tuve, lo hiciste
¡me extraño!
Dolor
te ubico,
te sé
laceras
invades
no hay avisos, no hay esquelas, ¿ sabes de que hablo?
solo concurres
ataques sinuosos
¿resquicios libres?
respuesta
válvula
camino
mi grito es música pa ti,
tu ego, te inflas enorme.
mi desgano, mi náusea...... tu razon, tu sino
Dolor
amigo, inquilino
mi cuerpo
tu arena
tu alimento
bocado frugal
tierra muerta, estéril
geografía: dedito, canilla, tuétano, rodilla
palestra concurrente
jacal sin paredes
despojo al marcharte.
¡Dolor hermano!
llegó el descanso
es justo
por fin
soy libre
me marcho
el jardin espera, se hace tarde, corro aprisa.
¿vienes?
¡No llores!
Escrito por Zinho hace exactamente un año. Dolor. Dolor. ¿Se dan cuenta?
extraño
punzante
desquicio
me habitas
dominas
¿permiso?
te plantas
me dueles
te ries
recorres descalzo de día, de noche, importa?
ya no soy
cambié, tuve, lo hiciste
¡me extraño!
Dolor
te ubico,
te sé
laceras
invades
no hay avisos, no hay esquelas, ¿ sabes de que hablo?
solo concurres
ataques sinuosos
¿resquicios libres?
respuesta
válvula
camino
mi grito es música pa ti,
tu ego, te inflas enorme.
mi desgano, mi náusea...... tu razon, tu sino
Dolor
amigo, inquilino
mi cuerpo
tu arena
tu alimento
bocado frugal
tierra muerta, estéril
geografía: dedito, canilla, tuétano, rodilla
palestra concurrente
jacal sin paredes
despojo al marcharte.
¡Dolor hermano!
llegó el descanso
es justo
por fin
soy libre
me marcho
el jardin espera, se hace tarde, corro aprisa.
¿vienes?
¡No llores!
Escrito por Zinho hace exactamente un año. Dolor. Dolor. ¿Se dan cuenta?
08 mayo 2006
Pass the potato
Siguiendo la moda, me he cortado el pelo en forma de esos piquitos medio de animee japonés que los mariconcitos estilistas llaman "raftas". Cabe mencionar que mis rasgos recuerdan ligeramente a uno de estos dibujos y eso me ha conseguido apodos como "Gohan" "Koji" "Yuske" y bj's similares.
Siguiendo la moda, me he perforado el rostro con trocitos de metal, las cejas en ambas ocasiones, lo que, además de satisfacerme enormemente, hizo que una mujer muy hermosa me considerara (y dijera) que me veía "sexy".
Siguiendo la moda, he escuchado trova, rocknroll, alternativo, emo, bolero, indie, green crush core (no pregunten) y he descubierto que la música que me gusta, gracias a Dios, le gusta a muy poca gente más, por lo que no corro el riesgo de que me harte.
Siguiendo la moda me he puesto alguna vez pantalones con adjetivos tan exageradamente homosexuales como "a la cadera" y "acampanados", degradándome casi a ser un follower amanerado. Sin embargo se me veían divinos. Ay, Dios.
Siguiendo la moda alguna vez me he puesto hasta la madre de borracho, me he fumado algunos cigarrillo y he asistido a un antro y he encontrado que de las tres cosas no hay una sola que quisiera repetir.
Siguiendo la moda he tenido sexo fuera del matrimonio y he encontrado que soy fantástico como amante y que si fuera mujer, querría estar con un tipo como yo, preocupado más por mi placer que por el suyo.
Siguiendo la moda he descubierto que no hay nada qué seguir. Aquí nadie va hacia alguna parte.
Pero para seguir la moda, este es mi "harem perfecto":
-Angie Duarte.
-Emily Mortimer.
-Elizabeth Hurley.
-Christina Aguilera.
-Mindy Vega.
Me conformaría con dos al mismo tiempo. Pero claro, los chicos buenos nunca nos quedamos con la chica.
Siguiendo la moda, me he perforado el rostro con trocitos de metal, las cejas en ambas ocasiones, lo que, además de satisfacerme enormemente, hizo que una mujer muy hermosa me considerara (y dijera) que me veía "sexy".
Siguiendo la moda, he escuchado trova, rocknroll, alternativo, emo, bolero, indie, green crush core (no pregunten) y he descubierto que la música que me gusta, gracias a Dios, le gusta a muy poca gente más, por lo que no corro el riesgo de que me harte.
Siguiendo la moda me he puesto alguna vez pantalones con adjetivos tan exageradamente homosexuales como "a la cadera" y "acampanados", degradándome casi a ser un follower amanerado. Sin embargo se me veían divinos. Ay, Dios.
Siguiendo la moda alguna vez me he puesto hasta la madre de borracho, me he fumado algunos cigarrillo y he asistido a un antro y he encontrado que de las tres cosas no hay una sola que quisiera repetir.
Siguiendo la moda he tenido sexo fuera del matrimonio y he encontrado que soy fantástico como amante y que si fuera mujer, querría estar con un tipo como yo, preocupado más por mi placer que por el suyo.
Siguiendo la moda he descubierto que no hay nada qué seguir. Aquí nadie va hacia alguna parte.
Pero para seguir la moda, este es mi "harem perfecto":
-Angie Duarte.
-Emily Mortimer.
-Elizabeth Hurley.
-Christina Aguilera.
-Mindy Vega.
Me conformaría con dos al mismo tiempo. Pero claro, los chicos buenos nunca nos quedamos con la chica.
06 mayo 2006
Dale, Hermano
03 mayo 2006
Enséñame tu Kung Fu
Responde a estas sencillas preguntas y gánate mi respeto absoluto y, si tienes récord perfecto, alguno de mis libros consentidos. Prohibido googlear, lo sabré.
Take my Quiz on QuizYourFriends.com!
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02 mayo 2006
Zinho
La mayoría de las personas que conozco tiende a dar las cosas por sentadas tras poco tiempo de contar con ellas. Desconozco la mecánica, pero sé que existe ese fenómeno por gracia del cual, tras unos meses de conocer a una persona, obtener un empleo, disfrutar de cierto status quo, uno simplemente deja de valorar y comienza a presuponer.
Esto es un cliché y estoy totalmente conciente de ello: Uno no aprecia las cosas hasta que está en riesgo de perderlas.
Ayer me notificaron que uno de los amigos a los que más aprecio le tengo sufrió un accidente espantoso y de graves proporciones. Mi amigo, en compañía de varios más, se levantó en la mañana con la certeza de su juventud en el cuerpo, la certeza de sus amigos que en poco tiempo pasarían a recogerlo y la certeza de que más tarde ese mismo día estaría de regreso con una nueva gama de anécdotas para contar y disfrutar.
Unas horas más tarde, en medio de un letargo que jamás recordará, mi amigo era subido en una ambulancia. Un resbalón al bajar un cerro marcó el inicio de algo que todavía no concluye. Una caída de casi quince metros de altura que le quebró el fémur en tres fragmentos, le lesionó el brazo y lo peor: le abrió la cabeza en forma preocupante. Los médicos estuvieron de acuerdo en que el proceso inflamatorio en su cabeza era demasiado obvio como para intentar intervenir tan pronto, sin embargo ahora me han llegado noticias confusas de que sí lo operaron o que sí no. La única certeza es que conserva la movilidad de sus extremidades y eso es por lo pronto esperanzador. Lo más temible ahora, descartada una posible apoplejía, es que le quede algún tipo de trastorno mental.
Zinho es, sin duda, el más querido de los que alguna vez formamos "la bolita". Eso me da la certeza de que hay muchas casas en Sonora donde en este momento se está rezando y pidiendo a cualesquier fuerza superior que tenga ganas de ayudar, que le eche una mano a los médicos y personal encargado de la mejoría del hermano Zinho. Me tranquiliza un poco y reduce quizá también mi amarga frustración de estar tan lejos y no poder estrechar la mano de mi hermano y decirle alguna de las muchas bromas que acostumbramos repetirnos. La impotencia es un licor muy amargo y difícil de pasar.
Vaya desde aquí el apoyo, hermano, el pedazo de corazón, la oración en un Dios en el que todavía creo y que tiene hoy la oportunidad de demostrarnos que es tan sabio como se supone, dejándonos conservar a una de las personas más agradables que he tenido el gusto de conocer.
Confío en ti, hermano, sé fuerte. Ya volveremos a cantar el popurrí de la tropa vallenata.
Esto es un cliché y estoy totalmente conciente de ello: Uno no aprecia las cosas hasta que está en riesgo de perderlas.
Ayer me notificaron que uno de los amigos a los que más aprecio le tengo sufrió un accidente espantoso y de graves proporciones. Mi amigo, en compañía de varios más, se levantó en la mañana con la certeza de su juventud en el cuerpo, la certeza de sus amigos que en poco tiempo pasarían a recogerlo y la certeza de que más tarde ese mismo día estaría de regreso con una nueva gama de anécdotas para contar y disfrutar.
Unas horas más tarde, en medio de un letargo que jamás recordará, mi amigo era subido en una ambulancia. Un resbalón al bajar un cerro marcó el inicio de algo que todavía no concluye. Una caída de casi quince metros de altura que le quebró el fémur en tres fragmentos, le lesionó el brazo y lo peor: le abrió la cabeza en forma preocupante. Los médicos estuvieron de acuerdo en que el proceso inflamatorio en su cabeza era demasiado obvio como para intentar intervenir tan pronto, sin embargo ahora me han llegado noticias confusas de que sí lo operaron o que sí no. La única certeza es que conserva la movilidad de sus extremidades y eso es por lo pronto esperanzador. Lo más temible ahora, descartada una posible apoplejía, es que le quede algún tipo de trastorno mental.
Zinho es, sin duda, el más querido de los que alguna vez formamos "la bolita". Eso me da la certeza de que hay muchas casas en Sonora donde en este momento se está rezando y pidiendo a cualesquier fuerza superior que tenga ganas de ayudar, que le eche una mano a los médicos y personal encargado de la mejoría del hermano Zinho. Me tranquiliza un poco y reduce quizá también mi amarga frustración de estar tan lejos y no poder estrechar la mano de mi hermano y decirle alguna de las muchas bromas que acostumbramos repetirnos. La impotencia es un licor muy amargo y difícil de pasar.
Vaya desde aquí el apoyo, hermano, el pedazo de corazón, la oración en un Dios en el que todavía creo y que tiene hoy la oportunidad de demostrarnos que es tan sabio como se supone, dejándonos conservar a una de las personas más agradables que he tenido el gusto de conocer.
Confío en ti, hermano, sé fuerte. Ya volveremos a cantar el popurrí de la tropa vallenata.
27 abril 2006
Breve apología del homicidio
Hay gente que de plano sólo viene al mundo a hacerle la vida difícil a otra gente. Son personas amargadas que, no conformes con ello, le amargan la vida a las demás.
Tristemente, en mi familia hay un caso muy cercano. Es una persona cuyo lado oscuro no tiene nada qué envidiarle a la luna. Así de negativa. Su sola presencia basta para que un ambiente de amistosa francachela y campechana plática pase a convertirse en un sepelio tristísimo y solemne. Lo molesto del asunto es que -por el hecho de ser familia- me veo obligado a convivir con dicha persona, a conversar con ella cotidianamente e incluso a veces a hacerle favores y aligerarle el -snif- difícil trajín de la vida.
Eso es algo muy molesto. Pero yo soy machín y me la aviento, no hay falla. Lo que realmente me rompe los cojones es que mi madre, padre y hermanas tengan que aguantar también a esa persona, cuya única función es totalmente parasitaria, además de nociva y desgastante.
En algún punto del Código Penal debería de haber un eximente de responsabilidad en caso de asesinar a una persona como esta. Mientras tanto seguiremos pidiendo a Zeus que le envíe alguno de sus muchos rayos.
Tristemente, en mi familia hay un caso muy cercano. Es una persona cuyo lado oscuro no tiene nada qué envidiarle a la luna. Así de negativa. Su sola presencia basta para que un ambiente de amistosa francachela y campechana plática pase a convertirse en un sepelio tristísimo y solemne. Lo molesto del asunto es que -por el hecho de ser familia- me veo obligado a convivir con dicha persona, a conversar con ella cotidianamente e incluso a veces a hacerle favores y aligerarle el -snif- difícil trajín de la vida.
Eso es algo muy molesto. Pero yo soy machín y me la aviento, no hay falla. Lo que realmente me rompe los cojones es que mi madre, padre y hermanas tengan que aguantar también a esa persona, cuya única función es totalmente parasitaria, además de nociva y desgastante.
En algún punto del Código Penal debería de haber un eximente de responsabilidad en caso de asesinar a una persona como esta. Mientras tanto seguiremos pidiendo a Zeus que le envíe alguno de sus muchos rayos.
25 abril 2006
de sexo y otras ficciones
Voy a tratar de pasar por alto el hecho de que maese Manuel Lomelí, sacro avatar de Batio en este planeta mugriento, ya ha redactado sendos evangelios sobre el sexo, su futilidad, nimiedad, inutilidad, doblesentido y otros intrincamientos, arriesgándome a ser excomulgado antes de ser aceptado en la muy reverenciada Iglesia Batiana, todo por ustedes, pobres mortales que leen estas cotidianas diatribas.
Comenzaré siendo sentencioso: El sexo es un deporte malentendido.
¿Que no?
Han elegido a la persona incorrecta para discutir. Veamos.
1.-Es una actividad que involucra un 100% de ejercicio físico, ¿cierto?
2.-Además de ello, requiere un cierto nivel de concentración para llevarse a cabo en forma correcta (asumiendo que la forma correcta es aquella que proporciona mutua satisfacción).
3.-Tiene una meta final (gol, touch down, anotación, etc.) que es el conseguir uno o muchos orgasmos exageradamente deliciosos.
4.-Aunque puede practicarse solo (como los clavados, el boliche, golf y otros) es mucho más divertido acompañado.
Bueno, está bien. Quizá el sexo no sea un deporte en el estricto sentido de la palabra. No hay un reglamento técnicamente dicho que lo norme, no hay ligas profesionales ni amateur, no hay un comité o club (salvo los clubes nocturnos, claro) que lo promocione. Digamos que concuerdo y que el sexo no es un deporte. ¿Entonces qué es?
Por favor no traigan la sobada postura de que es "una forma de demostrar tu amor a otra persona" "algo mágico que entregaré a quien me lleve al altar" et patatin et patatán. Por favor. Regresen con esos argumentos a la década de los treinta. El sexo no es ni un don que deba guardarse para compartirlo con un elegido como si se tratase de las piedras con los mandamientos celestiales. No es tampoco el fruto prohibido cuyo consumo deba condenar al consumidor a una discreción y arrepentimiento que rare en el masoquismo mental. El sexo debería ser un desfogue, una práctica continua de otorgamiento y recibimiento de placer por medio de estímulos corporales y mentales, tendiente, como todo lo que se practica con cierta frecuencia, a un constante mejoramiento y al descubrimiento de más y mejores maneras de disfrutar a la mujer u hombre que está ahí debajo de tu cuerpo, sudando, jadeando e intentando meter los dedos en lugares muy extraños de tu cuerpo.
El día de hoy recibí la grata noticia de que un amigo al que tengo gran aprecio y alta estima acaba de iniciar su vida sexual activa con su novia. Tienen algo así como un año de noviazgo, tienen 18 años, están en su primer año de universidad y hace poco tiempo se encontraron siendo personajes de un escenario no previamente concebido: Se quedaron solos en un apartamento durante todo un fin de semana. Tome usted un par de tiburones, colóquelos a la misma distancia de un jugoso y sanguinolento trozo de marsopa y vea lo que sucede.
Escenario Uno.
Tiburón A: (haciendo una venia) Por favor, maese, después de usted.
Tiburón B: (regresando la reverencia) De ninguna manera, mi estimado amigo, el honor es suyo.
Tiburón A: Insisto, esa marsopa tan apetitosa es un justo merecimiento a sus dones.
Tiburón B: Me halaga usted, pero tan apreciable caballero escualo debería paladear esa rojiza carne antes que nadie.
Escenario dos.
Este escenario ha sido suspendido porque los tiburones siguen intentando asesinarse para quedarse con el trozo de marsopa (el cual está siendo devorado por el tiburón 3).
Bueno. Este larguísimo y nada relacionado ejemplo pretende analogar el caso con la situación de poner a una pareja de jóvenes y sanos muchachos universitarios que se traen unas ganas como de doce meses en un lugar donde falta vigilancia y sobran colchones. Los resultados no son ningún enigma, amigos míos.
El punto es que mi amigo tuvo la sensata decisión de elegirme como el único sabedor de lo que había acontecido. Estaba, es natural, un poco preocupado de las posiblemente embarazosas consecuencias de su primera incursión carnal en el cuerpo de su compañera. Hablamos a detalle, quizá a demasiado detalle, sobre algunos pormenores del evento. Para mutua tranquilidad, el peligro es casi tan mínimo como el riesgo de sacarse la lotería nacional. No pude menos que felicitar a mi amigo por su inauguración como aprendiz de amante y alejarme con una sonrisa muy satisfecha de haber sido merecedor de su confianza y más aún, de su respeto, fue mu agradable el hecho de ser considerado "alguien que sabe".
A mi me gusta el sexo. No hay razón para negarlo (además nadie me creería). Me gusta desde hace mucho tiempo, de hecho empezó a gustarme a una edad a la que a la mayoría de los hombres aún no nos interesaba nada que no fuera jugar Double Dragon, ver Mazinger Z, ganar en los trompos y traer lana para una paleta de hielo en el recreo. Debo haber tenido como diez años. Mis amigos, que andaban por los 13 o 14, consiguieron de algún proveedor ignoto, una película porno. Esa fue mi puerta de entrada. Una puerta jodida, grosera, soez, una puerta de atrás, quizá la peor manera y la más equivocada de conocer el sexo, pero esa fue.
Afortunadamente en aquella lejana infancia era un tipo de lo más lúcido. De alguna forma extraña e inexplicable, en mi mente no encajaba esa idea de que el sexo era un procedimiento que sólo involucraba tres frases, un par de tacones, muchos pelos y jadeos y acercamiento demasiado abstractos a un par de bolas que se estrellaban contra algo que parecía lejanamente una imagen de mi libro de sexto año. No estaba bien. Ya en esa temprana época había desarrollado mi extraña fe en los libros, así que utilicé la salida lógica: investigación.
Uno puede pasar años estudiando el sexo desde docenas de perspectivas y puede llegar a entenderlo desde la mayoría de ellas, sólo para llegar al callejón sin salida de las preguntas de siempre: ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Con quién? ¿Cuándo?
Afortunadamente a mi no me interesa responderlas. Mi primera vez fue perdida y completamente enamorado de una mujer terriblemente hermosa. No tengo quejas.
Sin embargo, y por esa tendencia mía a querer ser el segundo mejor en lo que me gusta hacer, me sentí obligado a ponerme las pilas. Se hizo necesaria la práctica, la búsqueda constante por otras maneras, otros métodos, otras caricias, formas alternativas de hacer eso que parecía no tener dobleces y que resultó una madeja inexpugnable de posibilidades. Los hallazgos eran muchos y muy constantes: técnicas de respiración, ejercicios de control muscular, meditación profunda, zonas erógenas insospechadas que actuaban como justos detonadores de clímax al mayoreo, et caeteris.
Vaya, este post parece decidido a no tener pies ni cabeza. Quizá deba dejar el resto de la diatriba para momentos más lúcidos. Si le quedó a usted algo de tiempo tras leer esto, aprovéchelo y vaya a regalarle algunos orgasmos a su significant other, se lo agradecerá.
Comenzaré siendo sentencioso: El sexo es un deporte malentendido.
¿Que no?
Han elegido a la persona incorrecta para discutir. Veamos.
1.-Es una actividad que involucra un 100% de ejercicio físico, ¿cierto?
2.-Además de ello, requiere un cierto nivel de concentración para llevarse a cabo en forma correcta (asumiendo que la forma correcta es aquella que proporciona mutua satisfacción).
3.-Tiene una meta final (gol, touch down, anotación, etc.) que es el conseguir uno o muchos orgasmos exageradamente deliciosos.
4.-Aunque puede practicarse solo (como los clavados, el boliche, golf y otros) es mucho más divertido acompañado.
Bueno, está bien. Quizá el sexo no sea un deporte en el estricto sentido de la palabra. No hay un reglamento técnicamente dicho que lo norme, no hay ligas profesionales ni amateur, no hay un comité o club (salvo los clubes nocturnos, claro) que lo promocione. Digamos que concuerdo y que el sexo no es un deporte. ¿Entonces qué es?
Por favor no traigan la sobada postura de que es "una forma de demostrar tu amor a otra persona" "algo mágico que entregaré a quien me lleve al altar" et patatin et patatán. Por favor. Regresen con esos argumentos a la década de los treinta. El sexo no es ni un don que deba guardarse para compartirlo con un elegido como si se tratase de las piedras con los mandamientos celestiales. No es tampoco el fruto prohibido cuyo consumo deba condenar al consumidor a una discreción y arrepentimiento que rare en el masoquismo mental. El sexo debería ser un desfogue, una práctica continua de otorgamiento y recibimiento de placer por medio de estímulos corporales y mentales, tendiente, como todo lo que se practica con cierta frecuencia, a un constante mejoramiento y al descubrimiento de más y mejores maneras de disfrutar a la mujer u hombre que está ahí debajo de tu cuerpo, sudando, jadeando e intentando meter los dedos en lugares muy extraños de tu cuerpo.
El día de hoy recibí la grata noticia de que un amigo al que tengo gran aprecio y alta estima acaba de iniciar su vida sexual activa con su novia. Tienen algo así como un año de noviazgo, tienen 18 años, están en su primer año de universidad y hace poco tiempo se encontraron siendo personajes de un escenario no previamente concebido: Se quedaron solos en un apartamento durante todo un fin de semana. Tome usted un par de tiburones, colóquelos a la misma distancia de un jugoso y sanguinolento trozo de marsopa y vea lo que sucede.
Escenario Uno.
Tiburón A: (haciendo una venia) Por favor, maese, después de usted.
Tiburón B: (regresando la reverencia) De ninguna manera, mi estimado amigo, el honor es suyo.
Tiburón A: Insisto, esa marsopa tan apetitosa es un justo merecimiento a sus dones.
Tiburón B: Me halaga usted, pero tan apreciable caballero escualo debería paladear esa rojiza carne antes que nadie.
Escenario dos.
Este escenario ha sido suspendido porque los tiburones siguen intentando asesinarse para quedarse con el trozo de marsopa (el cual está siendo devorado por el tiburón 3).
Bueno. Este larguísimo y nada relacionado ejemplo pretende analogar el caso con la situación de poner a una pareja de jóvenes y sanos muchachos universitarios que se traen unas ganas como de doce meses en un lugar donde falta vigilancia y sobran colchones. Los resultados no son ningún enigma, amigos míos.
El punto es que mi amigo tuvo la sensata decisión de elegirme como el único sabedor de lo que había acontecido. Estaba, es natural, un poco preocupado de las posiblemente embarazosas consecuencias de su primera incursión carnal en el cuerpo de su compañera. Hablamos a detalle, quizá a demasiado detalle, sobre algunos pormenores del evento. Para mutua tranquilidad, el peligro es casi tan mínimo como el riesgo de sacarse la lotería nacional. No pude menos que felicitar a mi amigo por su inauguración como aprendiz de amante y alejarme con una sonrisa muy satisfecha de haber sido merecedor de su confianza y más aún, de su respeto, fue mu agradable el hecho de ser considerado "alguien que sabe".
A mi me gusta el sexo. No hay razón para negarlo (además nadie me creería). Me gusta desde hace mucho tiempo, de hecho empezó a gustarme a una edad a la que a la mayoría de los hombres aún no nos interesaba nada que no fuera jugar Double Dragon, ver Mazinger Z, ganar en los trompos y traer lana para una paleta de hielo en el recreo. Debo haber tenido como diez años. Mis amigos, que andaban por los 13 o 14, consiguieron de algún proveedor ignoto, una película porno. Esa fue mi puerta de entrada. Una puerta jodida, grosera, soez, una puerta de atrás, quizá la peor manera y la más equivocada de conocer el sexo, pero esa fue.
Afortunadamente en aquella lejana infancia era un tipo de lo más lúcido. De alguna forma extraña e inexplicable, en mi mente no encajaba esa idea de que el sexo era un procedimiento que sólo involucraba tres frases, un par de tacones, muchos pelos y jadeos y acercamiento demasiado abstractos a un par de bolas que se estrellaban contra algo que parecía lejanamente una imagen de mi libro de sexto año. No estaba bien. Ya en esa temprana época había desarrollado mi extraña fe en los libros, así que utilicé la salida lógica: investigación.
Uno puede pasar años estudiando el sexo desde docenas de perspectivas y puede llegar a entenderlo desde la mayoría de ellas, sólo para llegar al callejón sin salida de las preguntas de siempre: ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Con quién? ¿Cuándo?
Afortunadamente a mi no me interesa responderlas. Mi primera vez fue perdida y completamente enamorado de una mujer terriblemente hermosa. No tengo quejas.
Sin embargo, y por esa tendencia mía a querer ser el segundo mejor en lo que me gusta hacer, me sentí obligado a ponerme las pilas. Se hizo necesaria la práctica, la búsqueda constante por otras maneras, otros métodos, otras caricias, formas alternativas de hacer eso que parecía no tener dobleces y que resultó una madeja inexpugnable de posibilidades. Los hallazgos eran muchos y muy constantes: técnicas de respiración, ejercicios de control muscular, meditación profunda, zonas erógenas insospechadas que actuaban como justos detonadores de clímax al mayoreo, et caeteris.
Vaya, este post parece decidido a no tener pies ni cabeza. Quizá deba dejar el resto de la diatriba para momentos más lúcidos. Si le quedó a usted algo de tiempo tras leer esto, aprovéchelo y vaya a regalarle algunos orgasmos a su significant other, se lo agradecerá.
24 abril 2006
Vaya
Vaya.
"Vaya" es una palabra útil, ¿no? Digo, en su sentido intrínseco todas las palabras son útiles, incluso palabras como palindroma, exotérmico, condocondral y otras que, aunque ustedes pobres humanos, no sepan lo que significan, siguen teniendo la utilidad de que su existencia nos da una forma de llamar a cosas, cualidades, eventos y un sinfín de sinfines por su nombre y evitarnos la flojera de decir: "es algo que... blabla".
"Vaya" sin embargo, tiene un montón de utilidades. Sirve como conjugación del verbo ir (VAYA usted y chifle en aquella lomita), sirve también para expresar que uno acaba de entender el significado de algo que antes no comprendía (VAYA, de modo que esta plancha me quema la mano cuando está encendida) o también paa expresar un desconcierto (VAYA, me pregunto si ese imbécil sabe que ella es mi mujer). Esto ejemplifica su utilidad en la forma escrita, si nos vamos a la oralidad y atendemos al fenómeno de la homofonía, podemos utilizar el sonido de Vaya/Valla/Baya de infinidad de maneras (Poner una valla, decirle que se vaya y sembrar algunas bayas).
"Vaya" también sirve para el momento en el que regresar a tu vida cotidiana, tras dos semanas muy hermosas al lado de las personas a las que amas, llegas a tu habitación cotidiana y desempacas tus cotidianas maletas, limpias un poco tu cotidiano cuarto y al final de detienes frente al espejo y descubres que, aunque eres el mismo, ya no eres el mismo. ¿Qué queda si no proferir un minúsculo y desangelado "vaya"?
Las palabras y la gente pueden llegar a tener muchísimo en común. Incluso hay palabras que al ser escuchadas por oídos particulares, remiten la imagen de una persona muy específica. Uno puede relacionar la palabra "ídolo" con el rostro particular de alguien a quien profesa enorme admiración, puede relacionar la palabra pasión con aquel ser (preferiblemente del sexo opuesto) que le provoca ese exacto anhelo carnal y así sucesivamente. Las palabras tienen también el rasgo común con las personas de que pueden ser palabras intrascendentes, que el tiempo arrastra y desaparece, o palabras que se graban en piedra y que siglos después pueden encontrarse casi intactas allí donde se plasmaron.
La gente es así. He perdido la cuenta de la cantidad de personas que conocí creyendo que toda la vida estarían allí, que siempre serían una presencia audible, tangible, sensorialmente captable y hoy ni siquiera puedo precisar latitudes y longitudes para encontrarles en este ancho multiverso. Por el lado contrario, hay personas en mi vida que, aunque puedo precisar el momento en que llegaron, no puedo decir lo mismo del momento en que se irán, pues se han plasmado en piedra.
Es irónico. A la gente le gusta la permanencia. La buscan. La disfrutan. Nadie resiente escuchar un "¿sabes? he pensado mucho en ti". A la gente le encanta ser arrendatario de pedacitos de la mente de otros, está en su naturaleza. Sin embargo gente llega y gente se va, generalmente dejando pocas o ninguna huella en los lugares que abandona, simplemente dejan de estar ahí y un día uno despierta y se da cuenta de que en su mente hay habitaciones disponibles y que en la caja faltan algunos meses de renta.
Las cosas simplemente son así. Ni siquiera es necesario pensárselo dos veces.
"Vaya" es una palabra útil, ¿no? Digo, en su sentido intrínseco todas las palabras son útiles, incluso palabras como palindroma, exotérmico, condocondral y otras que, aunque ustedes pobres humanos, no sepan lo que significan, siguen teniendo la utilidad de que su existencia nos da una forma de llamar a cosas, cualidades, eventos y un sinfín de sinfines por su nombre y evitarnos la flojera de decir: "es algo que... blabla".
"Vaya" sin embargo, tiene un montón de utilidades. Sirve como conjugación del verbo ir (VAYA usted y chifle en aquella lomita), sirve también para expresar que uno acaba de entender el significado de algo que antes no comprendía (VAYA, de modo que esta plancha me quema la mano cuando está encendida) o también paa expresar un desconcierto (VAYA, me pregunto si ese imbécil sabe que ella es mi mujer). Esto ejemplifica su utilidad en la forma escrita, si nos vamos a la oralidad y atendemos al fenómeno de la homofonía, podemos utilizar el sonido de Vaya/Valla/Baya de infinidad de maneras (Poner una valla, decirle que se vaya y sembrar algunas bayas).
"Vaya" también sirve para el momento en el que regresar a tu vida cotidiana, tras dos semanas muy hermosas al lado de las personas a las que amas, llegas a tu habitación cotidiana y desempacas tus cotidianas maletas, limpias un poco tu cotidiano cuarto y al final de detienes frente al espejo y descubres que, aunque eres el mismo, ya no eres el mismo. ¿Qué queda si no proferir un minúsculo y desangelado "vaya"?
Las palabras y la gente pueden llegar a tener muchísimo en común. Incluso hay palabras que al ser escuchadas por oídos particulares, remiten la imagen de una persona muy específica. Uno puede relacionar la palabra "ídolo" con el rostro particular de alguien a quien profesa enorme admiración, puede relacionar la palabra pasión con aquel ser (preferiblemente del sexo opuesto) que le provoca ese exacto anhelo carnal y así sucesivamente. Las palabras tienen también el rasgo común con las personas de que pueden ser palabras intrascendentes, que el tiempo arrastra y desaparece, o palabras que se graban en piedra y que siglos después pueden encontrarse casi intactas allí donde se plasmaron.
La gente es así. He perdido la cuenta de la cantidad de personas que conocí creyendo que toda la vida estarían allí, que siempre serían una presencia audible, tangible, sensorialmente captable y hoy ni siquiera puedo precisar latitudes y longitudes para encontrarles en este ancho multiverso. Por el lado contrario, hay personas en mi vida que, aunque puedo precisar el momento en que llegaron, no puedo decir lo mismo del momento en que se irán, pues se han plasmado en piedra.
Es irónico. A la gente le gusta la permanencia. La buscan. La disfrutan. Nadie resiente escuchar un "¿sabes? he pensado mucho en ti". A la gente le encanta ser arrendatario de pedacitos de la mente de otros, está en su naturaleza. Sin embargo gente llega y gente se va, generalmente dejando pocas o ninguna huella en los lugares que abandona, simplemente dejan de estar ahí y un día uno despierta y se da cuenta de que en su mente hay habitaciones disponibles y que en la caja faltan algunos meses de renta.
Las cosas simplemente son así. Ni siquiera es necesario pensárselo dos veces.
27 marzo 2006
Clausuren las festividades.
Lo siento mucho, lectores asiduos de este cuchitril, pero aún no me muero. Si no he actualizado es porque mi computadora tiene problemillas relacionados con spyware, virus y todas esas linduras que la hacen lenta y batallosa como proceso burocrático.
Así que ahi les van notas rápidas de todo este rato en el que he estado ausente:
1.-Me robaron un árbol de los dos que tengo a mi cuidado y tuvimos que volver a plantarlo. Quedó más bonito el nuevo, además hicimos trampa y sembramos naranja dulce (sin limón partido) en lugar de naranja agria, que es el estándar. Lo hicimos porque queremos que por lo menos alguien disfrute en algunos años de la madriza que nos pusimos, pinche tierra estaba asquerosa.
2.-La semana pasada terminó la feria guadalajara de las flores. Tuve que acompañar a Vidhi porque como nomás le sirve un brazo necesitaba cargadores. Había muchas plantas muy interesantes, algunas bastante bonitas, otras francamente sorprendentes. Es la primera vez que voy a un evento de este tipo (es bastante gay, lo reconozco) pero me resultó muy enriquecedor. Había rosales a quince pesos y orquídeas a quinientos. Háblenme de jerarquías.
3.-Ayer el américa perdió otra vez. Desde hace tiempo dejó de afectarme, creo que de hecho ya ni le voy al américa. Jamás hubiera dicho estas palabras cuando vivía Paco Stanley, pero creo que mi amor al equipo murió junto con él.
4.-Por el contrario, Doctor Soccer ganó en un partido muy emocionante. Iniciamos perdiendo 3-0, el primer gol por un error defensivo mío por confiadote, los otros dos buenos goles de ellos. Nos recuperamos rápido, la defensa se puso impasable y les metimos 5 goles sin volver a recibir.
5.-El sábado que acaba de pasar fui a ver tocar a Mauricio Díaz "el Hueso", junto con David Aguilar mis roleros favoritos. Estuvo de poca madre, el Hueso se clavó tocando hasta que casi lo bajaron los dueños del café y todavía entonces preguntó dónde le seguíamos. Aparte conocí a su vieja y toca las percusiones casi tan chingón como el "Colas" Norzagaray. Con todo respeto.
6.-Hoy le di una pero mega limpiada a mi cuarto y quedó irreconocible. No me acordaba que mi cuarto es tan grande y que mi cama es matrimonial. Tenía meses durmiendo en un espacio de 1.90 x 50 nomás por no quitar todo el desmadre. Ahora necesito una aspiradora, el cuarto está alfombrado y seguro le voy a sacar kilos de porquería.
7.-Mañana tengo mi último examen de la temporada. Ya hice de fisiología, de biología molecular y de microbio y parasitología. En todos me fue mediocremente. Mañana en biomatemáticas no será la excepción.
Tengan todos buena semana. O casi todos. O bueno, no, nomás los que me caen bien. Aunque ellos no leen mi blog.
Pónganse a leer, por cierto, las estadísticas de México lector me hacen sentir avergonzado de todos ustedes. Yo leo un libro por 54 mexicanos (el promedio es uno por año, yo leo al menos uno por semana), pero no puedo hacer nada por los otros millones de pinches incultos, así que aplíquense o jamás dejaremos de ser vistos como una bola de neanderthales por el resto del mundo.
Así que ahi les van notas rápidas de todo este rato en el que he estado ausente:
1.-Me robaron un árbol de los dos que tengo a mi cuidado y tuvimos que volver a plantarlo. Quedó más bonito el nuevo, además hicimos trampa y sembramos naranja dulce (sin limón partido) en lugar de naranja agria, que es el estándar. Lo hicimos porque queremos que por lo menos alguien disfrute en algunos años de la madriza que nos pusimos, pinche tierra estaba asquerosa.
2.-La semana pasada terminó la feria guadalajara de las flores. Tuve que acompañar a Vidhi porque como nomás le sirve un brazo necesitaba cargadores. Había muchas plantas muy interesantes, algunas bastante bonitas, otras francamente sorprendentes. Es la primera vez que voy a un evento de este tipo (es bastante gay, lo reconozco) pero me resultó muy enriquecedor. Había rosales a quince pesos y orquídeas a quinientos. Háblenme de jerarquías.
3.-Ayer el américa perdió otra vez. Desde hace tiempo dejó de afectarme, creo que de hecho ya ni le voy al américa. Jamás hubiera dicho estas palabras cuando vivía Paco Stanley, pero creo que mi amor al equipo murió junto con él.
4.-Por el contrario, Doctor Soccer ganó en un partido muy emocionante. Iniciamos perdiendo 3-0, el primer gol por un error defensivo mío por confiadote, los otros dos buenos goles de ellos. Nos recuperamos rápido, la defensa se puso impasable y les metimos 5 goles sin volver a recibir.
5.-El sábado que acaba de pasar fui a ver tocar a Mauricio Díaz "el Hueso", junto con David Aguilar mis roleros favoritos. Estuvo de poca madre, el Hueso se clavó tocando hasta que casi lo bajaron los dueños del café y todavía entonces preguntó dónde le seguíamos. Aparte conocí a su vieja y toca las percusiones casi tan chingón como el "Colas" Norzagaray. Con todo respeto.
6.-Hoy le di una pero mega limpiada a mi cuarto y quedó irreconocible. No me acordaba que mi cuarto es tan grande y que mi cama es matrimonial. Tenía meses durmiendo en un espacio de 1.90 x 50 nomás por no quitar todo el desmadre. Ahora necesito una aspiradora, el cuarto está alfombrado y seguro le voy a sacar kilos de porquería.
7.-Mañana tengo mi último examen de la temporada. Ya hice de fisiología, de biología molecular y de microbio y parasitología. En todos me fue mediocremente. Mañana en biomatemáticas no será la excepción.
Tengan todos buena semana. O casi todos. O bueno, no, nomás los que me caen bien. Aunque ellos no leen mi blog.
Pónganse a leer, por cierto, las estadísticas de México lector me hacen sentir avergonzado de todos ustedes. Yo leo un libro por 54 mexicanos (el promedio es uno por año, yo leo al menos uno por semana), pero no puedo hacer nada por los otros millones de pinches incultos, así que aplíquense o jamás dejaremos de ser vistos como una bola de neanderthales por el resto del mundo.
06 marzo 2006
How feel you?
Estoy enfermo.
Estoy de un genio de las veinte mil chingadas.
Estoy débil porque como la garganta me duele como si estuviera comiendo albóndigas de alambre de púas, he comido muy poco.
Estoy sucio y apestoso porque si me baño me voy a enfermar más cabrón.
Estoy bien pinche frustrado de estar en segundo semestre de medicina y por ello saber lo que tengo en las vías respiratorias, pero para saber cómo carajos quitármelo tendría que estar en quinto.
Estoy un poco decepcionado de la gente, tras haber despertado viendo un programa donde encuestaron a ciudadanos random del DF sobre el significado de ciertas palabras y dijeron puras idioteces. Y no es que fueran palabras particularmente difíciles: Queroseno, Tumefacto, Mozalbete. ¡Lean un puto libro, carajo!
Estoy a punto de degollarme con mi mach3 a ver si se fugan todos los estreptococos de mierda que me tienen saturadas las amígdalas (que más bien parecen pelotas de golf).
Pero, hey, ¿cómo estás tú?
Estoy de un genio de las veinte mil chingadas.
Estoy débil porque como la garganta me duele como si estuviera comiendo albóndigas de alambre de púas, he comido muy poco.
Estoy sucio y apestoso porque si me baño me voy a enfermar más cabrón.
Estoy bien pinche frustrado de estar en segundo semestre de medicina y por ello saber lo que tengo en las vías respiratorias, pero para saber cómo carajos quitármelo tendría que estar en quinto.
Estoy un poco decepcionado de la gente, tras haber despertado viendo un programa donde encuestaron a ciudadanos random del DF sobre el significado de ciertas palabras y dijeron puras idioteces. Y no es que fueran palabras particularmente difíciles: Queroseno, Tumefacto, Mozalbete. ¡Lean un puto libro, carajo!
Estoy a punto de degollarme con mi mach3 a ver si se fugan todos los estreptococos de mierda que me tienen saturadas las amígdalas (que más bien parecen pelotas de golf).
Pero, hey, ¿cómo estás tú?
05 marzo 2006
Hoy no es igual.
Alguna vez fui Anubis.
Mientras mi hermano destazaba mi cuerpo en pequeños fragmentos, cercenaba mi sexo y me arrancaba la vida, pensé "no hay en el mundo un dolor mayor".
Alguna vez fui Prometeo.
Atado en el Vesubio, veía llegar todos los días al buitre que venía a comerse mis entrañas, y cada vez que hundía su pico en mi vientre, pensaba entre gritos: "este es el mayor de los suplicios".
Alguna vez fui un hereje.
Y mientras los inquisidores del reino me torturaban, me flagelaban y quemaban vivo en la plaza central, una idea recorría mi mente: "este es realmente el sufrimiento"
Ahora soy yo.
Y hoy despierto pensando que tú me has enseñado el dolor verdadero.
Mientras mi hermano destazaba mi cuerpo en pequeños fragmentos, cercenaba mi sexo y me arrancaba la vida, pensé "no hay en el mundo un dolor mayor".
Alguna vez fui Prometeo.
Atado en el Vesubio, veía llegar todos los días al buitre que venía a comerse mis entrañas, y cada vez que hundía su pico en mi vientre, pensaba entre gritos: "este es el mayor de los suplicios".
Alguna vez fui un hereje.
Y mientras los inquisidores del reino me torturaban, me flagelaban y quemaban vivo en la plaza central, una idea recorría mi mente: "este es realmente el sufrimiento"
Ahora soy yo.
Y hoy despierto pensando que tú me has enseñado el dolor verdadero.
01 marzo 2006
El mundo es un lugar muy raro, ¿no creen? Digo, está bien que haya gente "rara", cuya definición es difícil rayando en lo imposible, pero el mundo se las arregla para ser aún más raro que la gente que contiene.
Me explico: A todos ustedes debe haberles pasado alguna vez lo de los ciclos, así que no voy a insistir en eso. Mejor tomemos otro ejemplo: la ironía.
Ironía es esa ocasión en que, tras una semana de perros lograste sobrevivir con una cantidad raquítica de dinero, llegaste a tu día final (o sea, antes de tener más dinero) con 24 pesos en el bolsillo, y ¿qué ocurre? que necesitas con urgencia tener 25 pesos. No 24, ni 26, 25. Ironía complementaria es haber pasado varios días moviendo de aquí para allá varias monedas de a peso porque te estorbaban para acomodar tus cosas y en el momento de la ironía 1 todas son tragadas por un portal dimensional y no volverás a encontrarlas nunca. No importa cuánta pelusa submueblera te untes en el cuerpo.
Ironía es disfrutar del saldo de tu celular enviando mensajes triviales, saludos llanos, recordatorios y hasta simples pintadas de dedo y de repente, cuando te ahogan las ganas de decirle a la otra mitad de tu ser cuánto le quieres, tu pantalla sonría socarronamente y te muestre un TU SALDO SE HA AGOTADO.
El mundo se gana a pulso un "me rompes las bolas, mundo" cada día.
Sin embargo esos minutos pasan, las aguas retoman su nivel y de pronto hay algo: un rostro, un recuerdo, un simple haz de viento en el cuerpo mientras caminas y el mundo es de nuevo lo mejor que se haya inventado.
Me rompes las bolas, mundo. Gracias.
Me explico: A todos ustedes debe haberles pasado alguna vez lo de los ciclos, así que no voy a insistir en eso. Mejor tomemos otro ejemplo: la ironía.
Ironía es esa ocasión en que, tras una semana de perros lograste sobrevivir con una cantidad raquítica de dinero, llegaste a tu día final (o sea, antes de tener más dinero) con 24 pesos en el bolsillo, y ¿qué ocurre? que necesitas con urgencia tener 25 pesos. No 24, ni 26, 25. Ironía complementaria es haber pasado varios días moviendo de aquí para allá varias monedas de a peso porque te estorbaban para acomodar tus cosas y en el momento de la ironía 1 todas son tragadas por un portal dimensional y no volverás a encontrarlas nunca. No importa cuánta pelusa submueblera te untes en el cuerpo.
Ironía es disfrutar del saldo de tu celular enviando mensajes triviales, saludos llanos, recordatorios y hasta simples pintadas de dedo y de repente, cuando te ahogan las ganas de decirle a la otra mitad de tu ser cuánto le quieres, tu pantalla sonría socarronamente y te muestre un TU SALDO SE HA AGOTADO.
El mundo se gana a pulso un "me rompes las bolas, mundo" cada día.
Sin embargo esos minutos pasan, las aguas retoman su nivel y de pronto hay algo: un rostro, un recuerdo, un simple haz de viento en el cuerpo mientras caminas y el mundo es de nuevo lo mejor que se haya inventado.
Me rompes las bolas, mundo. Gracias.
28 febrero 2006
Hey, banda rolera, tomen esta trivia balín que hice sobre Tuleph Menace, son sólo diez preguntitas a ver si se acuerdan de los detalles.
Take my Quiz on QuizYourFriends.com!
Take my Quiz on QuizYourFriends.com!
24 febrero 2006
La compañía de Ëner
De izquierda a derecha, para seguir el occidental kind of way, estos son Syuss, wizard humano, originario de la mística Athan; Briena, la fighter elf del bosque Allirië; Ultak, bárbaro semiorco nativo de la ciénaga de Barog; Zim, la Clérigo humana de la ciudad de Nemeth.
Esta es la compañía de Ëner, los cuatro players más constantes que tuve en la campaña "The Tuleph Menace", eran caracterizados y manipulados por (en el mismo orden) Dante, Angie, Otto y Betelgeuze.
Realmente me resultó fácil encariñarme con estos personajes, mucho tuvo qué ver que eran bastante carismáticos; en especial la relación tan cómica que existía entre el wizard y el bárbaro y que en casi todas las partidas llegaba a los trancazos. También disfrutaba mucho de utilizar NPC'S varones para lanzarles con todo los canes a las femmes de la partida, quienes generalmente reaccionaban de la forma más inesperada posible.
Betelgeuze todavía añora al bardo con el que sólo cruzó dos frases, y Angie estuvo a un "sí" de volverse reina del imperio más poderoso del continente, pero al final no dio su manita a torcer.
Esta campaña duró catorce meses, en los cuales jugamos por lo menos cada dos fines de semana, llegando sin embargo a rolear dos veces en una sola. La verdad era muy adictivo tanto para ellos como para mí, pues descubrí el placer de preparales un sinfín de encuentros inesperados, hallazgos increíbles, misterios difíciles de descifrar y enemigos impresionantes. Además me resultó utilísimo tener todo un mundo prediseñado a la hora de describirles geografía, personajes importantes, reinos y todo el mundo en el que se desarrolló la campaña.
Ahora estamos chambeando Dante y Monitor en el proyecto Las semillas de la Magia, cómic que narrará las aventuras de estos personajes a cinco años de distancia de la campaña que terminó. Al mismo tiempo me encuentro construyendo un digno epílogo de las cenizas del anterior, para cerrar con broche de oro lo que será la parte final de La guerra de las siete runas.
Extraño esa campaña. Snif. En vacaciones ya traigo otra en preparación, pero será difícil superar Tuleph Menace. Eso me recuerda que el mala leche de Dante me hizo ver la similitud del nombre de la campaña con el Episodio 1 de Star Wars. Me cago en la leche.
Esta es la compañía de Ëner, los cuatro players más constantes que tuve en la campaña "The Tuleph Menace", eran caracterizados y manipulados por (en el mismo orden) Dante, Angie, Otto y Betelgeuze.
Realmente me resultó fácil encariñarme con estos personajes, mucho tuvo qué ver que eran bastante carismáticos; en especial la relación tan cómica que existía entre el wizard y el bárbaro y que en casi todas las partidas llegaba a los trancazos. También disfrutaba mucho de utilizar NPC'S varones para lanzarles con todo los canes a las femmes de la partida, quienes generalmente reaccionaban de la forma más inesperada posible.
Betelgeuze todavía añora al bardo con el que sólo cruzó dos frases, y Angie estuvo a un "sí" de volverse reina del imperio más poderoso del continente, pero al final no dio su manita a torcer.
Esta campaña duró catorce meses, en los cuales jugamos por lo menos cada dos fines de semana, llegando sin embargo a rolear dos veces en una sola. La verdad era muy adictivo tanto para ellos como para mí, pues descubrí el placer de preparales un sinfín de encuentros inesperados, hallazgos increíbles, misterios difíciles de descifrar y enemigos impresionantes. Además me resultó utilísimo tener todo un mundo prediseñado a la hora de describirles geografía, personajes importantes, reinos y todo el mundo en el que se desarrolló la campaña.
Ahora estamos chambeando Dante y Monitor en el proyecto Las semillas de la Magia, cómic que narrará las aventuras de estos personajes a cinco años de distancia de la campaña que terminó. Al mismo tiempo me encuentro construyendo un digno epílogo de las cenizas del anterior, para cerrar con broche de oro lo que será la parte final de La guerra de las siete runas.
Extraño esa campaña. Snif. En vacaciones ya traigo otra en preparación, pero será difícil superar Tuleph Menace. Eso me recuerda que el mala leche de Dante me hizo ver la similitud del nombre de la campaña con el Episodio 1 de Star Wars. Me cago en la leche.
23 febrero 2006
Feeling strangely fine
Muchas veces me he encontrado en medio de este momento y a pesar de esa cantidad de ocasiones, aún hoy no termino de entender la magia que hace posible que las cosas más simples le parezcan a uno espectaculares.
El momento es sencillo: Estoy encerrado a piedra y lodo en mi habitación, la ventana totalmente cubierta por el cortinaje, es media mañana, la actividad de afuera se deja sentir sobre todo por los motores de los autos que pasan por la avenida que irónicamente se llama "de la paz". El tono sublime del momento lo da la graduación de la luz que logra filtrarse a través de la cortina e inundar despacito el cuarto. No es una penumbra ni una media luz, pero tampoco es una plena iluminación. No sé si algún escritor de esos que tienen el don de descubrir el nombre de las cosas que no lo tienen ya le haya dado uno a este tipo de luz, después de todo, los argentinos le dieron uno a la lluvia finísima que cae antes o después de una llovizna verdadera: "garúa". Pero estoy divagando; el asunto de todo esto era decir que, esa luz, en conjunción con la temperatura exacta para no sentir un ápice de calor ni de frío, estar descalzo pisando una suave alfombra, asomarse a la ventana trasera y ver el agua de la piscina meciéndose levemente, me hacen sentir una especie de armonía con el universo en forma abrumadora.
Sé, sin embargo, que no ha de durar. Las grandes ciudades se han ensañado en demostrarme que la armonía es un némesis natural de su propia condición. Pronto, en no más de dos horas, estaré recorriendo de nuevo las calles de esta hermosa urbe, chocando minuto a minuto con escenas, sonidos y momentos que resquebrajarán la armonía que en este instante me parece eterna.
Sé también, y eso es aún más importante, que la armonía -como la felicidad, como el amor- vale precisamente por los momentos en que no se tiene. Uno aprende a aquilatar sus posesiones más preciadas cuando experimenta el hondo vacío de perderlas o de siquiera tener el temor de hacerlo a corto plazo.
Nunca he sido más feliz que cuando soy infeliz, pues es en esos momentos que descubro lo terriblemente hermoso que ha sido el sentimiento opuesto, es en la carencia que uno descubre la pertenencia y en la pena que es posible encontrar la dicha. O al menos así le sucede a este servidor vuestro.
Ayer hice algo nada recomendable si usted estima en algo sus meninges: estuve leyendo a Nietzche intercalado con una crítica de Borges (pronunciése Borgués) a Nietzche. Vomitivo, si usted me lo pregunta. Jamás escucharán de mis labios decir que Borges es un mal escritor (estoy demasiado ocupado diciéndolo de Coelho, de C. C. Sánchez y de Brown) sin embargo, la actitud de los críticos en filosofía siempre me ha parecido nimia. No le encuentro un verdadero motivo a desvirtuar la tesis de otro, aunque reconozco que así se hizo toda la maldita filosofía desde el principio de los tiempos y si no, pregúntenle a Kant o a Schopenhauer, par de amargos.
Para cerrar el post, en la sección deportiva, ayer las chivas perdieron contra el Atlante (Rivera de plácemes) mientras que el América le ganó 2-1 al Portmore Utd.
No es para echar campanas al vuelo, por supuesto, es un equipo de Jamaica, quizá uno de los países menos futboleros, pero tomando en cuenta que por las águilas sólo jugaron cuatro titulares, pues me doy por bien servido. Aplaudo además la actitud de las Chivas, que desde ahorita se están preparando para lo que va a suceder en el clásico perdiendo contra otro equipo chilango. Sigo sin entender cómo un equipo con tan buenos jugadores como el Guadalajara puede ser tan maletín.
Barcelona, por su parte, derrotó al Chelsea inglés también por 2-1, los dos primeros goles, uno por bando, fueron incrustados por la vía del hara-kiri, el segundo gol, que definió el partido, fue consecuencia de un centro bellísimo de Rafa Márquez a la testa de Samuel Eto'o (que trabaja como negro metiendo goles) y que terminó en las redes, dándole así otra victoria a los culés (no es albur, así se les dice a los de Barcelona).
Ah, por cierto y como digno broche dorado para hoy, les informo que ya está up el site oficial de Ener Ages, la saga mitológica en la que se basó nuestra última campaña de rol Tuleph Menace, así como mis historias de fantasía épica "La Guerra de las Siete Runas" y "Nweneried", vayan corriendo a visitarlo siguiendo esta liga.
Tengan todos un buen día.
El momento es sencillo: Estoy encerrado a piedra y lodo en mi habitación, la ventana totalmente cubierta por el cortinaje, es media mañana, la actividad de afuera se deja sentir sobre todo por los motores de los autos que pasan por la avenida que irónicamente se llama "de la paz". El tono sublime del momento lo da la graduación de la luz que logra filtrarse a través de la cortina e inundar despacito el cuarto. No es una penumbra ni una media luz, pero tampoco es una plena iluminación. No sé si algún escritor de esos que tienen el don de descubrir el nombre de las cosas que no lo tienen ya le haya dado uno a este tipo de luz, después de todo, los argentinos le dieron uno a la lluvia finísima que cae antes o después de una llovizna verdadera: "garúa". Pero estoy divagando; el asunto de todo esto era decir que, esa luz, en conjunción con la temperatura exacta para no sentir un ápice de calor ni de frío, estar descalzo pisando una suave alfombra, asomarse a la ventana trasera y ver el agua de la piscina meciéndose levemente, me hacen sentir una especie de armonía con el universo en forma abrumadora.
Sé, sin embargo, que no ha de durar. Las grandes ciudades se han ensañado en demostrarme que la armonía es un némesis natural de su propia condición. Pronto, en no más de dos horas, estaré recorriendo de nuevo las calles de esta hermosa urbe, chocando minuto a minuto con escenas, sonidos y momentos que resquebrajarán la armonía que en este instante me parece eterna.
Sé también, y eso es aún más importante, que la armonía -como la felicidad, como el amor- vale precisamente por los momentos en que no se tiene. Uno aprende a aquilatar sus posesiones más preciadas cuando experimenta el hondo vacío de perderlas o de siquiera tener el temor de hacerlo a corto plazo.
Nunca he sido más feliz que cuando soy infeliz, pues es en esos momentos que descubro lo terriblemente hermoso que ha sido el sentimiento opuesto, es en la carencia que uno descubre la pertenencia y en la pena que es posible encontrar la dicha. O al menos así le sucede a este servidor vuestro.
Ayer hice algo nada recomendable si usted estima en algo sus meninges: estuve leyendo a Nietzche intercalado con una crítica de Borges (pronunciése Borgués) a Nietzche. Vomitivo, si usted me lo pregunta. Jamás escucharán de mis labios decir que Borges es un mal escritor (estoy demasiado ocupado diciéndolo de Coelho, de C. C. Sánchez y de Brown) sin embargo, la actitud de los críticos en filosofía siempre me ha parecido nimia. No le encuentro un verdadero motivo a desvirtuar la tesis de otro, aunque reconozco que así se hizo toda la maldita filosofía desde el principio de los tiempos y si no, pregúntenle a Kant o a Schopenhauer, par de amargos.
Para cerrar el post, en la sección deportiva, ayer las chivas perdieron contra el Atlante (Rivera de plácemes) mientras que el América le ganó 2-1 al Portmore Utd.
No es para echar campanas al vuelo, por supuesto, es un equipo de Jamaica, quizá uno de los países menos futboleros, pero tomando en cuenta que por las águilas sólo jugaron cuatro titulares, pues me doy por bien servido. Aplaudo además la actitud de las Chivas, que desde ahorita se están preparando para lo que va a suceder en el clásico perdiendo contra otro equipo chilango. Sigo sin entender cómo un equipo con tan buenos jugadores como el Guadalajara puede ser tan maletín.
Barcelona, por su parte, derrotó al Chelsea inglés también por 2-1, los dos primeros goles, uno por bando, fueron incrustados por la vía del hara-kiri, el segundo gol, que definió el partido, fue consecuencia de un centro bellísimo de Rafa Márquez a la testa de Samuel Eto'o (que trabaja como negro metiendo goles) y que terminó en las redes, dándole así otra victoria a los culés (no es albur, así se les dice a los de Barcelona).
Ah, por cierto y como digno broche dorado para hoy, les informo que ya está up el site oficial de Ener Ages, la saga mitológica en la que se basó nuestra última campaña de rol Tuleph Menace, así como mis historias de fantasía épica "La Guerra de las Siete Runas" y "Nweneried", vayan corriendo a visitarlo siguiendo esta liga.
Tengan todos un buen día.
19 febrero 2006
Mr. Burns quote
Aquellos de ustedes cuya vida ha sido iluminada por el conocimiento de Los Simpson, recordarán el episodio donde C.M. Burns vende la planta nuclear a un consorcio alemán, para luego, deprimido y humillado, pedir que se la vendan de regreso. Recordarán también que Monty se entera de que los teutones se encuentran en su misma situación y aprovecha para hacerles una oferta risible. Entonces se da el diálogo:
-Está bien, señor Burns, le venderemos la planta, pero recuerde: Los alemanes no perdonamos.
-Uhh, los alemanes se enojaron conmigo. Smithers, protéjame, los alemanes, uhh.
El diálogo no es particularmente gracioso (ese episodio en particular tiene muchos gags mejores, como cuando vemos al pato que trabaja en la planta o cuando Lenny le dice a Homero que él es el inspector de seguridad. O incluso cuando anuncian la lista de despidos y Homero es el único.
El punto de todo esto es demostrar que no hay ninguna frase de los Simpson que no encuentre exacta aplicatoriedad (término jurídico gratis) en la vida real. ¿Porqué lo digo? Va el rollo:
Hoy domingo a las 11 a.m. tuvimos el partido de semifinales en el torneo de futbol uruguayo que tenemos jugando más o menos desde octubre. Por azares de que jugamos bien chido, pudimos llegar hasta esta etapa del torneo (añadido al hecho de que todos los juegos que programamos a las 9 a.m. los ganamos por default). Hoy, mientras calentábamos previo al juego, observamos llegar al otro equipo. Algo estaba mal: Eran altos, eran rubios, eran robustos. "Doris- le dije a Gabo- Creo que ya estamos en Kansas". Me equivoqué, no era Kansas, sino Berlín, o tal vez Munich. En efecto, íbamos contra un equipo de alemanes en el partido que decidiría si tendríamos la oportunidad de pelear el campeonato.
Huelga decir que aquí en Guanatos, ser alto, rubio y de ojos azules no es como llamarse Pancho, y que sacarle al menos 20 cm de alzada al más alto del equipo contrario debe darte mucha confianza a la hora de jugar el partido. Sin embargo, señores, en el futbol la confianza es un arma de dos filos, y a los clones de Bierhoff les tocó enterarse de mala manera. Les clavamos 4 goles y recibimos 2, con lo que nos abrimos el paso a puro riñón a la gran final, juego que tendremos el próximo domingo.
Sin embargo, en el transcurso del juego y por necesidad del equipo, estuve oscilando intermitentemente entre mis posiciones habituales -medio de contensión y lateral derecho-y por la naturaleza de ambas, me veía obligado a despojar a mis rubios oponentes de cuanta pelota pudiera caer en sus pies. Tuve de todo, jugadas por aire, a velocidad, barridas (las cuales son ilegales en esta modalidad del soccer, pero con un poco de maña pueden hacerse) y afortunadamente todas las hice sin errores. Cerca del final del partido, cuando estábamos 3-2 y los germanos tenían oportunidad de empatar el juego y obligar a la prórroga, le apliqué a su delantero más talentoso aquella clásica jugada de "mira, esto que ves aquí era la pelota. Nos vemos", burlé a un mediocampo, pasé a Guardado y éste clavó un obús por el segundo palo (sin albur) del arquero. Game over, Auf viedersen.
Cuando regresaba a mi posición (es raro celebrar un gol con aspavientos en el uruguayo), escuché que los delanteros hablaban en su lengua natal, pero alcancé a descifrar un par de palabras suficientes para saber que despotricaban contra mi, que no los había dejado hacer nada por mi banda. Fue entonces cuando, acercándome a Gabo, le dije: "Uhh, los alemanes se enojaron conmigo". Oh, dios, fue tan bueno.
Esa es la historia. Por cierto y como detalle curioso: El equipo en el que juego utiliza el uniforme de un equipo brasileño; los germanos, por su parte, jugaron el partido con el uniforme de la selección mexicana. Fue algo peculiar ver a un grupo de mexicanos vestidos de brasileños, enfrentando a un grupo de alemanes vestidos de mexicanos, jugando futbol uruguayo.
El próximo domingo la final. Será la primera vez en mi vida que juego una. Espero tener la llamada "suerte de principiante".
-Está bien, señor Burns, le venderemos la planta, pero recuerde: Los alemanes no perdonamos.
-Uhh, los alemanes se enojaron conmigo. Smithers, protéjame, los alemanes, uhh.
El diálogo no es particularmente gracioso (ese episodio en particular tiene muchos gags mejores, como cuando vemos al pato que trabaja en la planta o cuando Lenny le dice a Homero que él es el inspector de seguridad. O incluso cuando anuncian la lista de despidos y Homero es el único.
El punto de todo esto es demostrar que no hay ninguna frase de los Simpson que no encuentre exacta aplicatoriedad (término jurídico gratis) en la vida real. ¿Porqué lo digo? Va el rollo:
Hoy domingo a las 11 a.m. tuvimos el partido de semifinales en el torneo de futbol uruguayo que tenemos jugando más o menos desde octubre. Por azares de que jugamos bien chido, pudimos llegar hasta esta etapa del torneo (añadido al hecho de que todos los juegos que programamos a las 9 a.m. los ganamos por default). Hoy, mientras calentábamos previo al juego, observamos llegar al otro equipo. Algo estaba mal: Eran altos, eran rubios, eran robustos. "Doris- le dije a Gabo- Creo que ya estamos en Kansas". Me equivoqué, no era Kansas, sino Berlín, o tal vez Munich. En efecto, íbamos contra un equipo de alemanes en el partido que decidiría si tendríamos la oportunidad de pelear el campeonato.
Huelga decir que aquí en Guanatos, ser alto, rubio y de ojos azules no es como llamarse Pancho, y que sacarle al menos 20 cm de alzada al más alto del equipo contrario debe darte mucha confianza a la hora de jugar el partido. Sin embargo, señores, en el futbol la confianza es un arma de dos filos, y a los clones de Bierhoff les tocó enterarse de mala manera. Les clavamos 4 goles y recibimos 2, con lo que nos abrimos el paso a puro riñón a la gran final, juego que tendremos el próximo domingo.
Sin embargo, en el transcurso del juego y por necesidad del equipo, estuve oscilando intermitentemente entre mis posiciones habituales -medio de contensión y lateral derecho-y por la naturaleza de ambas, me veía obligado a despojar a mis rubios oponentes de cuanta pelota pudiera caer en sus pies. Tuve de todo, jugadas por aire, a velocidad, barridas (las cuales son ilegales en esta modalidad del soccer, pero con un poco de maña pueden hacerse) y afortunadamente todas las hice sin errores. Cerca del final del partido, cuando estábamos 3-2 y los germanos tenían oportunidad de empatar el juego y obligar a la prórroga, le apliqué a su delantero más talentoso aquella clásica jugada de "mira, esto que ves aquí era la pelota. Nos vemos", burlé a un mediocampo, pasé a Guardado y éste clavó un obús por el segundo palo (sin albur) del arquero. Game over, Auf viedersen.
Cuando regresaba a mi posición (es raro celebrar un gol con aspavientos en el uruguayo), escuché que los delanteros hablaban en su lengua natal, pero alcancé a descifrar un par de palabras suficientes para saber que despotricaban contra mi, que no los había dejado hacer nada por mi banda. Fue entonces cuando, acercándome a Gabo, le dije: "Uhh, los alemanes se enojaron conmigo". Oh, dios, fue tan bueno.
Esa es la historia. Por cierto y como detalle curioso: El equipo en el que juego utiliza el uniforme de un equipo brasileño; los germanos, por su parte, jugaron el partido con el uniforme de la selección mexicana. Fue algo peculiar ver a un grupo de mexicanos vestidos de brasileños, enfrentando a un grupo de alemanes vestidos de mexicanos, jugando futbol uruguayo.
El próximo domingo la final. Será la primera vez en mi vida que juego una. Espero tener la llamada "suerte de principiante".
17 febrero 2006
¿Y el Dr. Jiménez?
Si alguno de ustedes, oh caros lectores! tiene la sabiduría suficiente en sus pobres mentes mortales, habrá escuchado (y reído con) los chistes del gran mestre de la orden del albur pelado y escatológico. Sí, hablo de Polo Polo, o Lord Polo, como lo conocen los británicos.
Pues bien, dando por sentado que lo han hecho, asumiré que en particular han escuchado el chiste de Cuquita, una señora de 80 años cuya máxima ilusión es tener un hijo. El dr. Jiménez, su médico de cabecera, se muestra totalmente reacio a permitirlo, pero tras realizarle a nuestra querida Cuquita todas las pruebas de fertilidad, dilatación, lubricación, alineación y balanceo, se da cuenta, no sin cantidades gargantuales de asombro, que la venerable anciana es completamente apta para concebir, gestar y dar a luz.
Vaya, demasiada explicación. Si usted oyó el chiste alguna vez, sabe de qué chiste estoy hablando. Sentado esto, procedo a comentar que esta mañana descubrí que Doña Luz, mi casera, es en realidad la identidad secreta de Doña Cuquita. Supongo qu se cambió el nombre para evitar las suspicacias de sus vecinos y amistades después del sonado chascarrillo del gurú de la palabra soez. ¿Cómo lo descubrí? Ahí les va.
Un viernes de cada mes, las amiguis de Doña Luz/Cuquita, se reúnen en la casa de alguna de ellas para desayunar, chacotear y esas cosas que hacen los ancianos. Este viernes tocó en la casa donde yo vivo. Hace una hora, mientras me zampaba unos exquisitos chilaquiles en el comedor de la banda, escuché que llegaban las invitadas de Doña Cuquita/Luz y le gritaban desde el umbral de la puerta: ¿Dónde estás hija de tu p*ta madre? ¿Dónde andas cabr*na? (analicen las semejanzas, por favor). Un rato después llegó otra de las ancianas ninja y dijo: Buenos días, señoritas, a lo que todas, señoras casadas o viudas en el mejor de los casos, respondieron escépticas, ¿y porqué señoritas? La que había formulado la oración no tuvo empacho en responderle: ¿A poco a ti no se te ha vuelto a cerrar?
Creo que me ahogué con un chilaquil en ese momento. Si no hubiera tenido mi juguito de naranja a un lado no les estaría contando esto ahorita.
En resumen, Doña Luz es en realidad doña Cuquita pues existen demasiados paralelismos entre su grupo de amigas, diálogos sospechosamente similares a los relatados por Polo Polo y en general, actitud cantarina de su banda de achacosas que hacen obvio y deductible que la protagonista del chiste y mi casera son la misma persona. Dirán ustedes, pero de igual forma podría ser cualquiera de sus amigas. Sin embargo, yo no vivo con ninguna de ellas, y todo mundo sabe que si doña Cuquita existe (y lo hace), yo viviría con ella. Punto.
Pues bien, dando por sentado que lo han hecho, asumiré que en particular han escuchado el chiste de Cuquita, una señora de 80 años cuya máxima ilusión es tener un hijo. El dr. Jiménez, su médico de cabecera, se muestra totalmente reacio a permitirlo, pero tras realizarle a nuestra querida Cuquita todas las pruebas de fertilidad, dilatación, lubricación, alineación y balanceo, se da cuenta, no sin cantidades gargantuales de asombro, que la venerable anciana es completamente apta para concebir, gestar y dar a luz.
Vaya, demasiada explicación. Si usted oyó el chiste alguna vez, sabe de qué chiste estoy hablando. Sentado esto, procedo a comentar que esta mañana descubrí que Doña Luz, mi casera, es en realidad la identidad secreta de Doña Cuquita. Supongo qu se cambió el nombre para evitar las suspicacias de sus vecinos y amistades después del sonado chascarrillo del gurú de la palabra soez. ¿Cómo lo descubrí? Ahí les va.
Un viernes de cada mes, las amiguis de Doña Luz/Cuquita, se reúnen en la casa de alguna de ellas para desayunar, chacotear y esas cosas que hacen los ancianos. Este viernes tocó en la casa donde yo vivo. Hace una hora, mientras me zampaba unos exquisitos chilaquiles en el comedor de la banda, escuché que llegaban las invitadas de Doña Cuquita/Luz y le gritaban desde el umbral de la puerta: ¿Dónde estás hija de tu p*ta madre? ¿Dónde andas cabr*na? (analicen las semejanzas, por favor). Un rato después llegó otra de las ancianas ninja y dijo: Buenos días, señoritas, a lo que todas, señoras casadas o viudas en el mejor de los casos, respondieron escépticas, ¿y porqué señoritas? La que había formulado la oración no tuvo empacho en responderle: ¿A poco a ti no se te ha vuelto a cerrar?
Creo que me ahogué con un chilaquil en ese momento. Si no hubiera tenido mi juguito de naranja a un lado no les estaría contando esto ahorita.
En resumen, Doña Luz es en realidad doña Cuquita pues existen demasiados paralelismos entre su grupo de amigas, diálogos sospechosamente similares a los relatados por Polo Polo y en general, actitud cantarina de su banda de achacosas que hacen obvio y deductible que la protagonista del chiste y mi casera son la misma persona. Dirán ustedes, pero de igual forma podría ser cualquiera de sus amigas. Sin embargo, yo no vivo con ninguna de ellas, y todo mundo sabe que si doña Cuquita existe (y lo hace), yo viviría con ella. Punto.
13 febrero 2006
De cómo descubrí que no soy nadie.
El rollo empezó a las dos de la tarde. Martín pasó por mi afuera del Banorte en Mariano Otero y Copérnico, caminamos un par de cuadras hasta su departamento, un lugar muy chido en segundo piso, tan chido que me dieron bastantes ganas de mudarme a su edificio (paga sólo 300 pesos más que yo y su guarida está como 400 veces mejor). Llegamos, entramos, comenzaron las presentaciones. Ahí estaban, eran siete: César, Chava, Gary, Sina, Fire, Gaediel y Cristian (el Dungeon Master). Una partida. Ocho jugadores. Eventualmente seríamos sólo siete (y decir sólo 7 es quizá una ironía) por la partida demasiado temprana de Gary. Fue una pena. El tipo tenía pinta de buen jugador, de esos que rolean en forma convincente y apegada a lo que dice su character sheet.
Yo llevaba tres cuartillas con el background y las características de mi personaje, pero la tirada de dados, por pura ética, la reservé para hacerla enfrente del master. Los resultados fueron felices. Mi primer roll fue un 20. El segundo un 16. Luego dos 18. Finalmente un 11 y un 10. Primera gran decisión: ¿Cómo acomodar los scores para hacer los stats de mi fighter? El libro lo diría muy claro: el dado más alto debía ir a la fuerza, el segundo a la constitución y el tercero a la destreza. Yo tenía otros planes.
Celsius Bo
STR 18 +4 Fuerte, por supuesto, después de todo está hecho para pelear.
DEX 20 +5 Diestro sobre todo, bueno para el AC, bueno para el rango.
CON 18 +4 Bien constituido, es un tipo alto, robusto, no podía caerse de una cachetada.
WIS 12 +1 Justificación: tenía un +3 y este +1, preferí invertirlo en INT.
INT 16 +3 3 idiomas extra, muchos más skills que si hubiera puesto el score de WIS.
CHA 11 0 Porque a mi fighter no le interesa ser bonito, sino efectivo.
Bueno, es justo decir que yo siempre he despotricado contra mi suerte en los dados, siempre me va pues... mal. O modificadores de plano muy bajitos, o un par muy altos y los demás como para llorar. Luego me toca ver players que sacan unos modificadores impresionantes y los desperdician en insensateces y me da una mezcla de rabia y envidia muy mala onda. Pero ahora fue mi turno de tener los meros dados y vaya que si los aproveché.
Pero bueno, el tema de este post es cómo descubrí que no soy nadie en Dungeons & Dragons. La cosa va así. Llego, me presentan a la banda, descubro que 6 de los 8 jugadores son ingenieros en sistemas (o sea: geeks) y pienso: Shit, alerta munshkie.
No hay pedo -pienso- me siento, bebo un vaso con agua, comienzo a repasar la sala con la vista y lo descubro: Dos cajas -sí, literalmente, dos CAJAS- de libros de Dungeons. Los 3 básicos en su caja de edición especial repetidos 4 veces, unos quince tomos de ediciones especializadas: Sword and Fist, Masters of the Wild, Psionic's Special Edition, Warriors of Faith, Deities and Demigods, entre muchos otros. Shit, pensé, alerta Freaky Munshkie.
No me equivocaba, en menos de 10 minutos aparecieron 4 laptops, cada una con al menos 3 gigas de documentos .pdf conteniendo información de Dungeons, bosquejos de personajes, memorias de campañas pasadas y un sinfín de cosas. Puedo decirlo sin ninguna pena: comencé a sentirme un mocoso en pañales.
Terminamos el tiradero de dados y la compra compulsiva de armamento, ropa y objetos mundanos a una hora justa para comer. Fuimos al Subway de Copérnico, a dos cuadras, pedí un italiano y mientras lo disfrutaba me interesé en el palmarés rolero de los sujetos en cuestión. Así me enteré que César y Chava tienen diez años jugando en forma, que esta es como la quinta o sexta partida que hace campaña en el setting actual y que el contexto obviamente se ha ido puliendo hasta hacer del mundo un lugar bastante bien acabado. No pude evitar emocionarme.
Comimos, volvimos, empezó la sesión. Aquí fue donde todas mis sospechas se materializaron con una fidelidad asombrosa: todos se sabían las reglas. Y no estoy hablando sólo de las reglas estilo: Mi base attack, más mi fuerza, más mis bonos, más el d20, es el total de mi ataque. Ni madres. Estos hijos del dungeon se saben hasta las reglas más oscuras y remotas del Player's handbook. Todas: ataque de oportunidad, combat strategy and tactics, stackable bonus, lo que usted guste. Vaya, cuatro de ellos podrían recitar el spell list con rango, radio, duración, escuela, efectos, daño y cada puta coma del hechizo.
Shit, pensé, así que esto es jugar Dungeons en grandes ligas.
No soy digno.
Yo llevaba tres cuartillas con el background y las características de mi personaje, pero la tirada de dados, por pura ética, la reservé para hacerla enfrente del master. Los resultados fueron felices. Mi primer roll fue un 20. El segundo un 16. Luego dos 18. Finalmente un 11 y un 10. Primera gran decisión: ¿Cómo acomodar los scores para hacer los stats de mi fighter? El libro lo diría muy claro: el dado más alto debía ir a la fuerza, el segundo a la constitución y el tercero a la destreza. Yo tenía otros planes.
Celsius Bo
STR 18 +4 Fuerte, por supuesto, después de todo está hecho para pelear.
DEX 20 +5 Diestro sobre todo, bueno para el AC, bueno para el rango.
CON 18 +4 Bien constituido, es un tipo alto, robusto, no podía caerse de una cachetada.
WIS 12 +1 Justificación: tenía un +3 y este +1, preferí invertirlo en INT.
INT 16 +3 3 idiomas extra, muchos más skills que si hubiera puesto el score de WIS.
CHA 11 0 Porque a mi fighter no le interesa ser bonito, sino efectivo.
Bueno, es justo decir que yo siempre he despotricado contra mi suerte en los dados, siempre me va pues... mal. O modificadores de plano muy bajitos, o un par muy altos y los demás como para llorar. Luego me toca ver players que sacan unos modificadores impresionantes y los desperdician en insensateces y me da una mezcla de rabia y envidia muy mala onda. Pero ahora fue mi turno de tener los meros dados y vaya que si los aproveché.
Pero bueno, el tema de este post es cómo descubrí que no soy nadie en Dungeons & Dragons. La cosa va así. Llego, me presentan a la banda, descubro que 6 de los 8 jugadores son ingenieros en sistemas (o sea: geeks) y pienso: Shit, alerta munshkie.
No hay pedo -pienso- me siento, bebo un vaso con agua, comienzo a repasar la sala con la vista y lo descubro: Dos cajas -sí, literalmente, dos CAJAS- de libros de Dungeons. Los 3 básicos en su caja de edición especial repetidos 4 veces, unos quince tomos de ediciones especializadas: Sword and Fist, Masters of the Wild, Psionic's Special Edition, Warriors of Faith, Deities and Demigods, entre muchos otros. Shit, pensé, alerta Freaky Munshkie.
No me equivocaba, en menos de 10 minutos aparecieron 4 laptops, cada una con al menos 3 gigas de documentos .pdf conteniendo información de Dungeons, bosquejos de personajes, memorias de campañas pasadas y un sinfín de cosas. Puedo decirlo sin ninguna pena: comencé a sentirme un mocoso en pañales.
Terminamos el tiradero de dados y la compra compulsiva de armamento, ropa y objetos mundanos a una hora justa para comer. Fuimos al Subway de Copérnico, a dos cuadras, pedí un italiano y mientras lo disfrutaba me interesé en el palmarés rolero de los sujetos en cuestión. Así me enteré que César y Chava tienen diez años jugando en forma, que esta es como la quinta o sexta partida que hace campaña en el setting actual y que el contexto obviamente se ha ido puliendo hasta hacer del mundo un lugar bastante bien acabado. No pude evitar emocionarme.
Comimos, volvimos, empezó la sesión. Aquí fue donde todas mis sospechas se materializaron con una fidelidad asombrosa: todos se sabían las reglas. Y no estoy hablando sólo de las reglas estilo: Mi base attack, más mi fuerza, más mis bonos, más el d20, es el total de mi ataque. Ni madres. Estos hijos del dungeon se saben hasta las reglas más oscuras y remotas del Player's handbook. Todas: ataque de oportunidad, combat strategy and tactics, stackable bonus, lo que usted guste. Vaya, cuatro de ellos podrían recitar el spell list con rango, radio, duración, escuela, efectos, daño y cada puta coma del hechizo.
Shit, pensé, así que esto es jugar Dungeons en grandes ligas.
No soy digno.
11 febrero 2006
Cómo equivocarse en todo.
Hipótesis No.1: "Un joven de dieciocho años puede chamaquearse a un niño de diez"
Sujetos: Gabo como el joven de 18, niño que pasaba por la facultad como niño de 10.
Ambiente: Márgenes del edificio Ñ.
Situación: Intento de compra-venta trucada.
Niño de 10 camina con una bolsa de aproximadamente un kilogramo de dulces surtidos. Gabo y Monitor conversan animadamente.
Niño de 10 (acercándose): Oye, compran un dulce?
Monitor: Paso.
Gabo: ¿Cuánto por todos?
Niño de diez: (pensativo) No sé. Cada uno cuesta cincuenta centavos.
Gabo: Sí, pero yo los quiero todos.
Niño de diez: (confundido) Pero es que no sé cuántos traigo.
Gabo: Te doy diez varos por toda la bolsa.
Niño de diez: Va!
Gabo: (buscando una moneda en el bolsillo) creo que por aquí traigo diez varos.
Niño de diez: (vaciando la bolsa en su mochila) Nunca había vendido una bolsa en diez pesos.
Gabo: Oye, pero porqué guardas los dulces?
Niño de diez: Porque los voy a vender.
Monitor: (cagado de la risa) Págale al niño la bolsa que te vendió, ojetín.
Gabo: Pinches chamacos ya no respetan.
Resultados: La hipótesis fue desechada hasta que consigamos un joven más brillante o un niño más atarantado.
Sujetos: Gabo como el joven de 18, niño que pasaba por la facultad como niño de 10.
Ambiente: Márgenes del edificio Ñ.
Situación: Intento de compra-venta trucada.
Niño de 10 camina con una bolsa de aproximadamente un kilogramo de dulces surtidos. Gabo y Monitor conversan animadamente.
Niño de 10 (acercándose): Oye, compran un dulce?
Monitor: Paso.
Gabo: ¿Cuánto por todos?
Niño de diez: (pensativo) No sé. Cada uno cuesta cincuenta centavos.
Gabo: Sí, pero yo los quiero todos.
Niño de diez: (confundido) Pero es que no sé cuántos traigo.
Gabo: Te doy diez varos por toda la bolsa.
Niño de diez: Va!
Gabo: (buscando una moneda en el bolsillo) creo que por aquí traigo diez varos.
Niño de diez: (vaciando la bolsa en su mochila) Nunca había vendido una bolsa en diez pesos.
Gabo: Oye, pero porqué guardas los dulces?
Niño de diez: Porque los voy a vender.
Monitor: (cagado de la risa) Págale al niño la bolsa que te vendió, ojetín.
Gabo: Pinches chamacos ya no respetan.
Resultados: La hipótesis fue desechada hasta que consigamos un joven más brillante o un niño más atarantado.
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